Usted se sienta un restaurante y le sacan dos platos con fruta. Del plato de la derecha le dicen que la fruta ha sido tratada íntegramente con productos orgánicos sin utilizar ningún tipo de pesticidas ni fertilizantes químicos; en cambio, la fruta del plato de la izquierda se podría considerar como “normal”, es decir, para producirla se han utilizado todo este tipo de productos artificiales. ¿Cuál se comería primero?
Estoy seguro que, a igual precio, el 99% de las personas elegiríamos el plato de la derecha. Incluso si nos pidieran un sobreprecio por él (siempre que fuese razonable), continuaríamos eligiéndolo. ¿Por qué?
Las personas huimos de forma instintiva de todo aquello que nos suene a “química”. Llevamos muchos años oyendo barbaridades sobre los productos químicos que se aplican en la alimentación y aunque muchas veces se magnifican esas conductas, lo cierto es que la preferencia por los alimentos naturales ha calado muy hondo en la sociedad. Ahora bien, ¿sabemos por qué preferimos ese tipo de alimentos? Lo digo porque estoy seguro de que si preguntásemos a todas esas personas que eligieron el plato de fruta de la derecha, muchas de ellas justificarían su elección diciendo que “no quieren engordar”. Y así… no lo van a conseguir.
En psicología se conoce esta conducta como efecto “halo”: nuestra mente cree que un producto con unas buenas cualidades es perfecto en todo. Por ejemplo, cuando vemos a una persona atractiva pensamos que también será inteligente o cuando compramos un buen coche creemos que será muy rápido. Y no siempre es así. Con los alimentos sucede igual: que nos los vendan como sanos no significa que también nos ayuden a adelgazar.
Investigadores de la Universidad de Cornwell, en Estados Unidos, realizaron un pequeño estudio entre 144 personas a las que les dieron a elegir entre alimentos “ecológicos” y otros que no lo eran. Como era de suponer, la inmensa mayoría eligió, mientras quedaban, alimentos orgánicos. Pero lo más curioso fue comprobar que esas personas estuvieron dispuestas a pagar más por esos alimentos y, al mismo tiempo, se preocuparon mucho menos por las calorías que contenían. La creencia de que eran mucho más sanos les llevó a pensar que no suponían ningún peligro para su peso.
A todos nos ha pasado: llegamos al supermercado y elegimos “snacks” fritos en aceite de oliva, compramos naranjas cultivadas con abonos naturales o adquirimos mayonesas sin aditivos ni conservantes. Seguramente nuestra salud nos lo agradecerá, pero estos productos no nos ayudarán en absoluto a perder peso ya que poseen las mismas calorías que los otros. Al revés, como pensamos que son “perfectos” comeremos más y la báscula nos sacará los colores al día siguiente.
3 comentarios:
Los alimentos ecológicos no engordan más que cualquier otro alimento que no lo sea, engordan lo mismo, pero de una forma mas sana y natural. También hay muchos productos ecológicos que no engordan ya que son integrales y conservan todo su sabor y nutrientes intactos. Yo he encontrado una tienda online con una variedad importante en productos ecológicos. Os recomiendo que la visitéis www.laecologica.com
yo al menos si escojo alimentos ecologicos en lo ultimo k pienso es en las calorias, esta eleccion se debe basicamente a la salud, en cuanto alimentos no transgenicos, ni productos quimicos contaminantes ni nocivos para la salud como pecticidas, este articulo me parece de lo mas superficial!!!
Para mi los productos ecológicos siempre serán más sanos que los que no lo son y la inestabilidad de calorías siempre será mucho menor
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