sábado, 15 de diciembre de 2012

Economía para novatos. ¿Qué es un hedge fund?



Continuamos con esta serie de post con la que intentamos aclarar esos complicados términos económicos que tanto nos traen de cabeza, sobre todo en estas épocas de crisis.
Tal como les decimos siempre, aquí solo tratamos de esclarecer algunos conceptos; existen otras muchas publicaciones especializadas que les podrán explicar mucho mejor todos estos términos. Les recomendamos consultarlas.

Si usted es de los afortunados que todavía conserva unos ahorros, seguro que se ha preguntado en más de una ocasión donde invertirlos para que, al menos, no pierdan poder adquisitivo. Ahora la inflación está relativamente baja, por lo que por poco interés que nos ofrezcan al contratar un depósito, por poner un ejemplo, seguro que conseguiremos que nuestro dinero conserve su valor al finalizar el plazo estipulado.

Pero no crea que sacará mucho más de lo invertido: si el interés que le ofrecen es de un 3%, descontando la retención que practica Hacienda y la subida del IPC, cuando saque su dinero apenas habrá crecido un 0,3%. Correrá pocos riesgos (el riesgo cero no existe), pero le rentará muy poco, ¿verdad?  

Si quiere obtener más por su dinero y le gusta el riesgo con mayúsculas, les proponemos unos fondos que seguro le darán emoción a sus vidas: los hedge funds.


Básicamente, un hedge fund es un fondo no regulado. ¿Qué significa esto? Las empresas o instituciones financieras están reguladas por los Estados. Un banco o un fondo de pensiones sólo pueden invertir, por ejemplo, en determinados activos. Frecuentemente, se les exige que esos activos tengan calificación ‘triple A’ por las agencias de calificación de riesgos ya saben, las odiadas y desde hace poco en boca de todos Moody’s, Standard and Poor’s, Fitch, etcétera. (Un inciso: son los “malos de la película”, pero, realmente, son los Gobiernos quienes les han dado poder para decidir qué activos tienen categoría ‘de inversión’ y que activos son ‘bonos basura’. Más les valdría a nuestros políticos recordar esto antes de criticarlos).
¿Por qué esta regulación? Pues porque los depósitos de los bancos, por ejemplo, están garantizados por los Estados (al menos, hasta un cierto nivel con el Fondo de Garantía de Depósitos). Por tanto, los Gobiernos no quieren que esas instituciones financieras corran demasiados riesgos.  

Los hedge funds, en cambio, no están regulados. Eso indica que pueden invertir en lo que les dé la gana, lo que quieran, pedir prestado cuanto puedan y correr los riesgos que les apetezca, porque el Estado no corre con la factura si quiebran. El riesgo, como es lógico, lo asume el inversor. A cambio, las ganancias, en caso de haberlas, no tienen nada que ver con ese 3% del que hablábamos al principio sino que son mucho más elevadas (no resultan extrañas ganancias el 30, 40 o 50 por ciento anuales).


Eso si, si tiene previsto invertir en un hedge fund sepa que suelen exigir un aporte mínimo de 20 millones de dólares para entrar  y que las comisiones suelen ser exorbitadas: el 20% de la apreciación de la inversión más el 2% del capital invertido. O sea, si invierte esos 20 millones de los que hablábamos y el fondo logra una apreciación del 40%, la institución se queda con un millón de dólares. Y usted con siete, claro. Pero no hay que cegarse: también es posible que pierdan un 40% en un año, con lo que su dinero habrá adelgazado hasta menos de 12 millones en apenas doce meses.


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