Unos profesores y científicos ingleses, concretamente de la Universidad de Bristol han desarrollado un producto revolucionario. Desgraciadamente, no es la cura definitiva contra el cáncer ni el método infalible para acabar con la pobreza, ojalá, pero no por ello deja de ser importante y novedoso. Han conseguido un “chicle limpio”, un chicle que puede ser separado con facilidad de zapatos, ropa, suelo y pelo donde se pegue y que además se degrada con el agua en 24 horas.
Según la compañía Revolymer, nacida de la Universidad de Bristol y que se encarga del desarrollo del producto, han añadido un polímero anfifílico a una fórmula modificada de la goma de mascar que altera sus propiedades y la convierte en menos adhesiva.
Ya he dicho antes que este no va a ser el invento del siglo, pero ¿se han fijado en las aceras de cualquier sitio transitado de una capital? ¿Han intentado, en un día de calor, separar el pié del suelo después de pisar un chicle? ¿Han tocado sin mirar el pasamano de una escalera y notado esa sustancia pegajosa adherida en sus dedos? Pues si han sufrido cualquiera de estas experiencias comprenderán que el invento tiene su importancia.
Está claro que el problema de la guarrada de los chicles pegados por cualquier parte tiene dos soluciones, como muchos otros problemas en la vida. La primera es que las personas seamos más civilizadas y dejemos de tirar los desperdicios donde nos venga en gana. La segunda es encontrar una solución para que esos desperdicios molesten lo menos posible. La primera opción, desgraciadamente cada vez me convenzo más, es muy improbable que se consiga. Por lo tanto, debemos encontrar soluciones imaginativas que mitiguen esos pequeños (o grandes) desastres.
Sólo falta que los chicles de estos ingleses tengan buen sabor.
- Paco, ese trofeo que tienes en la estantería ¿en que modalidad deportiva la conseguiste?
- En una competición escolar. El que escupía el chicle más lejos ganaba.
- Acabarías muerto de cansancio. Seguro.
Según la compañía Revolymer, nacida de la Universidad de Bristol y que se encarga del desarrollo del producto, han añadido un polímero anfifílico a una fórmula modificada de la goma de mascar que altera sus propiedades y la convierte en menos adhesiva.
Ya he dicho antes que este no va a ser el invento del siglo, pero ¿se han fijado en las aceras de cualquier sitio transitado de una capital? ¿Han intentado, en un día de calor, separar el pié del suelo después de pisar un chicle? ¿Han tocado sin mirar el pasamano de una escalera y notado esa sustancia pegajosa adherida en sus dedos? Pues si han sufrido cualquiera de estas experiencias comprenderán que el invento tiene su importancia.
Está claro que el problema de la guarrada de los chicles pegados por cualquier parte tiene dos soluciones, como muchos otros problemas en la vida. La primera es que las personas seamos más civilizadas y dejemos de tirar los desperdicios donde nos venga en gana. La segunda es encontrar una solución para que esos desperdicios molesten lo menos posible. La primera opción, desgraciadamente cada vez me convenzo más, es muy improbable que se consiga. Por lo tanto, debemos encontrar soluciones imaginativas que mitiguen esos pequeños (o grandes) desastres.
Sólo falta que los chicles de estos ingleses tengan buen sabor.
- Paco, ese trofeo que tienes en la estantería ¿en que modalidad deportiva la conseguiste?
- En una competición escolar. El que escupía el chicle más lejos ganaba.
- Acabarías muerto de cansancio. Seguro.
1 comentario:
Me encantan los chicles y siempre pruebo todos los que salen al mercado. El último que he probado son los chicles con cafeína DESPIERTA T (www.despiertat.com; muy buenos por cierto) y ahora me encantaría probar este "chicle limpio". ¿Alguien sabe donde puedo conseguir muestras? Gracias!
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