lunes, 2 de julio de 2007

APRENDIÓ A PERDONAR


Hace unos días visitó España Kim Phuc.
¿Quién es esta señora? os preguntareis más de uno.
Pues bien, esta señora se hizo famosa cuando era una niña de nueve años. Por aquel entonces se desarrollaba la guerra de Vietnam y esta niña fué la que después del lanzamiento de una bomba de napalm fué fotografiada corriendo despavorida por una carretera, desnuda y abrasada. El fotógrafo, que después ganó el premio Pulitzer por la instantánea, la llevó a un hospital y tras pasar catorce meses ingresada y diecisiete operaciones a cuestas logró recuperarse. Al menos en parte, puesto que todavía le quedan secuelas físicas.
Para mi entender, después de un suceso de este tipo y pasado ya un tiempo suficiente, a una persona que le ocurra un hecho semejante le quedan tres salidas: tener lástima de si misma y poco a poco ir marchitándose, desear venganza a toda costa y hacerse con el tiempo una persona rencorosa y vengativa o aprender a perdonar y ser un ejemplo para el resto de la humanidad. Esta última salida fue la que siguió Kim Phuc.
Es muy difícil saber lo que haríamos cada uno en una circunstancia así y mi deseo es que a nadie le ocurra nunca, pero visto lo que solemos hacer diariamente por cuestiones que carecen verdaderamente de importancia, estoy seguro que muy pocos seguirían el ejemplo de esta niña, ya mayor.
Hoy día preside una fundación que lleva su nombre que se dedica a ayudar a los niños víctimas de la guerra y es Embajadora de Buena Voluntad por la UNESCO.

- Don Graciano, ¿por qué no se castigó a los que lanzaron las bombas de napalm que tanto daño hicieron en Vietnam?
- Pues porque en la guerra no se castiga a los que ganan.
- Pero si los Estados Unidos perdieron.
- Ya, pero con esos no vale la norma.

No hay comentarios: