jueves, 24 de septiembre de 2009

Piojos en los niños… y en las madres también


Empieza el curso escolar y con él la pesadilla de todas las madres: los malditos piojos. Ya saben, ese bichito que mide entre dos y tres milímetros, de color grisáceo y que produce un picor de mil pares de c...
Sinceramente no lo entiendo. Pasan los años y el problema no desaparece. Será una maldición divina.

De todas formas, tampoco hay que alarmarse en demasía. El piojo es desagradable, incómodo y todos los adjetivos que ustedes le quieran poner, pero no tiene ningún peligro para la salud.
Se puede prevenir fácilmente: una buena higiene en el pelo de los pequeños y una revisión periódica de su cuero cabelludo (aunque no nos hayan avisado de la existencia de piojos desde la escuela) nos facilitarán el trabajo. En el caso de que no se encuentre ningún indicio, un simple repelente bastará para evitar que se contagie mientras dura su efecto.

Si la inspección nos lleva a confirmar la existencia de piojos, no ponga el grito en el cielo ni, por supuesto, le corte el pelo “al cero” al niño. Existen productos específicos que se encargan, en apenas unos minutos, de matar a los piojos. Pero lean bien las instrucciones de cada fabricante sobre la forma de aplicar su producto ya que muchas veces el tratamiento fracasa por no hacerlo bien. Falta de tiempo de aplicación o hacerlo con el pelo mojado después de la ducha son los principales motivos.

Un truco sencillo para saber como va la evolución de la infección consiste en medir la distancia entre el nacimiento de los cabellos y las liendres: si están a menos de dos centímetros, la parasitación está activa; si están a más de cinco, ya no hay piojos. En ese caso, usar una lendrera (peine con las púas muy finas) para eliminar los restos.

Pero no exageremos: cerca del 50% de los padres no envían a sus hijos al colegio si detectan piojos en su pelo. Eso no es en absoluto necesario ya que a la primera aplicación correcta del fármaco, los piojos mueren. Otra cosa es avisar al centro educativo. Allí deben saberlo. No le dé vergüenza comunicárselo.

Sin embargo, el problema con los piojos no termina ahí. Nada menos que el 27% de las madres de niños con piojos, cogen “el bicho”. Ellas son las habitualmente encargadas de la higiene de los más pequeños, ya sea a la hora de bañarlos, peinarlos... Aparte, muchas madres llevan el pelo largo y una melena facilita la infestación por piojos.
Consulte con su médico o farmacéutico sobre el tratamiento a seguir en estos casos, aunque, básicamente, la solución es muy similar a la empleada con los pequeños.
Por cierto, de los padres no hay estadísticas. ¿Será por que muchos tienen escasez de pelo o porque no se ocupan de los niños?

PD. Para conseguir una información más exhaustiva sobre los piojos y su tratamiento, visiten el blog “a esos locos bajitos”.

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