Hoy, 28 de diciembre (y no es una inocentada), se ha publicado en el BOE la, ya famosa, Ley Omnibus. Esta ley no es más que una modificación de diversas leyes para su adaptación a la ley sobre el libre acceso a las actividades de servicios y su ejercicio, adaptándose así a las normativas comunitarias.
Hasta ahora sólo habíamos oído hablar de la Ley Ómnibus en lo relativo a su artículo 21 que tanta polvareda ha levantado en el sector del taxi. Sin embargo, esta ley abarca otros muchos sectores, como por ejemplo el artículo 46 que permitirá, a partir de hoy, que los locales dedicados a la venta de prensa puedan volver a vender tabaco.
Los kioscos y locales de venta de prensa (así como otros muchos negocios) siempre habían vendido cajetillas de tabaco. Sin embargo, a partir de la denominada Ley Antitabaco (enero de 2006), este tipo de comercios vieron como se les prohibía esta actividad. Todos recordamos el revuelo que causó esta medida en kioscos y gasolineras, por poner sólo dos ejemplos.
Pronto rectificó el gobierno y en febrero de 2006 se modificó la referida ley para permitir la venta de este producto en quioscos de prensa, pero, inexplicablemente, se dejó fuera a los locales de venta de prensa. Tras varios años de reivindicaciones, a partir de hoy, el sector ha conseguido volver a comercializar cajetillas de tabaco, siempre a través de máquinas expendedoras.
Esta medida nos lleva a hacernos algunas preguntas: ¿esta autorización también permitirá a otros sectores vender cigarrillos? Concretamente, nos referimos a las gasolineras (conste que no tengo ningún interés económico en el tema), ya que con anterioridad a la ley, también vendían tabaco. Si los bares y restaurantes y, ahora, los locales de venta de prensa pueden expedirlo, ¿por qué no las gasolineras y otros negocios?
Otra cuestión: ¿por qué se prohibió esta venta hace ahora 4 años? Suponemos que fue para que disminuyera el consumo de tabaco y para controlar que este producto no fuese a parar a menores de 16 años. ¿Qué ha cambiado desde entonces? Lo desconocemos. Lo que si sabemos es que en España existen 300.000 fumadores más que hace 4 años. Y opinen ustedes si los menores de 16 años tienen dificultades para conseguir cigarrillos. Sinceramente, yo creo que no. ¿Podrán los vendedores de prensa controlar (al 100%) que la venta de tabaco no se realice a menores de 16 años?
Por otra parte, ¿alguien ha valorado el coste que tienen estas leyes “ahora si, ahora no” en las economías de las empresas? ¿Y la seguridad jurídica?
La comisión europea ha instado a sus países miembros a conseguir una Europa “libre de humo” antes de 2012 y aun no hace quince días, la Ministra de Sanidad “alegró” las navidades a los hosteleros amenazando con un endurecimiento de la Ley Antitabaco que prohibiría totalmente su consumo en locales de ocio, bares y restaurantes, ya fuesen grandes, pequeños, con buenas extracciones de humo o con salones privados y bien acondicionados. Ahora, se mueven en sentido contrario facilitando la compra de cigarrillos a los ciudadanos, lo que, sin duda, incrementará su consumo. ¿En qué quedamos?
No es difícil de adivinar: les encantan las prohibiciones populistas, pero no pueden vivir sin los generosos impuestos que nos cobran por nuestros “vicios”.
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