miércoles, 11 de abril de 2018

Mejoras notables en los taxis gracias a Uber y Cabify



“Competencia desleal”; “incumplen la legislación vigente”; “no respetan la ley de una VTC por cada 30 taxis”; “captan clientes en la calle cuando lo tienen prohibido”; “pagan menos impuestos”; “especulan con las licencias”.. éstas (y otras muchas) mentiras son las que nos han contado desde el gremio del taxi durante años para convencernos a los españoles de que los servicios de Uber, Cabify y otras empresas del sector de las VTC, eran ilegales y perjudiciales para los clientes.

La realidad era bien distinta y el único objetivo que han perseguido siempre es blindar el arcaico y perjudicial monopolio que ejercen desde hace décadas, cargándose a la competencia para mantener intacta la privilegiada y muy rentable posición que todavía mantienen los dueños de las licencias de taxi.

Su intento de engañarnos pensando que los españoles éramos unos ignorantes ha fracasado desde hace tiempo y, afortunadamente, algunos taxistas empiezan a cambiar de táctica. La supervivencia hace milagros.


Tras mantener diversas reuniones entre los diferentes gremios y federaciones profesionales de taxistas con la Consejería Regional de Transportes de Madrid, se ha ratificado la modificación del Reglamento de los Servicios de Transporte Público Urbano de la comunidad madrileña en el que se introducen varios cambios y nuevos servicios.

Entre las novedades que destacan está el servicio de taxi compartido. Mediante una App o por la emisora, se permitirá que un vehículo pare a lo largo de un recorrido con un cliente para recoger a otros que vayan a realizar, en todo o en parte, el mismo recorrido, siempre, claro está, que todos los viajeros acepten compartir el taxi y, así, repartirse proporcionalmente el importe de la carrera.  

Otro de los servicios que se introduce, a imagen y semejanza de lo que ya ofrecen Uber y Cabify, son las tarifas fijas, mediante las cuales, los viajeros podrán conocer el importe a pagar antes de subirse al taxi, siempre que las carreras se efectúen desde puntos de gran confluencia de pasajeros como estaciones, aeropuertos, estadios o recintos feriales.   

Con estas medidas, los taxistas madrileños (y pronto los del resto de España) persiguen ofrecer modernidad, adecuarse a las necesidades de los ciudadanos y fidelizar a un público que está siendo atraído por el sector VTC. ¿Pero no era abusivo e ilegal todo lo que hacían Uber y Cabify? ¿En qué quedamos?


Pero todavía queda un punto conflictivo por arreglar: los precios. Las tarifas de los taxis se aprueban entre los ayuntamientos y las comunidades autónomas previa consulta con las asociaciones representativas de los titulares de las licencias. Esta restricción provoca que los taxistas no tengan la misma flexibilidad para modificar las tarifas que sus competidores. Y trabajar con precios prefijados, más que ventajas les provoca perjuicios. Por la noche tienen que cobrar la tarifa nocturna, más cara, con lo que los usuarios se decantan por los VTC y en situaciones de mucha demanda (días lluviosos, grandes aglomeraciones de usuarios, etc.), tienen que aplicar las mismas tarifas que cualquier otro día (a diferencia de los VTC que aplican suplementos), con lo que pierden dinero.

¿No quieren sumarse a la ley de la oferta y la demanda? Peor para ellos. Es lo que tiene querer ser un monopolio. Porque, al contrario de lo que pudiera parecer, los precios de los taxis no son mucho más caros que los VTC en general. En el gráfico pueden ver los precios de los distintos servicios. Otra cosa, por supuesto es el servicio ofrecido.


¿Creen que sin la competencia de Uber o Cabify los taxistas mejorarían sus servicios? Lo dudo. Para ellos sería mucho mejor que las cosas siguieran igual aunque con ello millones de españoles no se puedan beneficiar de los beneficios de las nuevas tecnologías para moverse por las ciudades.

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