martes, 22 de enero de 2019

Solo un 3% del presupuesto llega a las maltratadas andaluzas. De esto se queja VOX




No hace falta que les comente el revuelo que causaron, tras las elecciones andaluzas, las manifestaciones de los dirigentes de VOX cuando criticaron la Ley de Violencia de Género exigiendo cambios para dar su apoyo al nuevo gobierno de PP y C´s. Los tacharon de machistas, de retrógrados, de franquistas… pero, realmente, ¿cuáles eran los puntos en los que estaban en desacuerdo?

Desde la web “ser hombre no es delito” han desgranado las partidas presupuestarias del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) que la Junta de Andalucía publica en su web. Los números, como poco, sonrojan.

Dependiente de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales, el Instituto Andaluz de la Mujer es el órgano que se encarga de repartir subvenciones a Asociaciones y Federaciones de mujeres para la realización de proyectos que fomenten la participación social de las mujeres y la promoción de la “igualdad de género”. Palabras preciosas que se quedan en nada cuando se averigua que de los casi 43 millones con que cuentan de presupuesto, a las víctimas apenas les llega un millón doscientos mil euros, el 2,8% del presupuesto. ¿El resto?  Burocracia, gastos corrientes y subvenciones a más de 2.300 entes con 270.000 mujeres asociadas.


Unos 22 millones se van en sueldos y gastos corrientes de la propia entidad (alquileres, mantenimiento, facturas…), un millón se gasta en inversiones reales, que incrementan su patrimonio y los 20 millones restantes a transferencias de capital (subvenciones y ayudas).

Desglosemos las transferencias de capital:

- 1,6 millones a las universidades andaluzas para “actuaciones en materia de género”. Por supuesto, al igual que con las siguientes partidas, no se especifica cuales son esas actuaciones.

- 8,5 millones a ayuntamientos para “centros de información municipales”.

- 90.000 euros al Ayuntamiento de Sevilla para “atención general”.

- 3 millones para “potenciación del asociacionismo de mujeres”.

- 400.000 euros para “programas de atención social a las mujeres”.

- 300.000 euros para “ayudas económicas a mujeres víctimas de violencia de género”.

- 200.000 euros para “atención integral a mujeres inmigrantes”.

- 700.000 euros para “atención a la prostitución y tráfico sexual”.

- 140.000 euros para UGT y CCOO para “defensa legal en materia de igualdad entre hombres y mujeres”.

- 200.000 euros para el mismo motivo, pero sin identificar destinatario.

- 900.000 euros sin destino concreto.

Y a través de las delegaciones provinciales y territoriales:

- 360.000 euros en “ayudas económicas a mujeres víctimas”.

- 190.000 euros en “atención psicológica a mujeres víctimas”.

- 102.000 euros para “atención integral a mujeres víctimas”

- 254.000 en “atención especializada a menores expuestos a violencia de género”.

Comprobado el desglose, apenas 1.200.000 euros llegan directamente a las víctimas de la violencia de género.

Lo que más me llama la atención es que una buena parte de los 20 millones en transferencias de capital se utiliza para pagar a psicólogos, abogados, asistentes sociales, formadores… ¿a qué se dedican los empleados del IAM que cobran 22 millones en sueldos si estas labores ya las hacen otros? ¿a rellenar papeles?

La realidad es otra. Con ese dinero se pagan los sueldos de familiares y amigos, favores políticos y estómagos agradecidos que no dudan en salir a la calle para apoyar al que les paga sus buenos sueldos sin pegar un palo al agua.


Por supuesto que nos parece deleznable la violencia machista (al igual que cualquier otro tipo de violencia). Pero con la actual Ley de Violencia de Género, a pesar del tiempo que lleva en vigor, no se ha conseguido ninguno de los objetivos que se fijaron: continuamos con una mujer muerta por semana, las víctimas se sienten igual de amenazadas por sus verdugos, las órdenes de alejamiento se vulneran sin ninguna consecuencia y la sociedad continúa sin concienciarse del drama que se vive en muchas casas. Lo que sí ha logrado es que miles de enchufados, afines al partido en el poder, vivan del cuento.  

VOX entró como elefante en cacharrería pidiendo la derogación de la Ley de Violencia de Género. No queremos que la deroguen; exigimos que la modifiquen. Queremos más educación, más dureza con los agresores, más rapidez en los juicios, un trabajo digno para las maltratadas (si no lo tienen), más protección a las víctimas, más policías especializados en las calles… y menos enchufados en las oficinas.


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