Una de las costumbres más generalizadas en el mundo empresarial es la de considerar las vacaciones de sus empleados como disfrutadas si el trabajador se encuentra de baja por accidente o enfermedad durante ese periodo del año. Es más, pocos son los operarios que conocen que esto no es así y reclaman sus derechos.
Les cuento un caso que demuestra que esta práctica no es legal:
Un trabajador de la empresa Tubos Reunidos, con una antigüedad de 33 años en la empresa, había sufrido una enfermedad común que le obligó a estar de baja desde el 23 de junio de 2008 hasta el 5 de marzo de 2009. Al reincorporarse, la Dirección "le negó su derecho a las vacaciones alegando que ya las había disfrutado mientras estaba de baja". El trabajador no se conformó y, a través de los servicios jurídicos del sindicato CCOO, denunció su caso.
Estos días, el juzgado de lo Social número 2 de Vitoria ha reconocido su derecho a disfrutar de sus vacaciones una vez reincorporado tras la baja.
Este juzgado no hace más que aplicar la doctrina unificada por el Tribunal Supremo. El pasado mes de agosto, el Alto Tribunal estableció que "estar de baja no puede ser causa para que un trabajador pierda sus vacaciones". “Son dos derechos independientes: uno, el derecho a recuperarse, y otro, el derecho a descansar".
Incluso fue más lejos en su sentencia: " el pleno disfrute del derecho a las vacaciones únicamente puede conseguirse cuando el trabajador se encuentre en condiciones físicas y mentales de hacer uso del mismo, de forma que no cabe entender que un trabajador en situación de incapacidad temporal pueda disfrutar adecuadamente de las finalidades atribuidas a las vacaciones".
El Tribunal Supremo se basaba, a su vez, en una sentencia en la misma dirección dictada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en enero de 2009.
Como ya hemos dicho al principio, no son muchos los trabajadores que conocen a fondo sus derechos. Hasta ahora, la patronal se beneficiaba de esta circunstancia y, en el caso de que se acudiese a los juzgados, se ocupaban de que los procesos fuesen largos y farragosos para disuadir de sus intenciones a los trabajadores.
Esperemos que a partir de ahora, ni siquiera se tenga que acudir a los juzgados y se aplique la normativa laboral sin más problemas. Al César lo que es del César.
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