Pero la cosa no acaba ahí. En el aeropuerto aterrizarán 140 jets privados y los hoteles más lujosos (a 720 euros de media la noche) no disponen de habitaciones desde que se anunció la Cumbre. Según The Daily Telegraph, los asistentes a la Cumbre generarán tanto dióxido de carbono como una ciudad de 200.000 habitantes. Influye, como no, que en Copenhague, en pleno mes de diciembre, hace frío. Pero es lo que suele pasar: en verano realizan las reuniones en el trópico (Bali) y en invierno, acuden a las inmediaciones del círculo polar. Con tal de ahorrar energía...
Aparte, se han disparado las compras por parte de restaurantes de productos “modestos” como vieiras, foie gras y caviar.
Si ustedes están dispuestos a “sufrir” todas estas “penurias”, apúntense al selecto club de los “calentólogos”.
Aunque no se crean que todo son bondades. Parece ser que los “días de vino y rosas” de los partidarios del cambio climático producido por el hombre, están acabando. Hoy mismo se han conocido dos noticias que ponen en peligro el ansiado pacto global que limitaría, de forma importante, las emisiones de CO2 de cara al año 2030.
Por un lado, ha salido a la luz un proyecto de acuerdo secreto firmado por un grupo de países conocidos como "el círculo de compromiso", que incluyen a Reino Unido, EEUU y Dinamarca. Mediante este acuerdo, se quieren anular las exigencias impuestas en el protocolo de Kyoto, que obligaba a los países ricos a reducir las emisiones de CO2, mientras que las naciones más pobres no tendrían esa imposición. Además, pretenden prohibir a los países pobres emitir más de 1.44 toneladas de carbono por habitante en 2050, mientras a los ricos se les permitirán 2.67. Como no podía ser de otra forma, los países en desarrollo han montado en cólera.
Hoy también se ha confirmado la asistencia del congresista republicano estadounidense James Sensenbrenner. Este buen hombre acude a Copenhague con un solo fin: el de subrayar que el Congreso de su país no apoyará las posibles promesas de su Presidente Barack Obama respecto a la reducción de gases de efecto invernadero mientras no termine lo que calificó de "fascismo científico", en relación a la filtración de los correos electrónicos de científicos que apoyan el cambio climático, en los que se anunciaba “manipulación” de datos para corroborar sus teorías.
Por último, no me resisto a comentar un par de detalles que “marcarán” esta Cumbre. El primero es el detalle del Gobierno danés de prohibir la instalación de árboles de navidad en las cercanías de los hoteles y del lugar de la reunión. ¿El motivo? No molestar a los asistentes musulmanes a la Cumbre (como contrapartida, supongo que cuando se celebre una reunión en un país árabe, dejarán de ayunar en el Ramadán).
El segundo detalle (éste si, mucho más trascendente) es la recomendación que ha efectuado alcaldesa de Copenhague con relación a la prostitución: “Se sostenible; no compres sexo” (muchas gracias a la alcaldesa porque, hasta ahora, desconocíamos los perjuicios que para el clima tenía el sexo). Las prostitutas han reaccionado con rapidez: ofrecerán sus servicios gratuitamente a todos los Delegados de la Cumbre que presenten su acreditación.
No quiero ni imaginarme lo que les dirán sus esposas después de diez días en Copenhague. Que vayan preparando las excusas.
1 comentario:
Jajaja excelente post. Realmente vergonzosa la hipocresía de estos supuestos salvadores de la humanidad.
Expectante aguardo qué aberrantísimas medidas pro-nuevo orden mundial y anti-humanidad saldrán de esta reunión, con la excusa del imaginario cambio climático antropogénico, una de las grandes estafas del milenio (junto a terrorismo, pandemias, etc. Viene a ser to lo mismo)
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