Una de cal y otra de arena en el mundo de la música.
Por una parte, un grupo de músicos y artistas famosos han diseñado una colección de platos y tazas que ya han salido a la venta y que pretenden recaudar fondos para la lucha contra la pobreza. Entre los famosos se encuentran el grupo Coldplay, David Bowie, George Cloney, el modisto Giorgio Armani y dentro de poco también habrá vajillas de Nicole Kidman, Ewan McGregor, Claudia Schiffer y Donna Karan entre otros. Se pueden adquirir a partir de 15 Euros en la dirección www.whateverittakes.org .
Como siempre, cualquier iniciativa que sirva para aliviar el sufrimiento de los más desfavorecidos es bien recibida. Visto el ejemplo de los platos del grupo Coldplay que cada uno opine sobre el gusto de la decoración, aunque como es por una buena causa se les puede perdonar.
Por la otra parte, el anuncio preocupante que aparece en la prensa sobre el canon que pretenden instaurar nuestros mandatarios (a petición de la SGAE, como no) sobre la venta de teléfonos móviles. Como parece ser que una cantidad importante de usuarios de estos dispositivos los utilizan también para escuchar música, a la citada sociedad no se le ha ocurrido otra cosa que quererse llevar una parte del pastel. Dentro de poco, los teléfonos irán gravados con entre un 2 y un 5% de impuesto revolucionario que irá a parar a dicha asociación.
Sí, lo han entendido bien. Usted se comprará un teléfono móvil (yo personalmente sólo lo utilizo para llamadas) y le regalará un 5% de su valor a la SGAE porque, supuestamente, se puede escuchar música a través de él. Pero es que, si además usted quiere efectivamente escuchar alguna canción y se la descarga, también pagará sus impuestos correspondientes, una parte de los cuales irá a parar también a esta organización. Queda claro, pagarán dos veces por un único servicio. No entiendo de leyes fiscales y recaudatorias, pero esto debe de ser ilegal. Si existe la justicia debe serlo.
Aunque tampoco nos debería de extrañar. Hasta ahora ya venimos pagando el canon por los aparatos de reproducción y grabación audiovisuales, por los CD y DVD (yo los utilizo para grabar mis propias fotos y mis propias películas familiares, nada por lo que la SGAE me pague derechos de autor), por las antiguas cintas de video, por los folios y, dentro de poco, por los ordenadores portátiles. Perdónenme porque seguro que me dejo varios atracos más.
¿Hasta cuando les permitirán nuestros mandatarios seguir robándonos? Ah si, se me olvidaba, mientras sigan apoyándolos electoralmente. Que ingenuo.
La tecnología, afortunadamente, avanza montada en un Formula 1 y ellos continúan con sus malditos cánones subidos en un carro de caballos. Los derechos de autor de los artistas, trabajo digno como cualquier otro, se deben de defender con uñas y dientes por parte de su asociación pero no imponiéndonos a todos impuestos indiscriminados.
La cultura popular depende de la educación y de su correcta divulgación porque si tiene que depender de los cánones de la SGAE ya podemos empezar a entonar un réquiem por ella.
- Paco, tú después de las comidas ¿friegas los platos?
- Yo eso se lo dejo a la especialista. Yo me tumbó en el sofá.
- Más que machista, lo que tú eres es un vago redomado. Tú si que puedes decir aquello de que no has roto un plato en tu vida.
Por una parte, un grupo de músicos y artistas famosos han diseñado una colección de platos y tazas que ya han salido a la venta y que pretenden recaudar fondos para la lucha contra la pobreza. Entre los famosos se encuentran el grupo Coldplay, David Bowie, George Cloney, el modisto Giorgio Armani y dentro de poco también habrá vajillas de Nicole Kidman, Ewan McGregor, Claudia Schiffer y Donna Karan entre otros. Se pueden adquirir a partir de 15 Euros en la dirección www.whateverittakes.org .
Como siempre, cualquier iniciativa que sirva para aliviar el sufrimiento de los más desfavorecidos es bien recibida. Visto el ejemplo de los platos del grupo Coldplay que cada uno opine sobre el gusto de la decoración, aunque como es por una buena causa se les puede perdonar.
Por la otra parte, el anuncio preocupante que aparece en la prensa sobre el canon que pretenden instaurar nuestros mandatarios (a petición de la SGAE, como no) sobre la venta de teléfonos móviles. Como parece ser que una cantidad importante de usuarios de estos dispositivos los utilizan también para escuchar música, a la citada sociedad no se le ha ocurrido otra cosa que quererse llevar una parte del pastel. Dentro de poco, los teléfonos irán gravados con entre un 2 y un 5% de impuesto revolucionario que irá a parar a dicha asociación.
Sí, lo han entendido bien. Usted se comprará un teléfono móvil (yo personalmente sólo lo utilizo para llamadas) y le regalará un 5% de su valor a la SGAE porque, supuestamente, se puede escuchar música a través de él. Pero es que, si además usted quiere efectivamente escuchar alguna canción y se la descarga, también pagará sus impuestos correspondientes, una parte de los cuales irá a parar también a esta organización. Queda claro, pagarán dos veces por un único servicio. No entiendo de leyes fiscales y recaudatorias, pero esto debe de ser ilegal. Si existe la justicia debe serlo.
Aunque tampoco nos debería de extrañar. Hasta ahora ya venimos pagando el canon por los aparatos de reproducción y grabación audiovisuales, por los CD y DVD (yo los utilizo para grabar mis propias fotos y mis propias películas familiares, nada por lo que la SGAE me pague derechos de autor), por las antiguas cintas de video, por los folios y, dentro de poco, por los ordenadores portátiles. Perdónenme porque seguro que me dejo varios atracos más.
¿Hasta cuando les permitirán nuestros mandatarios seguir robándonos? Ah si, se me olvidaba, mientras sigan apoyándolos electoralmente. Que ingenuo.
La tecnología, afortunadamente, avanza montada en un Formula 1 y ellos continúan con sus malditos cánones subidos en un carro de caballos. Los derechos de autor de los artistas, trabajo digno como cualquier otro, se deben de defender con uñas y dientes por parte de su asociación pero no imponiéndonos a todos impuestos indiscriminados.
La cultura popular depende de la educación y de su correcta divulgación porque si tiene que depender de los cánones de la SGAE ya podemos empezar a entonar un réquiem por ella.
- Paco, tú después de las comidas ¿friegas los platos?
- Yo eso se lo dejo a la especialista. Yo me tumbó en el sofá.
- Más que machista, lo que tú eres es un vago redomado. Tú si que puedes decir aquello de que no has roto un plato en tu vida.
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