El pasado viernes, el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tomó la decisión unilateral de aumentar la edad de jubilación de todos los trabajadores españoles hasta los 67 años. Como dejó bien claro, esta Reforma se aprobará, el próximo 28 de enero, con o sin consenso del resto de partidos políticos presentes en el (ya fenecido) Pacto de Toledo.
Extraigo algunas frases dichas por "nuestro" Presidente:
- "Un gobierno serio tiene que ser previsor. A lo mejor había que haber hecho las cosas en la década de los 90 o a principios del 2000, como hizo Alemania".
- "El Gobierno va a presentar la propuesta de reforma sistema de pensiones que necesita España, los trabajadores y los ciudadanos tiene que tener un horizonte y una seguridad sobre su pensión. La inmensa mayoría de la sociedad española, que sabe lo que está en juego, entenderá la reforma".
- “El Gobierno no puede estar pendiente de expectativas electorales cuando está en juego el futuro de nuestras pensiones y la estabilidad fiscal. Esto es algo mucho más importante".
- “Estamos en un momento histórico para el futuro de nuestra economía, nuestra prosperidad y nuestro bienestar. Afrontar la crisis económica que estamos pasando hace tomar medidas históricas. Si las tomamos hoy, aunque no sean fáciles, en el futuro diremos que hicimos lo que teníamos que hacer".
Cada vez que un político español abre la boca para hablar del futuro de las pensiones (y más si quien lo hace es el Presidente del Gobierno) nos regala los oídos con palabras como “solidaria", "justa", "sostenible", "ineludible"... patrañas: cada calificativo empleado esconde un engaño a los futuros pensionistas.
Esta semana pasada supimos por la prensa que una de las primeras medidas que tomará el SIP de Caja Madrid, Bancaja y otras 7 cajas de ahorros será la de prejubilar a un buen número de sus empleados. La operación se hará a partir de los 55 años y con el 95% de sus salarios actuales. Cabe recordar que nuestro gobierno ha propiciado esta fusión de cajas aportando 4.500 millones de euros para ello, lo que traducido significa que con dinero público se les estará pagando la jubilación anticipada a estos trabajadores. Algo similar ocurrió en Televisión Española, aunque creo recordar que allí la edad era todavía inferior (52 años).
Mientras existan las prejubilaciones “interesadas” me niego a que me aumenten la edad de jubilación a los 67 años y a que me rebajen la pensión al aumentar hasta 20 o 25 años el periodo de cómputo.
Es más, por mucho que aumenten la edad de jubilación o amplíen el cómputo de años, no servirá de nada. Será como una tirita para curar una amputación. No hace falta ser muy listo para saber que el sistema público de pensiones español quebrará. Como buen ejemplo de fraude piramidal, en el momento en que la base de la pirámide se estrecha, el sistema se va a pique y este estrechamiento ya se está produciendo y se acentuará aun más en los próximos años, cuando empiecen a jubilarse los españoles nacidos en la década de los cincuenta. Habrá muy pocos trabajadores que puedan pagar las pensiones a un número tan elevado de jubilados. Al aumentar la esperanza de vida, aunque nos quieran jubilar a los 70 y con la mitad de la pensión, la “caja” no aguantará.
El actual y caduco sistema de reparto no tiene futuro. Estoy de acuerdo con el Presidente en su afirmación de que “estamos en un momento histórico” para el futuro de la economía (y de las pensiones, añado yo). Es el momento de plantearnos un cambio en el sistema de pensiones que nos garantice la tranquilidad en la jubilación y esto no se consigue con las migajas de los 67 años o los 25 del cómputo; hay que ir más lejos e instaurar el sistema de capitalización de las pensiones: que lo que cada uno pague durante su vida laboral sea lo que después reciba cuando se jubile y no las limosnas que se dignen a otorgarnos los políticos de turno con el sistema de reparto como si nos hicieran un favor (por eso no quieren cambiarlo).
Zapatero (él es quien mejor lo sabe) tiene los días contados en el mundo de la política. Si de verdad quiere ser recordado, no como el Presidente que nos llevó a la ruina sino como el que nos garantizó el bienestar en la jubilación, todavía está a tiempo de rectificar y, al menos, dar los primeros pasos en el camino hacia la capitalización de las pensiones (recordar que con este sistema podríamos jubilarnos antes, con muchos más ingresos de los que tiene un jubilado actual y conservando un capital muy respetable).
Por cierto, señor Rajoy: si quiere nuestro voto no olvide incluir en su programa electoral la derogación de la jubilación a los 67 años y la promesa de que durante la próxima legislatura se implantará un sistema (al menos mixto) de capitalización de las pensiones.
Puede que aun estemos a tiempo de arreglar el desastre.
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