miércoles, 14 de febrero de 2018

Se demuestra el ahorro y la eficiencia del modelo sanitario Alzira… y Ximo Puig se lo carga



Es complicado que las mentes preclaras españolas (ironía: me refiero a los políticos) acierten en alguna de sus decisiones. Por simple estadística, a veces se equivocan y lo consiguen. Es el caso del denominado “modelo Alzira” de gestión hospitalaria.

Corría el año 1999 cuando se puso en marcha un novedoso (al menos en España) modelo sanitario en la localidad valenciana de Alzira, adaptación a la española de las prestaciones de servicios públicos que estaban teniendo lugar en países como Reino Unido y Suecia. Una concesión administrativa que pretendía dotar a la sanidad de la eficiencia, flexibilidad y calidad propias de la empresa privada, pero con la titularidad pública de los hospitales. En resumen: propiedad pública, control público, financiación pública y gestión privada.

Pasadas casi dos décadas, los exitosos resultados, tanto clínicos como económicos del Hospital de la Ribera, se han convertido en un caso de estudio a nivel internacional, como atestiguan los informes de la Universidad de Berkeley y Harvard.


En un país “normal”, este éxito en el modelo debería servir para generalizar su uso, trabajando para mejorarlo. Pero en España, y más concretamente en la Comunidad Valenciana, lo que prima no son los resultados sino el partido que gobierna. En las elecciones de 2015 resultó ganador el PSOE presidido por Ximo Puig (gobierno tripartito) y eso de que existiese en “su” comunidad un sistema sanitario privatizado (aunque fuese en una ínfima parte) no entraba en sus planes, así que decidió acabar con el modelo Alzira e integrarlo en el Servicio de Salud Valenciano. Para justificar su decisión, encargó un informe a la Sindicatura de Cuentas con la confianza de que fuera favorable a sus pretensiones. El informe no puede ser más esclarecedor:

- Mayor calidad percibida, con un 84,8% de pacientes satisfechos o muy satisfechos, con especial mención al trato personalizado y a la mayor privacidad ya que todas las habitaciones son individuales.

- Mejor calidad objetiva, con un 95,43% de pacientes atendidos en tiempo en urgencias frente a una media del 81,46%.

- Menores tiempos de espera, con una demora media de listas de espera de 22 días frente a los 45 de media.

- Un 21% de gasto inferior a los hospitales de gestión pública (721 frente a 916 euros por habitante).

El ahorro anual para la Comunidad Autónoma es de 42,5 millones de euros, mejorando la atención sanitaria a los usuarios. ¿Creen que Ximo Puig ha cambiado de opinión? Ni se le ha cruzado la idea por la cabeza: no renovará la concesión que expira el próximo 1 de abril. Poco importa el bienestar de las 256.000 personas residentes en la comarca.


No puede subsistir. El modelo Alzira se ha convertido en un símbolo que no ha hecho más que poner en evidencia las deficiencias de los hospitales gestionados por el servicio público, incapaces de alcanzar las ratios de satisfacción, calidad y costes del centro de gestión privada. Y eso, a personajes que sólo se han dedicado en su vida a la política, a la demagogia populista y a los sofismas ideológicos, no les gusta.



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