martes, 10 de diciembre de 2019

Ryanair masacra a sus trabajadores en Girona y los sindicatos no abren la boca



Hace unos meses, la aerolínea irlandesa Ryanair anunció el cierre de cuatro de sus bases en España. Concretamente las de Girona, Tenerife Sur, Las Palmas de Gran Canaria y Lanzarote. Los motivos que aducía para este cierre y el consiguiente ERE que afectaría a 512 tripulantes de cabina y pilotos eran las incertidumbres por el Brexit, la baja ocupación de sus vuelos en invierno y la entrega tardía de 30 aviones 737 MAX de Boeing.

Pasados unos meses, Ryanair rectifica en parte y decide mantener la base de Girona y los casi doscientos empleos que mantienen allí. ¿Nos tenemos que alegrar? Desde luego que no. Me explico.

Para echarse atrás, la aerolínea irlandesa ha pactado con los empleados un acuerdo que consiste en que los trabajadores firmen una modificación de su contrato, pasando de la modalidad de contrato fijo permanente a fijo discontinuo. Estos contratos entrarán en vigor el 1 de enero y comportarán, entre otros temas, que los empleados pierdan su antigüedad y no reconocer la categoría de tripulante de cabina, que pasan a ser “agentes de servicio al cliente”. Si algún empleado no quería firmar, le ofrecían la alternativa de continuar dentro del ERE y, en consecuencia, estar despedido a partir del pasado 5 de diciembre.

Comprendo perfectamente que, si a una empresa le van mal los negocios, tenga que cerrar parte de sus centros de trabajo y despedir a un porcentaje de su plantilla. Lo contrario conlleva el peligro de tener que cerrar la empresa en su totalidad. Pero si a Ryanair le sobraban todos estos trabajadores, ¿ya no le sobran si acceden a rebajar sus categorías profesionales y sus sueldos?


Con los equipos jurídicos que manejan, supongo que actuarán dentro de la legalidad, pero no deja de ser un escándalo el atropello que han sufrido estos trabajadores de la base de Girona. Excepto el sindicato USOC, ni Comisiones Obreras ni UGT han abierto la boca. ¿A qué esperan? ¿O es que las visitas a prisión para hacer el trabajo sucio de Pedro Sánchez ante Oriol Junqueras les quitan demasiado tiempo a Unai Sordo y a José María Álvarez? Si se dedicasen a lo suyo…

martes, 26 de noviembre de 2019

Pedro Sánchez regala 13.000 millones a las eléctricas. Pagamos los demás


 


Los avisos (amenazas en algunos casos) sobre las catastróficas consecuencias del tan manido “cambio climático” está calando en toda la sociedad, desde las clases dirigentes hasta el último de los ciudadanos. Todos somos más ecologistas y resulta difícil encontrar a alguien que no crea que es imprescindible cambiar, de inmediato, la forma de producir la energía que consumimos diariamente. (Curiosamente, nadie habla de consumir menos; sólo es importante generarla de forma “sostenible”).  


Pero este cambio radical es caro. Carísimo. ¿Quién lo pagará? La respuesta es obvia. Nosotros, los sufridores contribuyentes. Un buen ejemplo lo tenemos en el decreto (más bien decretazo) que publicó el actual Gobierno en funciones el pasado sábado en el Boletín Oficial del Estado: los consumidores de energía eléctrica (o sea, todos) pagaremos la friolera de 7.000 millones de euros anuales a las empresas de energías renovables hasta el 2031 a través de nuestros recibos de la luz.


Toda la historia arranca en la época del Gobierno de Zapatero (¡qué gran labor la de este inútil!) cuando decidieron que España sería pionera mundial en la generación de energías renovables y, para ello, comenzó a inundar al sector eléctrico con jugosas subvenciones, generando un déficit de más de 30.000 millones de euros en apenas un lustro.

Con la llegada de la crisis y el cambio del Gobierno, el entonces Ministro de Industria, José Manuel Soria, ante lo insostenible de la situación, impuso en 2013 un tijeretazo a las subvenciones, consiguiendo que los productores “sólo” consiguiesen una rentabilidad de 300 puntos básicos (un 3%) superior a la cotización del bono de Tesoro a diez años. Y ese porcentaje, del 7,4%, quedó establecido para el periodo 2013-2019.

¿Le gustaría que sus inversiones le rentasen un 7,4% anual? A mí, sí, pero a las empresas productoras, desde el pequeño huerto solar a las grandes empresas (Acciona, Iberdrola, Abengoa…), no les pareció suficiente, nunca es suficiente, y denunciaron al Estado español en arbitraje internacional por inseguridad jurídica. Hasta 45 denuncias se han acumulado por valor de 10.000 millones. De estas denuncias, el Estado ya ha perdido laudos por valor de 1.700 millones por los que debe compensar a los afectados con 800 millones. Si extrapolamos las cifras, las denuncias podrían costarle al Estado unos 5.000 millones.

El periodo de seis años que estableció el ministro Soria terminaba ahora. De seguir con la fórmula del 3% sobre el bono a diez años, el beneficio que sacarían rondaría ahora el 4,7% debido a la bajada de los intereses que paga el Tesoro por sus emisiones. Este porcentaje inferior redundaría en los recibos de los contribuyentes en una rebaja de aproximadamente un 5% en lo que pagamos todos los meses.


¡Por fin una rebaja en la luz! Pues nuestro gozo en un pozo. Ante la perspectiva de ir perdiendo juicio tras juicio, el Gobierno de Pedro Sánchez (¡qué guapo es!) ha querido firmar la paz con las eléctricas. ¿Cómo? Regalándoles dinero, como no podía ser de otra forma. Si las productoras de energías renovables renuncian a los pleitos interpuestos, el Gobierno les garantiza que continuarán obteniendo un 7,4% anual en sus inversiones ¡hasta el año 2031!

Echando números: con los juicios podríamos perder unos 5.000 millones; si rebajasen la rentabilidad al 4,7% ahorraríamos unos 1.500 millones anuales, por doce años, unos 18.000. Entre una cifra y la otra, 13.000 millones de euros que les regalamos a las empresas de energías renovables.

¡Qué bonito es ser ecologista y pagar con el dinero de los demás! Ya llegarán las “puertas giratorias” dentro de unos años…

 

miércoles, 12 de junio de 2019

¿Se debe premiar a los chivatos en casos de corrupción?




Puede parecer una pregunta difícil de contestar desde el punto de vista ético, pero a mí me parece que el tema está bastante claro. Si alguien conoce la existencia de un delito, ya sea asesinato, maltrato, robo, etc., está obligado a denunciarlo ante las autoridadesEsto es así en toda clase de delitos, pero parece que los económicos tienen (o al menos tenían) una cierta bula entre la sociedad. Además de que los ladrones denominados “de guante blanco” siempre le han caído bien a la gente, ¿por qué denunciar a alguien que no me ha perjudicado personalmente? ¿y si me meto en un lío?

Para que la sociedad pueda quitarse de encima el lastre de la corrupción, necesitamos que salgan a la luz todos los casos; necesitamos que todos los que conocen algún indicio, lo denuncien. ¿Por qué no premiarles económicamente por su acción?

La noticia llega desde Estados Unidos. Una antigua comercial de la empresa Almirall ha logrado ganar más de un millón de euros por denunciar sobornos por parte de la empresa a médicos de aquel país.  

El grupo español, a través de su filial Aqua, (siempre según el fiscal del caso), pagó entre 2012 y 2017 espectáculos, viajes, tarjetas regalo y otras prebendas a los médicos, además de contratarlos para conferencias, consejos asesores y servicios consultivos a cambio de que recetaran sus productos dermatológicos.


Fuentes oficiales de Almirall aseguran que se trata de un tema pasado y que los responsables ya no trabajan en la compañía. Sin embargo, no han dudado en alcanzar un acuerdo extrajudicial pagando 6,6 millones de dólares para zanjar el caso. De esta cantidad, aproximadamente una quinta parte va a parar a la persona que ha denunciado los hechos. La normativa estadounidense, a diferencia de la española, compensa y protege a los empleados que ayudan a esclarecer escándalos. ¿Creen que en España alguien (a no ser que sea por venganza) denunciaría un caso así?

Gana la denunciante (un buen pellizco), gana la sociedad (dejando de pagar fortunas por los medicamentos cubiertos por el estado) y pierden los corruptos. ¿Imaginan que existiese algo similar en España, con la corrupción a todos los niveles que existe? ¿creen que todos esos políticos, funcionarios y empresarios (los que conocemos, que habrá muchos más) se hubiesen atrevido a realizar una décima parte de los casos de corrupción que han salido a la luz? El miedo es lo único que les frena y sabiendo que cualquier ciudadano les puede denunciar a cambio de una jugosa recompensa…


viernes, 31 de mayo de 2019

Los teléfonos móviles que más (y menos) radiación emiten. Valor SAR




Fue uno de los caballos de batalla del ecologismo hace un par de décadas. Su insistencia sobre la radiación que emitían los teléfonos móviles llegó a preocupar, y mucho, a la mayoría de ciudadanos. Los presuntos “estudios científicos” a los que hacían referencia denunciaban niveles de “radioactividad” que, con el paso de los años, afectarían seriamente a la población mundial. Pasadas ya un par de décadas, ¿qué queda de todo aquello?

Algunos aun lo recuerdan, pero la realidad es que la sociedad se ha rendido a las bondades de los smartphones y pocos son los que aun creen que pueden sufrir un cáncer por usarlos. Además, de la multitud de estudios realizados (para regocijo de los bolsillos de las universidades y catedráticos que las realizaban), ninguno ha demostrado que haya una relación entre la radiación emitida por los móviles y el cáncer. Ni siquiera que tengan un papel negativo en nuestra salud, exceptuando que nos dejamos los ojos al mirarlos durante demasiadas horas al día.

Si bien es cierto que no afecta a nuestra salud, también lo es que los smartphones emiten radiaciones. Y unos más que otros. La web Statista ha elaborado una lista con los teléfonos que más radiación emiten y los que menos en base a los datos de la Oficina Alemana para la Protección contra la Radiación. Les dejamos los gráficos.




En la clasificación, destaca que entre los móviles con menos emisiones destacan los de la marca Samsung. En el otro extremo, los teléfonos de Xiaomi son los que tienen mayor SAR (tasa de absorción específica). Pero, ¿qué es el SAR?

La tasa de absorción específica es una medida de la potencia máxima con que un campo electromagnético de radiofrecuencia es absorbido por el tejido vivo. El valor del SAR para los teléfonos móviles se toma en la posición de uso más habitual, junto a la cabeza, y viene reflejado como el máximo nivel medido en esa parte del cuerpo.

En Estados Unidos se exige que los teléfonos presenten un valor de SAR igual o inferior a 1,6 vatios por kilogramo (W/kg) medidos en un volumen de 1 gramo de tejido. En Europa se fija como límite 2W/kg promediados en 10 gramos de tejido.

miércoles, 29 de mayo de 2019

Llegan los impuestos exclusivos a los coches eléctricos (ya estaban tardando)




Uno de los alicientes para comprarse un coche eléctrico son las ventajas económicas que conlleva. Si, es mucho más caro que uno similar diésel o gasolina, pero a cambio existen muchas contraprestaciones.

Entre ellas, podemos destacar las subvenciones a la compra estatales, autonómicas e, incluso, locales; la rebaja o exención del impuesto de circulación; la gratuidad, en la mayoría de los casos, del ticket de aparcamiento en zonas azules o verdes; puntos de recarga de electricidad gratuitos; las ayudas que se reciben a la instalación de puntos de carga en los domicilios o la autorización para poder circular por el centro de las grandes ciudades siempre que se desee. Todo son ventajas y alicientes para que nos pasemos al coche eléctrico. ¿Será para siempre así?

Ni por asomo. Mientras los coches eléctricos apenas representen el 1% del parque automovilístico total, los políticos pueden fardar de ser los más ecológicos del planeta, “regalando” (con nuestro dinero) todas las ventajas inimaginables a los compradores concienciados. Pero, ¿qué ocurrirá cuando el porcentaje aumente al 10%, al 25% o al 50% como nos venden desde las altas esferas? ¿Imaginan a un político tipo Manuela Carmena (hasta nunca) ingresando la mitad de impuestos que ahora? ¿O a un gobierno soltando 5.000 eurazos por cada eléctrico cuando se lleguen a vender un millón al año? ¿O a una compañía eléctrica (que no son precisamente hermanitas de la caridad) instalando medio millón de puntos de recarga en domicilios de forma gratuita? Yo no. El negocio, precisamente, estará ahí. Y no es una cuestión que pasará en un futuro más o menos lejano; ya está pasando.   


La compañía española de infraestructuras Abertis, se acaba de adjudicar la implantación y gestión de un sistema de cobro de peajes a vehículos eléctricos en el Estado de Utah, en Estados Unidos. ¿Sólo a los eléctricos? Efectivamente, sólo a los eléctricos.

Y no es que se haya metido de por medio el denostado presidente de la nación, Donald Trump. La razón es más simple. En Estados Unidos, cuando se reposta gasolina (mucho más barata que aquí) se paga un impuesto destinado a la financiación de las infraestructuras viarias en el país. Sin emplear demagogias baratas y con una lógica aplastante: los eléctricos circulan por las carreteras, pero no las financian porque no usan gasolina. Se le crea un nuevo impuesto… y a pagar como todos.

Los conductores podrán pagar de dos formas: una tarifa plana anual que le permita circular por donde quiera y las veces que quiera o abonar un importe en función de la distancia que recorra el vehículo.


La cosa no pinta mal para la compañía española (están como unas castañuelas) por haberse posicionado en un sector en pleno auge. Son muchos los estados que están buscando fuentes alternativas y estables de financiación de sus carreteras ante el auge del parque de vehículos eléctricos y la consiguiente reducción de la recaudación por el impuesto a la gasolina.

Como ocurre siempre, nos enseñan el caramelo, nos dicen lo bueno que está, lo sano que es, lo barato que resulta… y cuando entramos en la tienda, ¡zasca! en toda la cartera.

sábado, 18 de mayo de 2019

Deep fake, del engaño de las fake news al video manipulado




Las posibilidades pueden ser infinitas. Un mandatario de una superpotencia amenazando con invadir un país vecino, provocando un estado de preguerra; el presidente de una multinacional lamentándose de la quiebra de su empresa con el consiguiente hundimiento de las acciones de la compañía; un reputado premio Nóbel de medicina hablando de las bondades de un falso medicamento consiguiendo que se acaben las existencias en la web…  todo ello con imágenes del protagonista y con su propia voz. Y, sin embargo, todo falso y manipulado por un algoritmo informático. ¿Ciencia ficción? Pues ya se puede conseguir con bastante facilidad.

Todo empezó hace un par de años con un proyecto de la Universidad de Washington llamado “Synthesezing Obama” por el que un algoritmo manipulaba las imágenes y la voz del ex presidente de EEUU Barack Obama para que dijese lo que los investigadores habían preparado. El algoritmo era capaz de manipular los videos sincronizando sonidos con movimientos faciales: los labios, el arqueado de las cejas, la respiración, los ojos… el resultado fue sorprendente.

Desde entonces, varias actrices famosas como Scarlett Johansson con imágenes eróticas o mandatarios como George Bush o Vladimir Putin han aparecido en vídeos (habitualmente en Youtube) en sitios a los que no habían ido y diciendo cosas que no habían salido de sus bocas. Pero la voz de alarma surgió en el video que se hizo viral en el que Obama llamaba idiota a Trump. Imaginen las consecuencias que puede provocar.


Al menos de momento, siempre se trata de videos con personas famosas de las que se dispone de mucho material gráfico. Para realizar una manipulación de este tipo es necesario tener un archivo inmenso con imágenes del protagonista, con discursos, gestos, voces, apariciones públicas… mucho material real y poco “inventado” para que sea más difícil detectarlos.

Según el tiempo que se le deje trabajar al algoritmo, la calidad será mejor o peor. Actualmente, con una hora trabajando ya puede quedar un video “decente”, aunque con algunos fallos de sincronización entre el sonido y los labios. Sin embargo, tras doce horas de trabajo resulta casi imposible distinguir si es real o no y sólo las técnicas de informática forense pueden detectarlos.

Pero esa solución no es suficiente. Al ritmo con que se difunden las noticias por internet y las redes sociales, cuando se detecte el fraude o los medios de comunicación logren contrastar la noticia, el daño ya estará hecho. Y aunque se demuestre su falsedad, muchos ya no se enterarán de la rectificación y siempre quedará la duda.


Como les decía al principio, parece ciencia ficción, pero es una realidad desde hace tiempo. Hace dos años, en un foro sobre desinformación de la Universidad de Stanford, el director del centro de la OTAN de “Excelencia en comunicaciones estratégicas” (en Riga, Letonia) dijo lo siguiente: “Los gobiernos ya han comenzado a desarrollar tecnologías avanzadas y técnicas de propaganda computarizada utilizando inteligencia artificial y logaritmos que pueden crear y distribuir desinformación a un ritmo alarmante”. Me parece que lo de Obama es un simple juego si lo comparamos con lo que ya se hace por ahí.

Como reza el dicho, “no te creas nada de lo que te digan y de lo que veas, la mitad”. A partir de ahora, ni eso.
  

viernes, 10 de mayo de 2019

Insectos comestibles: de la fideuá de tarántulas a la paella con escorpiones



Paella de mar y montaña con cigalas y escorpiones

La cultura tiene una gran influencia en la alimentación. Según en el país o en el continente donde hayamos nacido, un tipo de comida nos dará asco y repulsión y otro, nos parecerá un exquisito manjar. ¿Por qué la idea de engullir un saltamontes nos provoca arcadas mientras pagaríamos lo que no tenemos por tomar una mariscada con gambas, centollos o percebes? Por su aspecto, tampoco parecen muy diferentes…

Brochetas de saltamontes y escorpiones de agua con mini puerros y salsa romesco 

Isaac Petràs acaba de publicar un curioso libro gastronómico, “Comer insectos. Un descubrimiento”, en el que nos explica sus experiencias en la elaboración de platos cuyos ingredientes son un tanto exóticos: tarántulas, escorpiones, saltamontes, larvas de abeja…

Hamburguesa vegetal con pan rebozado de bichos

Todo comenzó en 1998 cuando recorría Perú junto a un amigo y en una tribu del Amazonas les ofrecieron un manjar casi sagrado (para los integrantes de la tribu, claro está): tarántulas peludas y crujientes. ¿Cómo negarse? Hicieron de tripas corazón y las engulleron.

Tarántulas en témpura 

Sin embargo, aquello le cambió la vida y, tras 20 años experimentando, Isaac se ha convertido muy posiblemente en el hombre que mejor conoce el mundo de los insectos comestibles en España.

Choco escorpión 

Ha recorrido todo el mundo para aprender cómo y dónde se comen, con qué se combinan y se maridan, dónde se venden…

En 2003 abrió la primera tienda de insectos en el famoso mercado barcelonés de La Boquería. Por allí pasaron curiosos, gourmets, periodistas, cocineros profesionales, turistas y numerosas personas dispuestas a conocer a qué sabe un insecto.

Croquetas de quinoa cítricas con hormigas negras 

Como no podía ser de otra forma, en el libro se detalla cómo prepararlos y utilizarlos para preparar un buen número de recetas.

Ensalada de pepino y larvas de abeja 

¿Se atreve a incorporar los insectos a su dieta? Si piensa que son cigalas, igual le resulta más llevadero…



martes, 30 de abril de 2019

¿Los coches eléctricos contaminan con más CO2 que el diésel?




Posiblemente, al leer el titular habrán pensado que el que esto suscribe sufre un elevado grado de locura: ¿cómo van a contaminar más los coches eléctricos si no emiten ni pizca de humo? Pues lo mismo pensaba yo hasta que leí un estudio realizado por científicos alemanes. Lo resumo a continuación.

Según el estudio presentado por el instituto IFO de Munich, los vehículos eléctricos provocan emisiones de CO2 en toda su vida útil superiores a sus homólogos de combustión con diésel de entre un 11% y un 28%. Esto es debido a que la minería y el procesamiento del litio, el cobalto y el manganeso que se utilizan para las baterías de los eléctricos consumen gran cantidad de energía. Además, para producir la electricidad que se utiliza en la recarga, las emisiones de CO2 a la atmósfera son muy elevadas, debido, sobre todo, a que en el mix energético alemán, el carbón continúa teniendo un papel preponderante una vez cerradas las centrales nucleares.

Los datos concretos son los siguientes: un BMW 320 arroja a la atmósfera 22,8 toneladas de CO2, divididas en el gasóleo consumido (20), la extracción y el refino del combustible (2,2) y la fabricación propia del vehículo (0,6). En el caso del eléctrico, tomando como referencia un Tesla Model 3, emitiría 27,1 toneladas de CO2, de las cuales 21,3 las provocaría la fabricación de la electricidad, 5,2 la producción de la batería y 0,6 el ensamblaje del vehículo. Considerando una vida útil de los coches de 10 años (que es lo que suelen durar como máximo las baterías) recorriendo unos 15.000 kilómetros anuales, cada Tesla emite de 156 a 180 gramos de CO2 por kilómetro. Compárenlo con la publicidad de cualquier coche nuevo a la venta y comprobarán la barbaridad que suponen estas cifras.   


Evidentemente, el estudio está realizado en Alemania y el carbón empleado en la producción de electricidad allí, desvirtúa algo las cifras, pero no crean que, utilizando ciclos combinados como en España, mejora mucho la situación. 

Además de mejorar las emisiones en la fabricación de las baterías, si la producción eléctrica se basase únicamente en energías renovables las cifras serían abismalmente mejores. Pero, ¿de dónde sacamos el dinero para construir todas las instalaciones renovables que consiguieran hacer funcionar un país sólo con energía limpia? Ya les adelanto que sólo con el dinero de los contribuyentes, no llega. Ni haciéndonos pagar los impuestos de los recibos eléctricos multiplicados por diez.

¿Debemos seguir subvencionando la compra de coches eléctricos a sabiendas que, al menos durante bastantes años, emiten más CO2 que los movidos por combustibles fósiles? Es un sinsentido.

miércoles, 24 de abril de 2019

La fórmula para derrotar a Pedro Sánchez en el Senado, el 1+1+1




El Senado es esa Cámara de representación popular que sólo servía para que los españoles se preguntarán para qué servía, cuánto cobraban los que ocupan sus escaños o por qué no se cerraba dada su escasa importancia en el devenir democrático español.

Pero todo cambió cuando nos enteramos de que, entre sus tareas, estaba la de poder aplicar el famoso (por Cataluña) artículo 155 de la Constitución por el que, mediante la aprobación por mayoría absoluta del Senado, se podía obligar a una autonomía a cumplir, forzosamente, sus obligaciones para proteger el interés general. A partir de ahí, la importancia de tener los suficientes votos en la Cámara Alta, es fundamental.

Este próximo domingo votaremos a nuestros representantes, pero la elección de éstos varía de cómo se hace con el Congreso. Aquí elegimos senadores y las listas no son cerradas. Si queremos, podemos votar a un representante de cada partido, aunque esto no suele ocurrir y, casi siempre, marcamos las tres cruces junto a los candidatos de un mismo partido. En esta ocasión, este gesto puede tener mucha importancia. Nos explicamos.


En la mayoría de las provincias españolas, sobre todo las más pequeñas, el voto al centro derecha será mayoritario, pero el de izquierdas estará más concentrado, acaparando el PSOE la mayoría de sus votos. Imaginen un resultado provincial de PSOE 29%, PP 23%, Cs 20%, Vox 14% y Podemos 11%. La derecha gana 57 a 40. Sin embargo, como los que reciben el escaño son los cuatro senadores con más votos de cada provincia, el resultado será PSOE 3, PP 1. Sumando todas las provincias, mayoría absoluta del PSOE en el Senado. ¿Cómo remediar esto?

Por internet corre una alternativa que puede ser factible: que los votantes de centro derecha repartan sus cruces marcando al primer candidato de PP, Cs y Vox. Si se cumple al 100%, siguiendo el ejemplo antes expuesto, estos tres candidatos recibirían el 57% del voto y saldrían elegidos. Incluso si sólo lo hiciesen el 40% de los votantes (y en algunos casos una cantidad menor), continuarían siendo elegidos los tres candidatos de derechas.


Este planteamiento no deja de ser una utopía y problemas pueden surgir por todas partes: ¿votarían los simpatizantes de Cs a un candidato de Vox? ¿Y al contrario? ¿Dirán una cosa y luego harán la contraria? ¿Los porcentajes siempre favorecerán esta posibilidad?

Evidentemente, si cada uno de estos tres partidos hubiesen retirado a los números dos y tres, el electorado lo tendría más fácil. Aunque esta iniciativa hubiese supuesto una pérdida global de votos, las matemáticas saldrían sin ninguna duda. Pero no lo han hecho y dudo mucho que ni siquiera lo propongan de palabra en los pocos días que quedan. Allá ellos con sus egos y sus políticas partidistas. Incluso hay quien opina que esta táctica es un bulo inventado por el PSOE para dividir más el voto de la derecha

Sólo queda esperar que una parte del electorado de centro derecha haga sus cálculos y elija el 1+1+1. El domingo veremos los resultados.   

martes, 16 de abril de 2019

Otros 9 “inofensivos” lugares con más bacterias y virus que la taza de un wáter público




Los wáteres públicos, sobre todo si éstos pertenecen a bares, pubs o discotecas, siempre han tenido fama de sucios y son muy pocos los que se aventuran a sentarse sobre ellos y, mucho menos, tocarlos con las manos. Hacen bien, pero ¿y si les digo que existen otros muchos lugares cotidianos con más bacterias que la taza del wáter y no les tenemos tanto asco ni precaución?

Hace poco pusimos una entrada con los diez lugares más peligrosos para contraer una infección. Hoy les dejamos otros nueve posibles focos de infección. Tengan cuidado.


- Volante de un coche. La mayoría los tocamos a diario, pero es uno de los lugares con más bacterias que podemos encontrar. Posamos las manos sobre él, lo tocamos tras haber hecho mil cosas… Y si es un vehículo de empresa que usan varios operarios o es un coche de alquiler, para qué voy a contarle.

- Barra de un bar. ¿Cuántas manos y brazos se apoyarán en ella a lo largo de un día? Pues todas, sin excepción, depositan bacterias. Y si el camarero, muy limpio él, pasa la bayeta continuamente, peor, porque lo que conseguirá es repartir las bacterias por toda la barra; por mucho que le eche desengrasante.


- Cuencos de frutos secos. Ya que hemos nombrado la barra de un bar, cuidado con los cuencos con frutos secos que tienen muchos bares y restaurantes para que “piquen” sus clientes mientras toman una cerveza. Por ellos pasan muchísimas manos. Y ya saben lo que contienen.

- Cepillos de dientes. Seguro que piensa que como sólo lo usa usted, no puede estar contaminado. Pues se equivoca porque su cercanía al inodoro hace que incluso acumule bacterias fecales; al tirar de la cadena se genera una nube que hace que esos microbios se extiendan. Y seguro que no serán sólo suyos. Hasta 3.000 bacterias distintas han contado en un estudio de la Universidad de Alabama.

- Tabla de cortar comida. Solemos depositar en ella numerosos alimentos crudos y las bacterias que llevan se quedan incrustadas en cualquier rendija. Hay que limpiarla tras cada uso y no sólo con un paño mojado. Hasta un 20% de las infecciones se producen en nuestros hogares.


- Zapatos. Es costumbre en numerosas culturas quitarse los zapatos apenas se traspasa la puerta del hogar. Y no se equivocan. Según un estudio, en este caso de la Universidad de Arizona, unos zapatos pueden tener más de 400.000 bacterias a las dos semanas de uso, al estar en continuo contacto con el suelo de las calles. Límpiese siempre las manos tras tocarlos.

- Juguetes. Pueden parecer inofensivos, pero se pasan la mayor parte del tiempo por los suelos La mayoría de la gente no los limpia nunca y los niños se los meten en la boca, los muerden…

- Bolsas de la compra. Ya no reparten bolsas de plástico en los supermercados y cada cliente lleva su propia bolsa de rafia reutilizable. Lo que resulta una clara ventaja de cara a no producir desperdicios, puede provocar una grave infección, ya que las bacterias que se depositan en la bolsa tras una compra, se adhieren a los alimentos que compramos al día siguiente. Cuidado porque se ha encontrado incluso la presencia de Salmonella en ellas. Resulta conveniente lavarlas.


- Fregadero. Si dejamos los cacharros sin limpiar para el día siguiente (o incluso sólo unas horas), provocaremos que nuestro fregadero sea un foco de bacterias. Después pasan al estropajo, a la bayeta o a nuestras manos.  

No se trata de ponernos histéricos y no tocar nada. Sobre todo, porque es imposible y porque no todas las bacterias y microbios son peligrosos para nuestra salud. Pero conocer todos estos lugares “conflictivos” y aumentar la higiene después de tocarlos, nunca está de más.   

martes, 2 de abril de 2019

Trabajar 32 horas… y el resto lo pagamos entre todos ¡Vivan las elecciones!



En esta precampaña electoral (en realidad siempre estamos en precampaña) estamos escuchando o leyendo las más disparatadas propuestas de la historia democrática española. Si un político suelta una barbaridad, al día siguiente su oponente dobla la apuesta. No conocen la vergüenza; ni siquiera se esfuerzan argumentando (seriamente) sus propuestas; saben que económicamente son inviables y lo único que les importa es aparecer en los medios de comunicación. El cortoplacismo en su estado más salvaje.

Las hay de lo más variado, pero, hasta ahora, porque mañana quien sabe, la medalla al político más hipócrita se la lleva la candidata por Compromis a la Presidencia de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, la dama de las camisetas reivindicativas.

En un foro organizado por el diario Información de Alicante, la, hasta ahora, vicepresidenta de la Generalitat ha explicado que, dentro de sus políticas sociales, propone la paulatina reducción de la jornada laboral hasta las 32 horas en 2025. Seguramente piensa que, para entonces, ya no ocupará puestos de relevancia y no deberá responder ante los electores por sus disparatadas promesas.


Según Oltra, este objetivo permitirá incrementar la productividad de la economía valenciana (¿?), generar más puestos de trabajo, favorecer la conciliación familiar y el bienestar físico y mental y, como consecuencia de todo lo anterior… contribuir a la lucha contra el cambio climático (¡faltaría más!) porque, más tiempo para conciliar implica un estilo de vida menos intensivo en recursos. Lo dicho: ni se preocupan por argumentar sus propuestas.

¿Y cómo se paga esto, porque su promesa implica “incrementar la productividad”? Muy fácil: se creará un nuevo programa de ayudas consensuado con los agentes sociales (sin los “malvados” empresarios) para subvencionar a las empresas que reduzcan su jornada laboral sin afectar al número ni al salario de sus trabajadores. Además, el programa se complementará con ayudas para la contratación de parados de hasta 20.000 euros, siempre que el objeto de esta contratación sea el producto de haber repartido la carga horaria del trabajo en las mismas condiciones.


¿Y porqué no llegar a la jornada de 8 horas semanales? Se crearía más empleo, más conciliación, desaparecería el cambio climático… lo dicho: medalla de oro para Mónica. Igual es que, para lo que ella trabaja, 32 horas le parecen ya demasiadas horas.


jueves, 28 de marzo de 2019

La Generalitat Valenciana desertiza el norte de Alicante




100.000 árboles son muchos árboles. Sobre todo, para una provincia como la de Alicante en la que la desertización avanza a todo gas. Si ustedes la recorren de sur a norte comprobarán que tan solo en el último tercio, el norte, aparece una vegetación aceptable. Pues bien, por orden de la Generalitat Valenciana, 100.000 de esos árboles (almendros en su mayoría) que pueblan los campos del norte de la provincia ya se han arrancado. Y la cosa no va a detenerse ahí. Ni de lejos.

La culpa, en un principio, la tiene la “xylella fastidiosa”, una bacteria patógena, sin cura conocida, que afecta a un buen número de árboles de interés agrícola, ornamental y forestal, sobre todo a los almendros. La bacteria se aloja en la xilema de la planta (los conductos por donde circula el agua y los nutrientes) provocando que se vaya secando hasta que muere. La transmisión entre árboles la efectúan insectos denominados hemípteros chupadores, que se alimentan absorbiendo las sustancias que circulan por la xilema del árbol enfermo. Al picar en otro sano, le transmiten la bacteria. El radio de acción de estos insectos es de 100 metros aproximadamente.

Disculpen la disertación científica, pero era necesaria para comprender porqué la Generalitat se ha lanzado a la “cruzada” de exterminar cualquier almendro que se cruce en su camino. Según ellos, la Unión Europea les obliga a erradicar cualquier árbol infectado y todos los que estén a 100 metros a la redonda (pueden ser cientos de árboles), que es la distancia que pueden recorrer los insectos, para no poner en peligro a otros territorios. ¿Y funciona? A los datos me remito: lo que comenzó como una anécdota que afectaba a unos pocos cultivos de una población alicantina de la costa, todavía no hace ni dos años, se ha extendido por todo el norte de la provincia, llegando a 73 poblaciones, 2 de ellas en la vecina provincia de Valencia. Llámenme loco, pero creo que la deforestación no es la mejor solución.


Y esta misma opinión es la que tienen en la organización agraria ASAJA, en la Asociación de Afectados por la Xilella Fastidiosa de Alicante (AXFA) y en numerosas organizaciones ecologistas que opinan que la táctica que emplea la Generalitat se está revelando como ineficaz y que, pese a cortar 100.000 árboles, no ha garantizado la eliminación de la bacteria, además del grave impacto medioambiental y económico que favorece la despoblación de zonas rurales, ya de por si bastante envejecidas y despobladas. 

Las declaraciones de Carmen Vañó, de AXFA, son reveladoras: “la xylella ha venido para quedarse y no tiene sentido arrancarlo todo cuando está quedando demostrado que la plaga sigue extendiéndose. Insistimos en la necesidad de pasar a la contención”.

La contención de la que habla la señora Vañó ya se ha probado en el sur de Italia, lugar en el que se tuvieron las primeras noticias de la plaga, y ha funcionado. ¿Por qué se niega la Generalitat a aplicarla? Según ellos, no es una opción viable porque tendría que ser aprobada por la Comisión Europea y por los 27 miembros. Pero, ¿se lo han preguntado?

Mientras los almendros caen a miles todos los días, una última consideración. La Comunidad Valenciana está gobernada por un tripartito formado por PSOE, Compromis y Podemos. ¿Imaginan que la decisión de deforestar el norte de la provincia de Alicante la hubiese tomado un gobierno del PP? Seguro que sería la noticia de apertura de todos los informativos. Una guerra.  

miércoles, 27 de marzo de 2019

España consume un 16% menos de energía que hace diez años (a pesar de lo que nos quieren hacer creer)




Los españoles siempre creemos que lo nuestro es lo peor. Según cuentan, mientras el resto del mundo nos aprecia (e incluso, admira), nosotros seguimos, erre que erre, pensando que somos un desastre. Y en el tema energético, con el consabido cambio climático, no iba a ser menos.

Pregunten por ahí. Les apuesto dos a uno a que más de la mitad de la gente les dice que somos el país que peor reciclamos, que menos reforestamos, que más plástico tiramos al mar, que menos energías limpias producimos o que más petróleo derrochamos. Décadas de ecologismo sandía y progresismo desahogado nos han llevado hasta esas conclusiones. Pues no. No somos así. Vamos a romper una lanza por España.

España en el año 2007 era jauja. Casi no conocíamos a nadie que estuviera en el paro, los mileuristas (¡quien cogiera ahora 1.000 euros limpios al mes!) se quejaban de que eran los parias del país, las casas, los coches y cualquier otro bien, por caro que fuera, se agotaban antes de salir al mercado, las empresas no fabricaban lo suficiente… estábamos en la cresta de la ola.

La energía no iba a ser menos: la derrochábamos a manos llenas. Para medir el consumo energético en grandes magnitudes (un país, por ejemplo) se utiliza el término “ktep”, que equivale a 1.000 toneladas de petróleo. En 2007, España consumió 147.359 ktep, mientras el PIB a precios constantes fue de 1.080.807 millones de euros.

Vino la crisis y con ella un bajón considerable del consumo energético. Pero como no hay mal que 100 años dure, España se recuperó (al menos en lo que a PIB se refiere) y en 2018 se llegó a 1.206.878 millones de euros de PIB, un 12% más que diez años antes. ¿Y el consumo energético? Pues en contra de lo que muchos piensan (o de lo que nos quieren hacer creer), nos quedamos en 123.484 ktep, un 16% menos que en 2007. Siendo, más o menos, la misma población, producimos más y consumimos menos. ¿Cómo es posible?


Si hacemos caso a los ecologistas más radicales, la única forma de consumir menos energía y, con ello, aliviar las tensiones del cambio climático, es limitar el crecimiento económico, evitar que aumente la población del planeta y conseguir que los más pobres no alcancen el nivel de consumismo imperante en la sociedad occidental. Mejor aún: que todos nos volvamos pobres y no podamos pagar la energía. La explicación es mucho más sencilla; se produce más y se consume menos mejorando constantemente la eficiencia energética.  

A pesar de llenar nuestras casas de aparatos electrónicos, las calles de coches y las fábricas de robots, necesitamos menos energía para hacer crecer la economía. La tecnología y el desarrollo económico tienen esas cosas. Los datos del Ministerio de Industria no mienten: para cada millón de euros producidos en 2007 se necesitaban 144 ktep; ahora con 112 tenemos suficiente. ¡Algo estaremos haciendo bien!


Pero no nos quedemos solo con este dato. La mejora en el uso de la energía ha venido acompañada de una rebaja en las energías más contaminantes, el petróleo y el carbón. En 2007, suponían más del 60% del consumo primario y ahora no llega al 50%. Evidentemente, las energías “limpias” ahora son rentables y las empresas (capitalismo) apuesta por ellas y en 2007 eran una ruina y solo Zapatero, con el dinero de todos, quiso colocarse la medalla al más ecológico, provocando que se forrasen unos pocos mientras el resto pagábamos el festín solar.       

Una última consideración. Si producimos más, consumimos menos y encima, la energía es menos contaminante, ¿por qué nos fríen con impuestos “verdes” e, incluso, nos quieren colocar algunos más? Los políticos nunca recaudan lo suficiente para mantener sus privilegios.