jueves, 5 de mayo de 2011

Los funcionarios tiemblan ante la nueva rebaja de sus sueldos en 2012



Como bien dice una de las famosas Leyes de Murphy “cuando las cosas van mal, tienden… a empeorar”. El famoso “tijeretazo” que el Presidente Zapatero infringió en los sueldos de los funcionarios y pensionistas hace ahora un año está teniendo más consecuencias de las que en un principio se suponían.

Recuerden que en mayo de 2010 (tras un fin de semana dramático en Bruselas en el que parecía inminente la bancarrota de España) el Presidente Zapatero decidió congelar las pagas que recibirían los pensionistas en 2011 (aunque, posteriormente, aumentaron en un 1%) y rebajar los sueldos de los funcionarios una media del 5% con carácter inmediato y congelarlos para el año siguiente. Bien entrados en el 2011, estas medidas se han magnificado. ¿Por qué? Pues por culpa de la maldita inflación.


En efecto, los jubilados han visto crecer sus ingresos (en las pensiones más bajas) un ridículo 1%. Pero esta cantidad es a todas luces insuficiente si la comparamos con el 3,5-4% que está subiendo el coste de la vida. Cuando estas personas acuden a comprar los artículos que necesitan para subsistir se encuentran con que estos han aumentado bastante más que sus emolumentos. Primero fue la subida del IVA en dos puntos porcentuales a lo que ahora hay que añadir ese 4% que se lleva por delante la inflación. La perdida de poder adquisitivo de los pensionistas resulta evidente.

Y no son, ni de lejos, los que peor parados salieron del tirón de orejas de Bruselas a Zapatero; los funcionarios lo tienen bastante peor. El famoso 5% se convirtió en un porcentaje mucho mayor gracias a la estratagema utilizada por el Gobierno de reducir las pagas extras a la mitad. Sin que nadie se diese cuenta, el recorte real que sufrieron sus emolumentos pasó a una horquilla de entre el 8% y el 15%. Súmenle la subida del IVA y de otros conceptos (por ejemplo el Euribor) y añádanle la brutal inflación del 4% y se encontrarán con que algunos funcionarios han pasado, de la noche a la mañana, a tener un poder adquisitivo ¡¡¡un 20% inferior!!! al que tenían antes de aquel fatídico día del mes de mayo de 2010.  


Al parecer, lo peor aun está por llegar. Nuestra Ministra de Economía, Elena Salgado, acaba de enviar a Bruselas las previsiones de gastos del Estado Español para los próximos años y en esas cuentas aparece un recorte de 15.000 millones de euros en salarios públicos.

Hagamos cuentas: con la congelación de los sueldos ya efectuada, según el Gobierno se ahorraban 3.000 millones hasta el año 2014. Además, prometieron rebajar el número de funcionarios cubriendo sólo el 10% de las plazas vacantes que quedaran en la administración. Con ello ahorrarían otros 8.000 millones. ¿Y los otros 4.000? ¿Esperarán hasta después de las elecciones del 22 de mayo para decirnos de dónde van a salir?

Tampoco hay que ser un lince para descubrir que la única partida capaz de conseguir ese ahorro es la de los sueldos de los funcionarios. Ahora bien, si para conseguir 3.000 millones los empleados públicos han visto reducido su poder adquisitivo hasta en un 20%, ahora que falta mucho menos tiempo para llegar al 2014 ¿cuál será la rebaja? Sin olvidar, claro está, que se sumará a la que ya han sufrido.

Gracias a la crisis que estamos padeciendo desde hace más de tres años, todos los españoles (trabajemos en empresas públicas o privadas) hemos visto reducido nuestro poder adquisitivo. Los que tienen la suerte de seguir trabajando han sufrido congelaciones (e incluso rebajas) en sus sueldos que, con la inflación padecida en 2010 y la que se nos viene encima en 2011, provocan que nos hayamos empobrecido. Pero muy pocos han llegado al extremo al que llegarán (si nadie lo impide) los trabajadores públicos.


Los que hayan seguido en alguna ocasión este blog sabrán que no nos caracterizamos precisamente por la defensa del funcionariado. Pero en esta ocasión las cosas son diferentes, ¿qué culpa tienen ellos de que las finanzas públicas estén chorreando sangre? ¿Han sido los funcionarios los que han dilapidado el superávit de las cuentas públicas que disfrutamos en los primeros años del milenio?

Está claro que los empleados públicos cuentan con la ventaja de tener su puesto de trabajo asegurado de por vida (al menos de momento), pero, usted, trabajador privado ¿cambiaría esa seguridad por una rebaja en su sueldo del 40% para siempre? 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sería conveniente que en el artículo se distinga entre funcionario y empleado público. El empleado público no tiene garantizado su sueldo de por vida. Igual que la aplicación de la rebaja en el gasto salarial le afecta de lleno. Los contratos son igual de temporales que en la empresa privada y las condiciones salariales en muchos casos parejas. En el ayto donde trabajo tengo compañeras con 5 trienios ganando 900 euros...