jueves, 24 de junio de 2010

La última cima: inesperado éxito de una película que habla bien de los curas católicos



El pasado 3 de junio se estrenó en cuatro cines españoles una modesta película-documental: la última cima. Ni la productora, Infinito+1, ni el mismísimo director, Juan Manuel Cotelo, soñaban con el éxito que están cosechando.
En apenas dos semanas, esta película ya se puede ver en 60 cines de toda España (80 la próxima semana), en recaudación por copia fue la más vista el pasado fin de semana, la han visto más de 60.000 personas y 100 países (entre ellos Estados Unidos, Taiwán, Japón y toda Sudamérica) se han interesado para poder exhibirla en sus pantallas.

¿Qué cuenta esta película para que con los escasos medios con que está producida se sitúe en el puesto 15 de las más taquilleras?
La cinta cuenta la vida del sacerdote madrileño Pablo Domínguez, fallecido a los 42 años mientras practicaba su otra pasión, la escalada.


Decano de la Facultad de Teología de San Dámaso, doctor en Filosofía y autor de 7 libros, este sacerdote era, según los que le conocieron, una persona joven, culta, divertida, chistosa, entregada a los demás, generosa e incluso atractiva. Un hombre que transmitía tranquilidad, paz y amor.
En la película se puede conocer la vida de Pablo a través de los testimonios de los que le conocían. Se van desarrollando varios aspectos de su vida y cómo su personalidad entregada influyó en todos los que tenía contacto con él.
El propio director, que apenas llegó a conocerle en vida, se asombró, mientras entrevistaba a conocidos del sacerdote para preparar el documental, de que todos hablasen, sinceramente, bien de él.

¿Por qué tiene éxito la película? Pues, precisamente, por eso. El film provoca carcajadas y lágrimas de emoción, y no sólo entre los espectadores católicos que acuden a verla. Nuestra sociedad está falta de ese mensaje de esperanza, de alegría, de buen corazón, tan necesarios en los duros momentos que nos está tocando vivir.


Resulta cuanto menos curioso que con la que le está cayendo encima a la iglesia católica, la película cuente con este inesperado apoyo de la sociedad española. Pero no nos tenemos que extrañar: todos sabemos que en cualquier profesión –y el sacerdocio no tenía porque ser una excepción- existen ovejas negras que amenazan con desacreditar al resto de sus compañeros. Esas manzanas podridas se tienen que extraer (en eso la iglesia católica ha estado muy torpe y dubitativa), para que sean juzgados y paguen, si lo merecen, por los delitos que hayan podido cometer.

Ese reducido número de excepciones, no puede enturbiar la fantástica labor que, por lo general, realizan los sacerdotes católicos. Y eso la población española (no sólo la católica) lo sabe y reacciona a la exagerada presión que los medios de todo el mundo están ejerciendo en contra de la Iglesia.

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