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miércoles, 14 de diciembre de 2016

Pokemon, iPhone y Trump, los términos más buscados en Google en 2016



Suelen decir que si no apareces en Google… es que no existes. Por ello, para saber qué o quién ha sido el objeto o la persona más popular en el año, basta con conocer cual ha sido la búsqueda más realizada en Google. El popular buscador ha publicado las 10 más solicitadas por sus clientes a nivel mundial. Vamos con ellas.


1. Pokémon Go. Estaba claro que los videojuegos más populares de las consolas tenían que llegar a los teléfonos móviles. Lo que no se intuía es que iban a tener tanto éxito desde el principio. Nintendo con Pokémon Go ha desatado un fenómeno viral de magnitudes planetarias y ello se ha plasmado en el ranking de las búsquedas en Google.


2. iPhone 7. En el segundo lugar de la lista podemos encontrar el lanzamiento del nuevo producto de Apple, el iphone 7. Se presentó en sociedad a las 7 del 7 de septiembre y ese mismo mes ya fue el smartphone más vendido en Estados Unidos con el 17% de cuota de mercado.     


3. Donald Trump. Contra todo pronostico, sin apoyos ni experiencia y haciendo subir el pan cada vez que abría la boca, Donald Trump ganó las elecciones norteamericanas el pasado 8 de noviembre. Curiosamente, la pregunta más tecleada en Google ha sido: ¿qué pasaría si Donald Trump ganase las elecciones? Tenemos cuatro años para saberlo.


4. Prince. El 21 de abril nos dejaba a los 57 años un grande de la música: Prince. Su muerte también se plasmó en Google.


5. PowerBall. El dnero mueve montañas; la ilusión, también; es lógico que el mayor premio de la lotería jamás entregado (casi 1.400 millones de euros) fuese el quinto término más buscado en Google.


6. David Bowie. Otro grande de la música nos abandonó el pasado 19 de enero, David Robert Jones, más conocido por David Bowie.


7. Deadpool. Una de las películas más irreverentes de los últimos años se cuela en la séptima posición de la lista. La historia de un superhéroe vengativo ha calado en la sociedad.


8. Olympics. El deporte mueve pasiones y los Juegos Olímpicos son su máxima expresión cada cuatro años. Los de Río de Janeiro celebrados este año no podían ser una excepción.


9. Slither.io. En nuestro país no es muy conocido, pero el videojuego en línea de la compañía Lowtech Studios causa furor en medio mundo.


10. Suicide Squad. A la vista de las búsquedas, está claro que las películas en las que los supervillanos se convierten en héroes (y no nos estamos refiriendo al tercer clasificado de la lista Google) son las que mayor impacto causan. Este Escuadrón Suicida es buena muestra de ello.  




viernes, 11 de noviembre de 2016

Artistas que abandonarán Estados Unidos tras la victoria de Trump



Los artistas, en cuanto a preferencias políticas,  suelen decantarse mayoritariamente por las izquierdas. Sus motivos son variados: unos pocos siguen sus convicciones morales y la mayoría buscan beneficiarse económicamente del asunto. Ya saben, publicidad, notoriedad, devolución de favores vía actuaciones, películas… resumiendo: dinero para sus bolsillos.

En las recientes elecciones presidenciales de los Estados Unidos, aparte de por los motivos antes expuestos, era fácil sumarse al caballo ganador; nadie imaginaba que finalmente pudiera ganar el candidato excéntrico de la derecha, Donald Trump. Por ello, los artistas decidieron subir su apuesta y aseguraron en los medios que, en caso de ganar el magnate, abandonarían el país que les ha dado la fama. Estos nueve lo dejaron bien claro:

Miles Cyrus. Si a la campaña en contra de Trump hubiera que ponerle una cara, sería la que encabeza el post sin ninguna duda. La cantante siempre ha hecho público su apoyo a la candidata Hillary Clinton. En uno de sus polémicos post de Instagram escribió textualmente: “Me mudo si este es mi presidente. Y no digo cosas si no van en serio”. Ahora comprobaremos su seriedad.  


Cher. A través de Twitter, los ataques de la artista al candidato republicano han sido constantes: le comparó con Hitler y amenazó con mudarse a Júpiter. Como, al menos de momento, es imposible irse tan lejos, le aconsejamos México que está a la vuelta de la esquina.


Bryan Cranston. El conocido profesor y traficante de Breaking Bad también declaró en una entrevista pública que se iría a vivir a otro país si Trump se convertía en su presidente.


Samuel L Jackson. Durante el programa de Jimmy Kimmel el actor declaró: “Si el hijo de p… se convierte en presidente, moveré mi culo negro hasta Sudáfrica”. Supongo que el resto del cuerpo le acompañará.


Neve Campbell. La actriz aseguró que el triunfo de Donald Trump era uno de sus mayores miedos en sus sueños. Cumplida la pesadilla ¿se trasladará de nuevo a su Canadá natal?


Natasha Lyonne. En un video publicado por Starz, la popular actriz de “Orange is the new Black” dijo que ingresaría en un manicomio de consumarse la “catástrofe”. Que vaya eligiendo centro.


Barbra Streisand. Fiel defensora de Clinton, eligió Canadá como posibilidad. Tampoco se vive mal allí.


Woopi Goldberg. Sin fijar ningún destino concreto, a principios de año aseguró que abandonaría Estados Unidos en caso de victoria de Trump.


Amy Schumer.  Hemos dejado para el final a la actriz cuyo traslado más nos afectará, ya que confesó que si ganaba Trump se vendría a España. “Mi forma de actuar cambiará porque tendré que aprender a hablar español”. La esperamos con los brazos abiertos.


Se aceptan apuestas. ¿Cuántos cumplirán su promesa y se exiliarán voluntariamente a otro país? Yo lo tengo claro: NINGUNO.

martes, 27 de septiembre de 2016

¿Cómo eran nuestras vidas antes de Google?



“San Google”, como le llama mucha gente, ha cumplido 18 años. ¡Y parece que fue ayer cuando lo tecleábamos por primera vez (equivocándonos al poner una sola O) en nuestro ordenador! 
El buscador más importante del mundo ya es mayor de edad y para celebrarlo han creado un hashtag, #AntesDeGoogle,  donde los usuarios han descrito en unas pocas palabras cómo era su vida antes del feliz nacimiento. Les traemos las que más nos han llamado la atención, aunque no todos los cambios han sido debidos a la presencia de Google. Que aunque lo parezca, tampoco es Dios.


- La enciclopedia. En todas las casas había una y en las más pudientes, no bajaba de los 25 tomos. Lo sabía todo y era imposible hacer un trabajo escolar sin consultarla. Con el tiempo llegaron las enciclopedias en CD-ROM (otro muerto en combate) como la Encarta y, finalmente, todas pasaron a formato digital con visionado gratuito a través de internet.


- Las revistas y periódicos. No es que hayan desaparecido del todo, pero tampoco es que pasen por su mejor momento precisamente. Hace 18 años, había sábados en que salías del quiosco o librería con más peso del que podían soportar tus brazos con el periódico nacional, el local, el deportivo, la revista semanal, el coleccionable…


- El videoclub. Si no queríamos que las teles mandasen sobre lo que íbamos a ver, no teníamos más remedio que acudir al videoclub y hacer una cola inmensa para llevarnos a casa una película estrenada hacía tres años. Eso o grabar una de la tele para verla más tarde con anuncios incluidos.

- El teletexto. Era la única forma de saber los resultados de fútbol (o cualquier otra noticia) sin esperar a que llegase la hora del telediario. Todavía lo consultamos muchos, que conste.


- Agencias de viajes. Sin internet, viajar era difícil. Y caro. O nos conformábamos con lo que nos ofrecían en la agencia de viajes o había que lanzarse a viajar “a la aventura”, sin billetes de avión, reservas de hoteles, etc.

- Agendas de teléfonos. Todas las casas tenían una, bien ordenadita alfabéticamente. Incluso sabíamos muchísimos números de teléfono de memoria. La única forma de comunicarnos con el prójimo era el teléfono y el fijo de casa, echaba humo.


- Diccionario de idiomas. Los idiomas nunca han sido el fuerte de los españoles y la única forma de conseguir una comida decente cuando viajábamos al extranjero era traduciendo la carta con el mini diccionario correspondiente.  

- La cassette. Seguramente fue el inicio de la piratería. Un amigo nos dejaba un LP y con una calidad nefasta la grabábamos en una cinta que escuchábamos una y otra vez.  


- Las páginas amarillas. Eran como el Google de final del siglo XX. Todo aparecía allí: fontaneros, mecánicos, librerías… También estaban las páginas blancas para buscar teléfonos particulares. Éstas últimas ya han desaparecido, pero las amarillas todavía cuentan con más de 12 millones de usuarios y su versión digital es de las más visitadas.

- Los planos y el callejero. Era la única forma de orientarse por esas carreteras de Dios o por las callejuelas de la gran ciudad. ¡Qué forma de perderse! Pero tenía su gracia desplegar los mapas (no tanta volverlos a plegar).



 De todas formas, si quieren saber más cosas de cómo era la vida hace 18 años, pueden preguntarle a Google. Seguro que lo sabe. 


miércoles, 14 de septiembre de 2016

Ada Colau vapuleada en su primera biografía crítica


“Excelentísima Activista”; así se titula la primera biografía crítica que se publica sobre Ada Colau. De la mano de Ediciones Península, el periodista y profesor de periodismo Joaquín Roglán ha aceptado el reto de plasmar en un libro la personalidad de la primera alcaldesa de la historia de la ciudad condal.

“Según me dijo Ramón Perelló, editor de la editorial, pensó en mí porque he escrito varios libros de Barcelona y por mi experiencia al haber vivido y trabajado como periodista durante cuarenta años en esta ciudad. También influyó el que no pertenezca a ningún partido político ni guarde relación alguna con la política” ha dicho Roglán.

El autor reconoce que, más que interesarle, Ada Colau le inspira “curiosidad como fenómeno mediático y social” y que también le interesan sus circunstancias generacionales. “Ella pertenece, aunque simule lo contrario, a la generación más privilegiada desde la Transición. Es curioso de Colau explique que tenía trabajos precarios, cuando estudió y creció durante la etapa de pleno empleo. ¿No le interesaba un empleo estable o es que su currículum no se ajustaba a sus pretensiones?” 

Y añade: “En todo caso, de nuevo vivió como una privilegiada en su ONG (Plataforma de Afectados por la Hipoteca, PAH) y viajó a países a los que ninguna persona desahuciada pudo viajar y menos aún a cargo del contribuyente”.


Para este profesor universitario, “la constante presencia mediática de la hoy alcaldesa es una operación de imagen y de laboratorio de manual y se basa en técnicas de propaganda muy antiguas, empleadas precisamente en etapas y en países muy poco democráticos”, para añadir que “sabe convertir sus fracasos en éxitos mediante el método de culpar a los demás de todos los males y aparecer ella siempre como la inmaculada redentora”.

Joaquín Roglán termina diciendo que “Barcelona tiene como primera alcaldesa a Ada Colau porque la ciencia política es la única donde dos más dos no suman necesariamente cuatro y la ley electoral (que no se ha querido reformar durante tantos años) propicia aritméticas que permiten que una minoría minoritaria mande sobre mayorías mayoritarias. Con sumar dos o tres partidos de su oposición, cualquier candidato podría dejarla sin la vara de alcaldesa”. 

“Que Ada Colau haya dejado la calle para entrar en las instituciones ha provocado que la calle esté más desorientada y más desordenada que nunca”. O puede que sea por la labor que está ejerciendo al frente de la alcaldía, añado yo.


Es posible que dentro de un par de décadas, la presencia de Ada Colau en la vida política no pase de ser una anécdota o una broma de mal gusto, pero, hasta entonces, a la alcaldesa le queda cuerda para rato al frente del consistorio o, como vaticinan cada vez más analistas políticos, como primera Presidenta de la Generalidad de Cataluña. Los votos de los catalanes decidirán su futuro. A ella, ambición no le falta. 


sábado, 6 de febrero de 2016

Los mejores anuncios de la Super Bowl 2016



Estamos a las puertas del mayor espectáculo deportivo que se puede ver anualmente en el mundo. Dejando aparte las Olimpiadas que se celebrarán en verano en Rio de Janeiro, la 50 edición de la Super Bowl será el evento que más pasiones desatará en 2016.

Este gran acontecimiento tendrá lugar el domingo 7 de febrero en el Levi´s Stadium  de Santa Clara, en California. En él se enfrentarán los dos mejores equipos de las ligas de fútbol americano, los Carolina Panthers y los Denver Broncos por ser el campeón del mundo.

Pero el espectáculo no solo se desarrolla en el campo de juego; durante toda la semana, pero sobre todo antes y durante el partido, las diferentes actividades que se desarrollan levantan las pasiones de más de 100 millones de espectadores estadounidenses y del resto del mundo. Y, ante tal cantidad de gente pendiente de los televisores, la publicidad no podía estar ausente y los precios para que una marca se anuncie durante el descanso alcanzan cifras cercanas a los 5 millones de dólares por apenas 30 segundos. Ante precios tan desorbitados, las compañías publicitarias se esmeran para crear los mejores anuncios del año.

Aún no se ha celebrado el partido y las sorpresas pueden aparecer, pero los expertos apuestan porque estos anuncios serán los mejores que se podrán ver.



Colgate
Se titula “Save water” e intentará concienciar a todos los espectadores sobre la necesidad d cerrar el grifo mientras uno se está cepillando los dientes.




Peta
“Last longer”. El objetivo del anuncio será demostrar que comer carne no es bueno para la salud y que los que la comen, “duran menos” en muchos sentidos.




Campbell´s Chunky
“This one´s for mom”. Con el apoyo de una madre, se pueden conseguir las más altas metas. Incluso marcar en un partido.




Acura
“What he said”. Intentará transmitir la emoción de conducir este supercoche a todos los espectadores.

Pokemon
Se cumplen 20 años del lanzamiento de Pokemon Rojo y Pokemon Verde en Japón y para celebrarlo, podremos ver este espectacular anuncio en la Super Bowl de 2016.




Axe
“Find your magic”. La demostración de que con este desodorante “se encuentra la magia”.




Shock Top
“Unfiltered talk”. Sorprendente anuncio en el que una rodaja de naranja encima de un grifo entabla una simpática conversación con el protagonista.




Doritos
La célebre marca de snacks organiza anualmente un concurso con premio millonario para encontrar el anuncio de la Supe Bowl. Éste es el que se perfila como ganador de este año. 

jueves, 16 de octubre de 2014

¿Quién paga la resintonización de las antenas de TDT del 26 de octubre?



“¿Y tú que crees?” me espetó un amigo cuando le hice la pregunta;  “los mismos de siempre” se contestó él mismo.

El próximo 1 de enero de 2015 (aunque ya se deberán de sintonizar los canales el próximo 26 de octubre) entrará en vigor el dividendo digital, una medida que va a permitir a las operadoras de telefonía utilizar el espectro radioeléctrico que ahora ocupan los canales de TDT y que servirá para que puedan distribuir en condiciones la señal 4G en los teléfonos móviles. ¿Y dónde emitirán los canales de TDT? Pues en otra parte del espectro y para ello, habrá que reantenizar gran parte de las antenas de los hogares españoles. Sí; otra vez. Y ya van tres si contamos la implantación de la TDT.

El proceso a seguir será el siguiente:

Primero habrá que distinguir el tipo de antena: si vive en una comunidad con menos de tres viviendas, tendrá una instalación individual y, en su caso, no tendrá que adaptar su instalación ya que dispone de amplificadores de banda ancha capaces de recibir todos los canales de televisión. Solamente tendrá que buscar la nueva ubicación de sus canales preferidos con la ayuda de su mando a distancia.

Caso distinto es si vive en una comunidad de vecinos con más de tres viviendas. Afortunadamente no tienen que cambiar la antena; solo la tienen que resintonizar, aunque para ello, lógicamente, deberán contratar a un técnico especialista en el tema.


Deben llamar lo antes posible a un instalador de telecomunicaciones registrado, nada de amiguetes “en negro” que luego no recuperarán el dinero. (Pueden encontrar un listado en www.televisiondigital.es)

Éste instalador les facilitará un presupuesto con los trabajos a realizar y el detalle de los elementos que se vayan a sustituir.    

Una vez finalizados los trabajos, el técnico les entregará un ejemplar del boletín de instalación que detallará los trabajos realizados. También les dará la factura y deberán pagarla.

¿Significa esto que será la comunidad de vecinos la que se haga cargo del gasto? No, una vez pagada la factura, deberán solicitar una ayuda al Gobierno, que será finalmente quien corra con los gastos de la reantenización. Para solicitar la ayuda, la comunidad de propietarios deberá disponer de NIF y ser titulares de una cuenta bancaria donde les ingresarán la ayuda.

Las ayudas varían según la instalación. Si tienen que trabajar solamente con una centralita programable, el precio será de 100 euros. Si tienen que trabajar sobre amplificadores monocanal, si lo hacen sobre un múltiple digital, la cantidad a pagar (y a recibir como ayuda) será de 150 euros y de 100 euros más por cada múltiple digital hasta un máximo de 5 (en cuyo caso, la ayuda sería de 550 euros). Estas cantidades cubrirán, según el Gobierno, la totalidad de los trabajos a realizar.


En un principio, el Gobierno estableció que serían los dueños de las viviendas quienes deberían asumir el coste, al igual que ya hicieron en el paso a la TDT (más de 800 millones tuvimos que pagar los españoles) y en la primera reantenización. Los expertos calcularon que cada familia pagaría 20 euros.   

Como las asociaciones de vecinos pusieron el grito en el cielo, el Ejecutivo dio marcha atrás y decidió asumir los 286 millones de euros que costará la reantenización con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, vía subvención. ¿Qué significa esto? Fácil: que lo pagaremos entre todos los contribuyentes, vivamos en una vivienda unifamiliar o en un inmenso bloque de apartamentos, veamos la televisión o no.

Ya sé que la señal 4G es imprescindible para no quedarnos atrás en un mundo cada vez más tecnológico y globalizado, pero ¿por qué no lo pagan quienes más se beneficiarán de la medida, o sea, las compañías telefónicas con las nuevas bandas para el servicio 4G? ¿Cobrará el Gobierno estas nuevas bandas a las operadoras a buen precio o se las dejará a precio de saldo? ¿Recuperaremos al menos los 286 millones o haremos un negocio “redondo” como de costumbre?



sábado, 19 de octubre de 2013

Según cómo lo pregunten, estaré a favor o en contra



Todos nos creemos muy listos e inmunes a engaños; nadie nos la puede pegar, ni los publicistas, ni los periodistas ni mucho menos los políticos.  Pero eso, desgraciadamente, no es verdad. No siempre somos capaces de detectar las medias verdades (ni siquiera las falsedades completas) ni se pueden contener las emociones propias que nos predisponen a creernos todo lo que nos digan. Vemos lo que queremos ver o peor aún, en muchas ocasiones, vemos lo que algunos, de manera interesada, quieren que veamos.

En la sociedad actual se le dan mucha importancia a las encuestas. Según el resultado que tengan, los políticos, las empresas e incluso los equipos de fútbol toman unas u otras decisiones. Pero estas encuestas son manipulables y no me refiero a la hora de reflejar los resultados finales sino a la hora de efectuar las preguntas. El lenguaje no es inocente y la elección cuidadosa de las palabras no es en balde.  Según como se utilicen esas palabras provocarán un sentimiento de rechazo o de aceptación en el encuestado.


A nadie se le escapa que en nuestra sociedad conviven dos modos de comprender la política: una visión conservadora y otra progresista. La primera conlleva ideas de autoridad, fuerza, disciplina, mérito, tradición… mientras que la segunda se tiende a vincular a la cooperación, la solidaridad, la igualdad, la tolerancia, etc. Según las materias, la situación o la forma en que nos pregunten, habrá momentos en que todos seremos más progresistas o más conservadores.

Luis Arroyo, con el apoyo de la pronto extinta Fundación Ideas (el PSOE la cerrará el próximo 1 de enero), recoge una investigación en su último libro “Frases como puños”  en las que se presenta a los ciudadanos, a modo de encuesta, una misma cuestión pero planteada de dos formas. Y los resultados son espectaculares. Compruébenlo ustedes mismos:

- El 82% de los encuestados se muestra a favor de la intervención del Estado en la economía si es para garantizar la igualdad de oportunidades, pero solo respalda ese intervencionismo un 45% si es para que prime el mérito personal.

- El 68% entiende que la administración debe garantizar una educación a los niños con los mismos contenidos, pero un 75% cree que sólo los padres tienen derecho a elegir qué educación quieren para sus hijos.

- El 71% apoya que en las empresas haya representantes de trabajadores que dediquen todo su tiempo a resolver los problemas laborales, pero solo un 40% ve necesario que haya liberados sindicales que dejen su trabajo habitual por las tareas de los sindicatos.

- Un 75% ve bien pagar más impuestos para aumentar el número de médicos o profesores, pero sólo un 21% quiere que se aumente el número de funcionarios. Como si los primeros no lo fuesen…

Lo importante no es lo que se dice sino lo que la gente entiende. No es lo mismo hablar de  “inmigrantes ilegales” que de “personas que huyen de la pobreza o que buscan una nueva vida”; de “derecho a decidir” que de “desafío independentista”; de “flexibilidad laboral” que de “fomento del despido libre”; de “ajustes fiscales” que de “desguace del Estado del bienestar”; de “reformas estructurales" que de “recorte de derechos”…

Las reacciones de la sociedad dependen en muchas ocasiones más de las palabras que se utilicen que del hecho en sí que las provoca. Y esto los políticos lo saben muy bien. No se dejen engañar.

 

sábado, 28 de septiembre de 2013

El Photoshop de los famosos perjudica la salud de la población



Una de las características más destacables del ser humano es la de ser presumidos. Por mucho de que algunos lo nieguen, a todos nos gusta que se nos vea bien y, si es posible, que incluso tengan envidia de nuestro cuerpo. No es nada nuevo ya que arqueólogos que trabajan en Egipto han descubierto recientemente que Cleopatra ordenó en su día “retocar” sus bustos para que las generaciones venideras admiraran su belleza.

Pero desde la llegada de la informática y más concretamente del “Photoshop”, ésta moda se ha extendido a toda la sociedad y no hay político, actor, cantante, modelo o incluso su vecina del quinto que no utilice esta técnica antes de enseñar sus fotografías.


Dos científicos del Darmouth College, Hany Faid y su alumno Eric Kee, han diseñado un método informático que desenmascara a todos aquellos que han decidido quitarse unos años o quizá unas arrugas o unos “kilitos” de más. 
 
A través de 450 imágenes originales y las correspondientes fotos retocadas que habían sido publicadas en Internet, lograron con una técnica matemática determinar ocho criterios geométricos y fotométricos en ellas. A continuación combinaron estos parámetros para cada par de fotos lo que dio un índice de manipulación de las fotografías.
Posteriormente pidieron a 350 observadores independientes que clasificaran estos pares de fotos del uno al cinco desde muy similares a muy diferentes e incorporaron los resultados al modelo para obtener un grado medio de retoque por foto.


Según los investigadores, su sistema servirá para que el público pueda averiguar de forma sencilla hasta qué punto se ha alterado la imagen de la persona que está observando. Su objetivo no es sacar a la luz pequeñas manipulaciones en el color o en el tamaño que pudieran denominarse como “normales” sino desenmascarar aquellos retoques digitales más extremos que puedan resultar peligrosos para la población a la hora de querer imitar a sus famosos más queridos.


Y es que estas fotografías completamente irreales de celebridades pueden conllevar desórdenes en la alimentación como la anorexia o la bulimia, tanto en adultos como en niños descontentos con su cuerpo o casos de ingestión de hormonas y anabolizantes si de lo que se trata es de imitar los poderosos bíceps o las marcadas “tabletas” de sus ídolos.

Que una cosa es ser presumido y otra caer enfermo por querer lograr unos resultados que solo se pueden conseguir mediante el “Photoshop”.         


lunes, 16 de septiembre de 2013

Todavía malgastamos 1.000 millones al año con las televisiones autonómicas


 

Tras décadas de despilfarros, la crisis y la consiguiente falta de ingresos vía impuestos, ha provocado que las administraciones públicas no hayan tenido más remedio que recortar sus gastos. A marchas forzadas y muy a su pesar.
Quienes más han tenido que recortar sus gastos han sido quienes más derrochaban: las comunidades autónomas. Pero lo han hecho de manera, podríamos decir que “selectiva”. Cobran por las medicinas y cierran numerosos ambulatorios pero no rebajan el número de cargos públicos; aumentan la ratio de alumnos en las clases y no renuevan los contratos temporales de los profesores, pero no cierran las ruinosas “embajadas” autonómicas en el extranjero; eliminan subvenciones a los grupos más desfavorecidos, pero no disminuyen el tamaño de sus televisiones autonómicas Precisamente de esto último les quiero hablar: de las escalofriantes fianzas de las televisiones autonómicas.

¿Saben cuánto nos costarán estos entes? Pues alrededor de ¡1.000 millones de euros en 2013 entre subvenciones y pérdidas de explotación! Las cifras marean: TV3 perdió el año pasado más de 6 millones de euros a pesar de recibir una subvención de 225 millones; Canal9 recibió 68 millones y perdió 171; Telemadrid fue subvencionada con 71 millones para perder 115; Canal Sur ha recibido 118 millones; la ETB 105; TV Galega 95… y así todas y cada una de las 12 televisiones autonómicas que tenemos en España. 


Desde que Artur Mas es Presidente de la Generalitat (y aun no hace tres años) TV3 ha recibido 893 millones de euros en subvenciones de los contribuyentes; Canal Sur acumula subvenciones de más de 1.000 millones de euros en cinco años y Canal9, a pesar de las subvenciones, acumulaba una deuda de más de 1.000 millones de euros con unos fondos propios negativos de 1.217 millones. 

¿Por qué pierden tanto dinero? Pues porque mientras los gastos son estratosféricos, los ingresos por publicidad resultan ridículos: TV3 se puede dar con un canto en los dientes ya que recaudó 70 millones (menos de una cuarta parte de sus gastos), pero ¿qué palabra podríamos emplear para calificar los 13 millones de ingresos de Telemadrid o los 17 de Canal9? Ninguna empresa privada podría mantenerse con vida más de un año con estas cifras.

El escándalo es todavía mayor si se nos ocurre comparar las cifras de las televisiones autonómicas con las de las televisiones privadas. Así, mientras Mediaset ingresa anualmente cerca de 900 millones con una plantilla de 1.100 trabajadores y Antena 3 factura por publicidad 740 millones con 700 empleados, TV3 apenas ingresa 70 millones y cuenta con una plantilla de 2.571 trabajadores; Telemadrid 13 millones con cerca de 1.000 empleados y Canal9 17 millones con 1.700 asalariados.


Y el asunto va e irá a peor: al ingresar menos se recortan gastos con lo que se empobrece la oferta televisiva. El resultado de ello es una menor audiencia y una mayor dificultad para acudir al mercado publicitario a por nuevos ingresos. Una espiral negativa de la que es muy difícil salir.

Todas estas pérdidas soportadas por los españoles podrían perdonarse si realmente estas televisiones cumplieran con su principal objetivo: el de ser un servicio público. Es indudable que no lo consiguen y los espectadores les dan la espalda.  Las audiencias son ridículas: TV3, ETB y TVG apenas superan el 10% y Telemadrid y Canal9 no llegan ni al 5%. Así es difícil justificar este dispendio para las arcas públicas ¿verdad?

Con una programación que poco tiene que ver con el servicio público y que apenas sigue uno de cada diez ciudadanos y pérdidas cuantiosas que vacían las arcas públicas, ¿por qué no las cierran? Todos ustedes conocen la respuesta: el interés político es enorme; antes cerrarían un hospital o un colegio que una televisión pública. Si lo hiciesen, ¿dónde colocarían a todos esos políticos que no caben en la administración? ¿Qué medio utilizarían los gobernantes para adoctrinar a sus ciudadanos?  ¿Cómo les convencerían para que les siguiesen votando?

martes, 8 de enero de 2013

Poderosas razones por las que los funcionarios odian las privatizaciones

 

¿Recuerdan el último día en que no hubo huelgas o manifestaciones en España? Sanidad, educación, justicia, Telemadrid, Canal 9, Metro, ferrocarriles, Aena… No continúo porque podríamos estar aquí hasta mañana.

La maldita crisis económica que sufrimos desde hace un lustro ha provocado remodelaciones y ajustes en todos los sectores económicos de nuestro país. El sector privado (si dejamos aparte el bochorno bancario) parece que ya está punto de terminar el sangrante proceso pero el público apenas lo ha comenzado. Y parece que esto va para largo.

Vaya por delante que en este blog estamos en contra de los despidos y los recortes de sueldos; tiempo hubo de sobra para no aumentar plantillas sino disminuirlas de forma no traumática y de congelar (o aumentar por debajo del IPC) sueldos en lugar de recortarlos o directamente suprimirlos, pero de ahí a hacernos creer que la reducción de los “moscosos” afectará a la calidad de la educación de nuestros hijos…


¿Cuántas veces han escuchado en una manifestación aquello de “por una sanidad (o educación, o justicia…) pública y de calidad”? Millones de veces; es su eslogan preferido (al parecer y en contra de toda lógica, lo privado, lo que se paga dos veces para poderlo tener, es malo). Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?  

No conozco a ningún funcionario que desee que privaticen su trabajo. Es más, parece que la palabra privatización sea el peor insulto que puedan escuchar. ¿Por qué esa aversión a formar parte del tejido empresarial privado? ¿Qué temen perder?

Aunque los trabajadores adscritos a los dos convenios a los que voy a hacer referencia no pueden considerarse estrictamente funcionarios, pueden servirnos como ejemplo de las condiciones laborales que disfrutan los trabajadores del sector público español.
 

Empecemos por los trabajadores de Telemadrid. Como bien saben, sus representantes sindicales acaban de romper las conversaciones con la empresa por lo que, si nadie lo remedia, una gran parte de los trabajadores del ente público se van a ver afectados por uno de los ERE más grandes de la historia de nuestro país.

En su día, se habló de una posible privatización de la televisión autonómica. Por supuesto, los sindicatos se cerraron en banda. ¿Qué temían perder? Leamos algunos puntos de su convenio colectivo:

- 35 horas semanales (desde hace unos meses 37,5) y si el trabajo se desarrolla por la noche, 30. Además, 20 minutos obligatorios de descanso si el horario es ininterrumpido.

- 15 días libres por matrimonio, incluidos los registros de parejas de hecho.

- 4 días de libranza por una operación de un familiar de segundo grado (suegro, nuera, cuñado…)

- 6 días “moscosos” (de asuntos propios) acumulables al periodo vacacional. Además, días libres extras por trabajar en días festivos para garantizar la continuidad de la cadena. Un trabajador de Telemadrid puede acumular fácilmente unas vacaciones de ¡34 días laborables! Nada menos que un 15% de los días laborables anuales.


- Más de 50 euros mensuales por cada trienio acumulado.

- Nueve conceptos diferentes de complementos salariales: por trabajar sábados y domingos, por “dedicación especial”, por “disponibilidad”, por alteración horaria…

- Comedor de empresa; becas de estudios; guarderías subvencionadas; seguros de vida…

- 51 categorías profesionales completamente estancas: si sobra personal en un departamento, se trabaja menos; si falta, se realizan contrataciones.

 -Cada sindicato que cuente con más de un 10% de representación en el ente, tiene derecho a siete liberados. Cada miembro del comité de empresa dispone de 50 horas mensuales libres y además, pueden celebrar 20 asambleas al año en horario laboral. Por supuesto, cada sindicato dispone de local propio con teléfono, fotocopiadora, acceso a Internet…

No resulta extraño que para ”salvar” la continuidad de la televisión pública (o sea, sus privilegios) Telemadrid pase más horas en “negro” que emitiendo su programación habitual.


Vamos con otro ejemplo: el convenio de los trabajadores del Metro de Madrid:

- Hasta 11 días de “moscosos”: seis retribuidos y cinco a cargo del trabajador.

- Anticipos de hasta 6 mensualidades del salario base con posibilidad de devolución hasta en 30 meses, para asuntos particulares. Además, préstamos para la adquisición de primera vivienda habitual, para la formalización de escritura pública de compraventa o siniestros acreditados en la vivienda. Todos con un plazo de amortización de 10 años y un tipo de interés del 3% anual.        

- Póliza de seguro colectivo de vida.

- Abono de transporte gratuito para los trabajadores, ya se utilice por razones laborales o no. Asimismo, hasta que finalizó 2012, los jubilados de la empresa y sus cónyuges podían viajar gratis de por vida.

- Recogida y traslado en autobuses gratuitos de los trabajadores desde su residencia habitual al trabajo y viceversa.

- Título de transporte para viajar en metro para sus cónyuges e hijos.

- Hasta 2011, tarjeta regalo de Reyes para sus hijos de 30 euros y premios por sorteo en forma de cheques regalo de El Corte Inglés de 200 euros.

Y por último, cargo hereditario: si tienen la desgracia de fallecer, la viuda (o por defecto los hijos), aparte de la indemnización correspondiente, tienen derecho a su incorporación indefinida en la empresa.

No es de extrañar que para “defender” el funcionamiento de este servicio público no duden en convocar huelga el mismísimo día de la Cabalgata de Reyes aunque con ello destrocen la ilusión de miles de niños.


Ya sé que existen empresas cuyas condiciones laborales son incluso mejores que éstas; hablo de Cisco, Google, Apple, etc. Pero es que tanto Metro como Telemadrid son empresas desmesuradamente deficitarias; ¿ustedes creen que en el sector privado mantendrían en vigor estos convenios a sabiendas de que pierden dinero a manos llenas? Pues quizá éste sea el principal motivo por el que cualquier empleado público detesta que le hablen de privatizaciones.

Comparen estos convenios con los suyos y en la próxima ocasión que escuchen aquello de “conservar lo público y de calidad”, tradúzcanlo por “conservar nuestros privilegiados y bien remunerados puestos de trabajo”. Creo que esto último se ajusta bastante más a la realidad.