Quizá tengan algún hijo o sobrino de corta edad al que le guste el fútbol. ¿Se imaginan lo que harían si tuvieran en su poder la camiseta que lució Ronaldinho en el mundial de 2002, que ganó Brasil, y encima firmada por el astro brasileño?
Yo calculo que un 90 % de los niños se acostaría todas las noches con ella e, indudablemente, todos preferirían perder cualquier cosa antes que la citada camiseta. Bueno, todos no. Existe una excepción. Me explico.
Aymeric Dalphin es un niño francés de 11 años que desde muy pequeño se ha interesado por cuestiones como la solidaridad y los derechos humanos. A los ocho años ya participaba en pruebas de atletismo en medio fondo con una camiseta con el lema “Libérenles”, en referencia a los 3.000 rehenes de las FARC colombianos, estampado en su camiseta.
Desde entonces, es tal su compromiso en la lucha por la liberación de los secuestrados en la jungla colombiana que incluso en su localidad natal, Puteaux, al norte de Paris, le han concedido la “medalla del ciudadano”.
También durante el pasado mes de junio fue galardonado en un concurso internacional organizado por una tienda de juguetes de Washington, en EEUU. En él, ganó una beca de 7.500 dólares para sus estudios y 2.500 dólares para su proyecto solidario con los huérfanos de Bogotá.
Si ya de por si la historia solidaria de este joven francés era extraordinaria, en el año 2006 empezó a fraguarse el hecho que le ha llevado a la fama internacional. Al finalizar un partido de fútbol benéfico a favor de la liberación de los secuestrados colombianos, se realizó entre todos los asistentes el sorteo de la camiseta de la selección brasileña que llevaba Ronaldinho y firmada por el astro carioca. Debe ser verdad el dicho de que la suerte acompaña a las personas de buen corazón, puesto que le tocó la camiseta a nuestro joven héroe Aymeric.
Como decíamos al principio, cualquier niño se tornaría inseparable de tan preciado trofeo, pero nuestra estrella solidaria, pasados dos años, ha decidido subastarla para que el dinero que se saque con ella, vaya a parar al albergue infantil que tiene en Bogotá (Colombia) Yolanda Pulecio, madre de Ingrid Betancourt.
El precio de salida será de 1.000 euros y la subasta se efectuará en el Café Paris de Mónaco este miércoles, organizado por la prestigiosa casa Tajan de Paris, junto con obras de arte contemporáneo de gran valor de artistas como Andy Warhol o Miquel Barceló.
Como preludio, el día anterior Aymeric disputará una carrera en el estadio Luis II de Mónaco, justo antes de que se dispute el tradicional gran mitin de atletismo del Principado, que este año ha adelantado sus fechas ante la inminente disputa de los Juegos Olímpicos de Pekín.
Cuando hace un mes liberaron a Ingrid Betancourt, la abuela de Aymeric le llamó por teléfono para comunicárselo. El chaval no podía creérselo. Dos días después, estaba junto a Ingrid en el Palacio del Elíseo en presencia del presidente francés Nicolás Sarkozy. Fue el día más grande de su vida.
Le auguramos muchos días grandes en su vida. A su corta edad, ha demostrado que tiene buenos mimbres para hacer un buen cesto. Ojalá siga por este camino y todos le imitemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario