miércoles, 15 de diciembre de 2010
Ecologistas piden prohibir el H2O en la Conferencia Climática de Cancún
Ya hacía bastante tiempo que no traíamos hasta nuestra página noticias sobre el famoso cambio climático. La única razón para semejante “ausencia” ha sido la de considerar que, tras las revelaciones (surgidas antes de la Conferencia de Copenhague) de los amaños que han urdido durante muchos años los científicos que defienden el origen antropológico del calentamiento para justificar sus catastrofistas predicciones, el “movimiento” (aunque muchos no quieran darse por enterados) está más que muerto.
Sin embargo, la lectura de un par de artículos relacionados con el tema, ha hecho que queramos dedicarle unas líneas al “calentamiento global”. Como podrán comprobar, la amenaza catastrofista se está convirtiendo en una auténtica parodia de humor.
El primero de ellos (más serio) aparece en la web estadounidense Pajamas Media y recopila artículos sobre el clima aparecidos en los principales medios de comunicación de su país desde 1895. Según su relato, la temperatura global ha estado subiendo y bajando de forma cíclica en este período de tiempo, lo que ha provocado que se sucediesen las predicciones catastrofistas en uno y otro sentido.
Así, ya en 1895 The New York Times titulaba: "Los geólogos piensan que el mundo podría estar enfriándose". Ésta fue una idea que se mantuvo hasta la mitad de los años veinte e, incluso, poco después de la catástrofe del Titanic se llegó a asegurar que "la quinta edad del hielo está en camino". A comienzos de los años veinte la temperatura global comenzó a ascender, algo que se mantuvo hasta mediados de los años cuarenta y los periódicos cambiaron su discurso alertando sobre el preocupante calentamiento global.
Tras la Segunda Guerra Mundial el clima volvió a enfriarse hasta el punto que en 1969, en Science News, se publicaba esta alarmante reflexión: "Cuánto tiempo durará el actual enfriamiento es uno de los más importantes problemas de nuestra civilización". En los 70, periódicos como The Washington Post, Newsweek o Time hablaron con cierta frecuencia de la "nueva edad de hielo" a la que se enfrentaba la humanidad.
Pero el clima es “muy suyo” y a comienzos de los años 80, la Tierra comenzó a calentarse de nuevo. Cuando los científicos lo constataron, a mediados de los 90, fue cuando comenzó la campaña del “cambio climático” que ha durado hasta nuestros días.
Casi 120 años equivocándose sobre las tendencias futuras del clima no ofrecen mucha confianza sobre la labor de los científicos, ¿no les parece? Nadie sabe (ni siquiera ellos) cómo será la vida sobre la Tierra dentro de 100 años ni como evolucionará la ciencia hasta entonces, ¿cómo pueden hacer sus predicciones para el año 2100 con tanta seguridad y, además, descalificar a los que no creen que haya que poner en peligro el crecimiento económico actual por un futuro desconocido?
Las siguientes historias las hemos encontrado en el blog Barcepundit. La primera cita un artículo de Cotizalia acerca de la caída en los depósitos de gas en el Reino Unido.
Al parecer, el Ministerio de Energía de aquel país creyó las previsiones de un grupo de científicos a los que pidieron asesoramiento, que aseguraron que este invierno sería uno de los más secos y cálidos del siglo. Pues bien, este año el frío se ha adelantado en las Islas Británicas y ahora el ejecutivo inglés tendrá que comprar el gas a un precio un 41% superior al que marcaba en mayo, cuando se planteó la cuestión de rellenar los depósitos. Los mismos científicos que predicen la catástrofe climática a finales de este siglo no aciertan la previsión a cuatro meses vista.
Por último, una divertida muestra de lo fácil que es engañar a alguien con términos científicos rebuscados y supuestamente irrefutables. Un grupo norteamericano, capitaneado por Anthony Watts, se presentó en la reciente Conferencia de Cancún sobre Cambio Climático pidiendo firmas para prohibir el "monóxido de dihidrógeno".
Este “peligroso” componente químico se encuentra en nuestros mares, en el aire, en lo que comemos e incluso en nuestros cuerpos. Se trata del H2O: el agua corriente. Personas teóricamente preparadas, que nos cuentan cómo de peligroso es el cambio climático y la cantidad de evidencias científicas que lo demuestran, se dejaron llevar por la euforia “prohibicionista” imperante en la Conferencia y, simplemente al escuchar que el tal monóxido lo emitían las industrias, pidieron prohibir el agua.
Tanto al principio como al final de este post, pueden reproducir los dos vídeos que ha publicado este grupo con el acto de las firmas. Aunque están en inglés, se entiende perfectamente la tomadura de pelo.
Como siempre, desde este blog la misma recomendación: huyamos de aquellos que predicen el Apocalipsis pero no dejemos de cuidar el planeta. Que sólo tenemos uno y tiene que durar mucho.
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