viernes, 21 de septiembre de 2007

TRIXIS, EL FUTURO


Acabo de enterarme, los de pueblo siempre tardamos más, de la existencia de unos vehículos de transporte público muy peculiares, los trixis. Son unos vehículos de tres ruedas impulsados por el pedaleo del conductor y que en su parte posterior pueden llevar a dos pasajeros. El conductor está ayudado por un pequeño motor eléctrico que le ayuda en el arranque y en subidas pronunciadas, desconectándose al llegar a una cierta velocidad o a voluntad del conductor.
Estos vehículos llevan ya varios años funcionando en varias capitales europeas, entre ellas Barcelona y San Sebastián y antes de final de año se van a instalar en Madrid.
Los trayectos son relativamente cortos y sobre todo por el centro de estas grandes ciudades. Es un transporte eminentemente turístico.
Los que se han desplazado en ellos comentan que es muy agradable y relajante y los conductores de estos trixis también están muy satisfechos.
Cualquier cosa que ayude a disminuir tanto la contaminación ambiental como sonora (al llevar motor eléctrico o “motor humano” no emiten ruido) de nuestras ciudades es bienvenido. Ojalá proliferasen inventos de este tipo en otros ambitos de la vida cotidiana.
Curiosamente, mientras en otras ciudades no ha habido ningún tipo de problema, en Madrid están encontrando el rechazo de un colectivo muy numeroso. ¿Adivinan cual? Pues sí, no podían ser otros, los taxistas. Bajo el pretexto de que no son completamente seguros se oponen a que se instalen en su ciudad. Preocuparse ellos por la seguridad de los ocupantes de otros vehículos me “enternece”. Por favor, lo único que les preocupa es mantener su negocio y se huelen que este servicio les puede quitar gran parte del pastel. Ellos son miles y los trixis, en el mejor de los casos, serán unas decenas, pero, así y todo, no quieren compartir el servicio. Espero que su preocupación tenga fundamento.

- ¿De pequeño ibas en bici, Paco?
- Yo hasta que no pude ir en moto no cogí un vehículo de dos ruedas.
- Ya me extrañaba, por no pedalear ¿verdad?

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