Está visto que no ganamos para sustos. Alemania se encuentra en situación de alerta sanitaria debido a un brote infeccioso causado por la bacteria 'Escherichia coli'.
Según ha reconocido el Ministerio de Sanidad alemán, hay más de 300 personas afectadas en distintos puntos del país y 40 de ellas se encuentran en estado grave. Al parecer, hay que lamentar la muerte de una anciana de 83 años por culpa de esta enfermedad y se sospecha que una segunda muerte también esté relacionada con ella.
No crean que estamos hablando de un maligno virus procedente de alguna remota región del fin del mundo; la “Escherichia coli” es de lo más común. En condiciones normales, esta bacteria reside en los intestinos del ser humano y forma parte de su flora intestinal, colaborando en la absorción de los nutrientes.
Sin embargo, algunas cepas son capaces de producir toxinas capaces de provocar malestar intestinal, sobre todo en los niños. Habitualmente, en Alemania se registran cada año entre 800 y 1.200 casos de intoxicación por la bacteria 'Escherichia coli', fundamentalmente en niños que, salvo en casos excepcionales, sanan a los pocos días de recibir el tratamiento.
Lo que está causando verdadera alarma es que en este brote se producen síntomas mucho más intensos y ataca particularmente a los adultos. La bacteria está causando graves infecciones intestinales que tienen como efecto a su vez diarreas, insuficiencia renal, daños vasculares y anemia para desembocar finalmente en hemorragias intestinales que pueden provocar la muerte. Además, se muestra especialmente resistente a los antibióticos.
La velocidad de transmisión es otra de las circunstancias que está creando alarma. Al parecer, se está extendiendo por el país de norte a sur con enorme rapidez. El primer caso documentado fue uno registrado el 10 de mayo y en apenas dos semanas, se conocen 91 casos en Schleswig Holstein, 67 en la Baja Sajonia y más de 50 en Bremen. Según ha reconocido el jefe de Epidemiología del Hospital de Hesse, “por ahora, la situación está fuera de control”.
En lo que no se ponen de acuerdo es en el origen de esta bacteria. Se sabe que la “Escherichia coli” se transmite a través del consumo de carne contaminada, leche cruda, vegetales o frutas que hayan estado en contacto con heces de animales infectados. Pero mientras algunos investigadores identifican como posible motivo de la infección los fertilizantes utilizados para el cultivo de hortalizas ecológicas, otros advierten que la bacteria también puede propagarse por el viento, desde las heces hasta las frutas y verduras y hay algunos que avisan de que también el agua puede ser un foco de infección. Lo que si parece seguro es que el origen, en este caso, son las verduras crudas.
Las precauciones que se deben tomar son las habituales: consumir las verduras preferentemente cocidas y en el caso de tomarlas crudas, lavarlas a conciencia. La forma más segura para librarnos de cualquier bacteria y, al mismo tiempo, conseguir que las frutas y verduras no pierdan sus propiedades nutritivas consiste en remojarlas dentro de un recipiente debajo de agua fría por unos minutos. Luego, dejarlas en remojo con algún esterilizador químico o desinfectante como el vinagre (diluido en proporción 1/10), bicarbonato de sodio (una cucharada mediana por litro de agua) o lejía (cinco gotas por litro de agua) durante unos diez minutos. Para finalizar, volver a remojarlas en agua fría unos minutos para quitar los rastros del desinfectante.
Esperemos que todo quede en un desagradable susto y que la infección no se extienda.
También agradeceríamos a los medios de comunicación y a los organismos oficiales sanitarios de todos los países que no causen falsas alarmas entre la población. El caso de la gripe A todavía está muy reciente en nuestras memorias y, al menos que sepamos nosotros, nadie salió a disculparse por ese alarmismo exagerado. Nunca hay que ocultar la verdad en materia sanitaria, pero tampoco magnificar los problemas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario