Fueron la moda el pasado verano y aun se siguen vendiendo como rosquillas. Nos estamos refiriendo a las “pulseras milagro”, esas que al colocárselas en la muñeca, curan todos los males conocidos y los que aun están por descubrir.
En la publicidad nos indican que estas pulseras están provistas de un holograma que reacciona positivamente con el campo de energía del cuerpo y brindan un estado de armonía y equilibrio como lo tuvo antes de la contaminación por sustancias químicas, comidas rápidas, la falta de ejercicio y el estrés. Pero todavía profundizan más asegurando que aumentan la fuerza, el rendimiento sexual y mantienen la juventud, pasando por combatir dolores, lesiones, ansiedad, insomnio y depresiones, curan lesiones e incluso combaten enfermedades como artritis, artrosis, fibromialgia, osteoporosis y hasta eliminan las células cancerosas.
Como pueden comprobar, propiedades casi milagrosas y charlatanería seudo científica, todo ello acompañado por imágenes en las que aparecen famosos deportistas, artistas e incluso políticos luciéndola en su muñeca. Ni que decir tiene que de lo que prometen, nada de nada.
¿El precio? Una nimiedad: 40 euros por un trozo de plástico con un holograma.
Aclarar antes de pasar adelante que las pulseras no son perjudiciales para la salud (ya sería el colmo), pero incumplen varias normativas como, por ejemplo, la de publicidad engañosa o el que aparezcan famosos anunciando productos para la salud.
Ante tamañas evidencias de fraude, debería ser el propio Ministerio de Sanidad o el de Consumo quien actuase de oficio e iniciara una investigación que, en un principio, retuviese las ventas y, posteriormente, sancionase duramente a las empresas vendedoras. Pues no; en la Administración no han movido ni un solo dedo. Tuvo que salir la asociación de consumidores FACUA-Consumidores en acción en abril de este año (antes de que se produjesen las ventas masivas del artículo) a denunciar a estas empresas ante el Ministerio de Sanidad.
La celeridad con la que actuó éste causa asombro: primero les dijeron que no tenían competencia sobre este asunto y les señalaron que el organismo indicado era la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) quien, por cierto, a fecha de hoy aun no ha contestado las denuncias. Posteriormente, ante la insistencia de FACUA, les derivaron al Instituto Nacional del Consumo (INC) que, por cierto, pertenece al mismo Ministerio. Y ya desde el INC enviaron las denuncias correspondientes a las delegaciones generales de consumo de las autonomías implicadas (Andalucía, Comunidad Valenciana, Islas Baleares y País Vasco), donde tienen sus sedes sociales las empresas implicadas.
Por cierto, por si les interesa saberlo, las empresas imputadas por supuesto fraude son Power Balance España (Marbella, Málaga), Ion Balance (Alcudia, Mallorca), Equilibrium (Alicante) y EFX Performance (Leioa, Vizcaya). Posteriormente, se amplió la denuncia a las empresas Energy Ion (Barcelona), Mojo Future (Marbella, Málaga), NoaMagnetic (Madrid), Tecnobalance (Dos Hermanas, Sevilla) y Vitaljoya (Alcobendas, Madrid).
De las cuatro autonomías que, parece ser, debían investigar este fraude, tan sólo la Junta de Andalucía inició expediente sancionador contra Power Balance. Hoy, a 17 de noviembre, (imaginen las pulseras que habrán vendido desde la fecha de la denuncia y los españoles que habrán resultado timados) se ha dictado sentencia: 15.000 euros de multa. Si, han leído bien; una multa por el valor de la venta de 400 pulseras cuando en la empresa se jactaban de haber vendido hasta abril más de 300.000. Es más, no les han requisado las pulseras que tienen en sus almacenes, por lo que nada les impide seguir vendiéndolas.
Hay que aclarar que, según la legislación vigente en materia de consumo, la Junta de Andalucía podía haber decomisado a Power Balance toda la mercancía que tiene a la venta y haberla multado con la misma cantidad que ha ganado con el fraude que viene cometiendo más otra sanción de hasta 400.000 euros si hubiera calificado la sanción como muy grave.
FACUA ya ha reaccionado ante tamaña barbaridad y ha anunciado que presentará un recurso ante la Consejera de Salud de la Junta para que se le aplique a la empresa una sanción proporcional a las dimensiones del fraude.
Un negocio fraudulento de más de 10 millones de euros saldado con una ridícula multa de 15.000. Lo que me extraña es que no surjan todos los días fraudes de este tipo. O, a lo peor, si que surgen, pero, simplemente, no llegan a nuestros oídos porque el artículo no tiene éxito. Desde luego, por la acción de las administraciones públicas no será. ¿Es así como velan por la salud y los intereses de sus ciudadanos?
Resultan un poco caras, pero si les gustan, cómprenlas. Aunque, eso si: no esperen “milagros” de ellas.
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