viernes, 13 de abril de 2018

El contactless llega a los cepillos de las iglesias inglesas




Renovarse o morir. O, más bien, digitalizarse o no recaudar. Cansados de encontrar cada vez menos donativos en los tradicionales cepillos, la iglesia anglicana inglesa ha incorporado en 16.000 parroquias, catedrales y centros sociales de todo el país el sistema para hacer pagos con tarjeta conocido como contactless.

La tendencia de llevar cada vez menos dinero encima (sobre todo entre los más jóvenes) y utilizar más la tarjeta de crédito, hizo que los sacerdotes se plantearan una prueba piloto durante el verano pasado en 40 iglesias. Los resultados no pudieron ser más satisfactorios, así que han decidido dar un paso adelante e implantarlo en todos sus centros del país

El sistema, que ya conocemos todos por utilizarlo en restaurantes, gasolineras o supermercados y que ha crecido de forma exponencial en los últimos años, permite hacer pagos de hasta 30 libras sin necesidad de incluir el pin de la tarjeta de crédito.


La nueva tecnología es de lo más completa y quienes acudan a misa podrán usar su tarjeta de crédito o débito, así como otras aplicaciones como Apple Pay y Google Pay. De recaudar se encarga la iglesia y de las soluciones tecnológicas las firmas iZettle y SumUp, dos empresas especializadas en métodos de pago. Según el cofundador de la primera con sede en Suecia, la alianza “es un flechazo originado en el cielo”.

En Reino Unido, la utilización de las tarjetas de crédito se ha multiplicado por veinte en los últimos tres años tras la llegada de la tecnología contactless. Se considera que aporta rapidez e higiene a los establecimientos. Tanto es así que el Banco de Inglaterra se está planteando quitar de la circulación las monedas de más bajo y más alto valor. Y eso, personalmente, creo que es una mala noticia: con las tarjetas, nos controlarán todos los gastos, incluso las donaciones a la iglesia, y vistas las últimas filtraciones (caso Facebook) no me hace ni pizca de gracia que todo el mundo sepa en qué me gasto mi dinero.


Supongo que, tras el éxito obtenido, no tardarán en proliferar los pagos mediante contactless en el resto de las iglesias, en todas las ONG, en actos benéficos y hasta en las rifas de los colegios. Olvídense de la famosa, y socorrida, frase de “no llevo suelto”.

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