miércoles, 24 de noviembre de 2010

Zapatero prepara el tijeretazo 2.0



El 12 de mayo, José Luis Rodríguez Zapatero subía a la tribuna del Congreso de los Diputados para anunciar el plan de recortes sociales más duro de la historia. La congelación de las pensiones y la reducción del sueldo de los funcionarios fueron las medidas que calaron más hondo en el subconsciente de todos los españoles al recordar aquella comparecencia del Presidente del Gobierno.
En contra de sus principios, Zapatero no tuvo más remedio que claudicar ante la evidencia de que el país corría desbocado hacia la quiebra y, presionado por la Unión Europea y por su “amigo” Obama, adoptó estas drásticas medidas.


Tras unos meses de relativa calma, en la que incluso se envalentonaron asegurando que lo peor de la crisis de la deuda pública había pasado, el rescate (por parte de la UE y el FMI) a Irlanda ha disparado todas las alarmas: los inversores extranjeros salen corriendo, la bolsa se desploma, la prima de riesgo alcanza records y las nuevas emisiones de deuda se pagan a un interés que es el doble que hace escasamente un mes.

¿Por qué se está desatando ahora esta tormenta financiera contra España? El proceso es simple: estamos tremendamente endeudados en todos los frentes (es más, el endeudamiento sigue creciendo imparable) y no podemos pagar. Nuestros acreedores han de refinanciarnos la deuda constantemente con la esperanza, cada vez más ingenua ya que los fundamentos económicos continúan empeorando, de que algún día les devolvamos lo prestado.

Como cada día que pasa resulta más evidente que no llegaremos a cumplir con nuestros compromisos. Los inversores, que ya no se fían (crédito viene del latín credere, creer), nos exigen unos tipos de interés más altos (menor seguridad, mayores intereses) para dejarnos el capital. Es la pescadilla que se muerde la cola: intereses más altos igual a mayor dificultad para devolver la deuda igual a mayores intereses.

El incremento del coste de la deuda pública tendrá secuelas en el cumplimiento de los Presupuestos Generales del Estado. Difícilmente se podrá cumplir con la previsión de déficit del 6% y esto generará mayor desconfianza entre los inversores y entre nuestros socios comunitarios.


Según los expertos, históricamente, las crisis de deuda soberana llegan en tres oleadas: la primera fue en mayo, la segunda se está desarrollando ahora... ¿y la tercera? La última fase se espera que estalle durante la primavera de 2011 y, previsiblemente, el país afectado sea España. Los analistas anticipan que estamos irremediablemente abocados al rescate de la UE y del FMI.

España no va a quebrar; somos demasiado grandes para que permitan que caigamos, pero el problema es que también lo somos para que nos puedan rescatar tal como lo han hecho con Grecia o Irlanda. La solución podría pasar por la concesión de prestamos bilaterales por parte de algunos países ricos (ya saben: Alemania y Francia). Evidentemente, los países que nos presten ese dinero (no olvidemos que es el de sus contribuyentes) exigirán unas tremendas garantías y que nos apretemos el cinturón hasta el último agujero. ¿Se acerca una nueva ronda de recortes mucho más dura que la anterior? ¿Cuáles serán estos recortes? Ahí van unas pistas:

Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, pidió ayer que se aplique ya la reforma laboral para que los empresarios puedan descolgarse de la negociación colectiva y sobre las pensiones, aseguró que no bajarlas fue "una concesión importante". Entre líneas se puede leer que podría ser necesario bajarlas en los próximos meses.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) también publicó este martes un informe en el que considera la reforma del mercado laboral y del sector servicios como las áreas prioritarias de actuación en España y sugiere una reducción de la indemnización por despido en los contratos indefinidos y eliminar la negociación colectiva centralizada y la vinculación entre salarios e inflación (o sea, fin de la revisión salarial).

Lo que está claro es que el Estado tiene que reducir sus gastos y hay muchos analistas que opinan que sólo se podrá conseguir metiendo la tijera en las partidas que más gastos suponen. Evidentemente, estas partidas son las infraestructuras (menos carreteras, trenes, depuradoras, puertos...), educación (alza de las tasas universitarias, rebaja de las becas, reducción del profesorado...), sanidad (copago sanitario, recortes en las prestaciones...), administración pública (reducción de funcionarios, rebajas de sueldos, supresión de las Diputaciones, de algunos Ayuntamientos...), laborales (reforma de las pensiones, rebaja de los subsidios, del paro y del salario mínimo interprofesional, reducción de la indemnización por despido...).

Todo esto acompañado, naturalmente, de una subida de impuestos colosal. Prepárense para ver aumentado su IRPF, sus cotizaciones sociales, el IVA (parece que les hace ilusión redondearlo al 20%), los siempre recurrentes impuestos especiales (gasolinas, tabaco, bebidas alcohólicas...), los relacionados con los intereses bancarios y cualquier otro impuesto cuyo aumento valga la pena para elevar la recaudación sustancialmente.

Si con todos estos datos pueden adoptar alguna medida que alivie sus sufridas economías domésticas... háganlo de inmediato. Creo que vamos a “disfrutar” de un año 2011 muy, muy sombrío. Ojalá me equivoque.

2 comentarios:

McArt dijo...

Ojalá.

Sólo la combinatoria "subida de impuestos-no revisión salarial", a más de uno nos va a hacer mucha pupa, si de por sí ya vamos mal....

Mutten dijo...

Estamos avocados a la quiebra, hasta que el impresentable de Moncloa y toda su ralea salgan por piernas de una maldita vez...
La crisis no es solo economica, es de credibilidad de un gobierno al que nadie cree ya...
Despues de tantas mentiras desde fuera de España ven a nuestro gobierno como impresentables y desde dentro de España como mentirosos...
Estan acorralados y no saben que hacer para mejorar... Y lo peor es tener unos dirigentes desesperados porque son capaces de cualquier locura.
Un saludo y animo