lunes, 17 de septiembre de 2007

PELUQUEROS QUE PUEDEN SALVAR VIDAS


Dos iniciativas similares (desconozco cual fue la primera) están teniendo lugar en estos momentos en Estados Unidos. Ambas relacionan el mundo de la peluquería con la medicina preventiva. Sí, lo han leído bien y no me he tomado un carajillo de más.
En el estado de Alabama y a través de la Universidad de Birmingham se está llevando a cabo la experiencia “charlas en el salón de belleza”. Consiste en que las profesionales de seis peluquerías de la ciudad, después de haber recibido la correspondiente formación, comunicaban a sus clientas sobre las bondades de la detección precoz de los tumores más frecuentes: mama y cuello del útero. Aunque acaban de empezar, los resultados son esperanzadores: el 69% ha decidido hacerse una mamografía y el 94% una citología. La totalidad de las mujeres era de raza negra, bastante lógico en el estado de Alabama, ya que según informa la Asociación Americana del Cáncer, la mortalidad entre las mujeres de esa raza es un 30% superior a las blancas. La feliz idea la ha tenido la doctora Theresa Wynn.
La otra experiencia se está desarrollando en 4.000 peluquerías del país, en este caso en barberías masculinas. Muy similar a la experiencia anterior, se les da la formación adecuada a los profesionales de la barbería para que actúen como correa transmisora en la lucha contra el cáncer de próstata. En la barbería, entre corte de pelo y afeitado de patillas, los clientes se informan sobre la prevención de la enfermedad y su diagnóstico precoz. Disponen incluso de videos informativos, folletos y páginas web para ampliar la información. Esta idea se le ocurrió al ciudadano Virgil Simons después de que hace doce años fuese operado también de cáncer de próstata.
Si se diagnostica a tiempo, cualquier cáncer, dentro de su gravedad, tiene muchas posibilidades de ser curado. Por lo tanto, la iniciativa de estos dos grupos es de gran importancia puesto que las peluquerías es un lugar donde los clientes se sienten a gusto y no les importa contar sus “cosas”. Allí, la comunicación boca a oreja es sumamente efectiva. Un aplauso para el esfuerzo, totalmente altruista, que están realizando estos colectivos.
Cuando los humanos utilizamos la imaginación para hacer el bien no hay quien nos pare.

- Tendrá algún mal recuerdo de la mili, ¿verdad Don Graciano?
- Varios. Pero el que me viene ahora a la cabeza es el del peluquero. El primer día que llegamos nos hicieron pasar como borregos a trasquilar. Tenías que ver la cara de satisfacción que ponían los peluqueros cortándonos el pelo. Los muy sádicos. Un mes después todavía se me podía ver la calva y hasta las ideas.

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