Si le preguntasen por el nombre de un héroe famoso, seguro que en una de las primeras posiciones aparecería Robin Hood, “el ladrón que robaba a los ricos para entregárselo a los pobres”. Incluso Walt Disney lo homenajeó con una película. ¡Pues no saben el daño que este buen señor ha causado a lo largo de la historia a las mentes de los ciudadanos de medio mundo!
Me explico. Si, está muy
bien que ante las injusticias de su época (aunque, no crean, entonces pagaban
“diezmos” y ahora pagamos “medios” e incluso más), decidiese pasar a la acción
y asaltase a los recaudadores del Rey para repartir entre “el pueblo” el dinero
robado, pero ¿de qué vivía? ¿Trabajaba de alfarero o carpintero entre asalto y
asalto? No. Comía, bebía y vestía gracias a sus actividades delictivas. O sea,
se aprovechaba de sus robos. Además, el Rey, cabreado por los menosprecios de
Don Robin, ¿cómo creen que reaccionaría? Pues yo no estaba allí y en las
películas no lo cuentan, pero apostaría a que, como represalia, aumentaría los
impuestos entre la población y se volvería mucho más violento con los que no
pagasen a tiempo. Es decir, que al final, el “heroico” Robin Hood provocó que
el pueblo al que quería beneficiar saliese perjudicado. Y sin embargo, como
decía al principio, todos le consideran un “héroe”.
Les cuento todo esto a
raíz de una noticia que ha aparecido hoy en los medios digitales. Al parecer, se
ha creado una asociación en Madrid (a semejanza de la que desde principios de
año ya funciona en Barcelona) cuyo objetivo es facilitar la labor a todos
aquellos que deciden colarse sin pagar en el Metro de Madrid.
Memetro funciona como una
mutua: quienes deciden pertenecer a esta asociación, pagan siete euros
mensuales a sus gestores y con ello saben que, de pillarles entrando en el
suburbano sin pagar, será Memetro quien se encargue de pagar la multa que les
impongan.
Para justificar el
“descuido” del infractor, la asociación se ha inventado un “trastorno de la
memoria” durante el cuál el individuo es incapaz de
recordar que, según la normativa vigente, hay que validar el título de
transporte. Puede
alegar que ha sufrido un evento traumático
relacionado con la noticia de la subida abusiva de las tarifas, por el mal
funcionamiento del servicio o por cualquier otra excusa que se les ocurra.
También disponen de un servicio
“localizador” de billetes perdidos. En caso de que el infractor sea pillado “in
fraganti”, la asociación se encarga de facilitarle un billete para poder anular
la sanción impuesta.
Y ya, en el colmo de la sofisticación,
están ultimando una aplicación para smartphone que indicará, en tiempo real,
las estaciones donde se encuentran los revisores para que las puedan evitar.
Estoy seguro que muchos lectores habrán
encontrado la noticia “simpática” y que algunos incluso habrán justificado la
labor de esta “mutua de timadores” por la situación de crisis actual y por los
altos precios que está alcanzando el Metro madrileño. Pues miren, a mi no me ha
hecho ni pizca de gracia.
¿Saben que el precio del billete del
Metro de Madrid apenas cubre el 40% del coste del servicio? ¡Las pérdidas
superan los ingresos! ¿Y quien tiene la culpa de esto? Sin ningún lugar a
dudas, los gobernantes madrileños. Por tres razones: la primera es por haber
colocado como gestores del Metro a personas no preparadas, ya fuesen compañeros
de partido, amigos, familiares… ya saben, gente que hasta su llegada al cargo,
apenas habían gestionado una comunidad de vecinos. La segunda es por haber
construido líneas de metro deficitarias, basándose más en los votos que se podrían
conseguir que en la utilidad del servicio. Y la tercera es por subvencionar el
precio del billete, permitiendo, a sabiendas, que los usuarios paguen mucho
menos de lo que realmente vale su desplazamiento; el gobernante gana
popularidad y ya pagarán los que vengan detrás. Menos ingresos de los debidos,
más gastos de los necesarios… desastre total.
Pero lo peor de todo es que con esta
actitud han logrado que los usuarios crean que están pagando de más cuando
compran su billete y que, incluso antes del próximo y abultado incremento de
las tarifas, hayan surgido movimientos como el “yo no pago”, los asaltos en
masa a las estaciones o la creación de esta mutua de delincuentes llamada
Memetro. Mientras no asumamos que debemos pagar (sin subvenciones) por los
servicios que recibimos, difícil será que salgamos decentemente de esta
asquerosa crisis.
Volviendo a lo que les comentaba al
principio, seguro que, a semejanza de lo que ocurría con Robin Hood, muchos
justificarán a estos “jetas” y pensarán que el Metro de Madrid “se lo tiene
merecido”. Grave error: todo lo que no paguen estos individuos, ¿quién cree que
lo pagará? ¿Esperanza Aguirre? ¿Ana Botella? No. Lo pagarán, usen o no el
Metro, todos los madrileños y, a renglón seguido, el resto de los españoles a
través de los impuestos.
Sabiendo que van a pagarles sus desplazamientos,
¿a que ya no les parecen tan simpáticos estos caraduras? Pues esperemos que a la policía tampoco y
actúen en su contra.
Por cierto, si las multas fuesen de 2.000
euros, ¿también las pagarían la “mutua de timadores”?
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