Tendríamos que emplear varios días y una extensión considerable de nuestro blog en enumerar los muchos beneficios que para el cuerpo tienen las plantas medicinales. Sin embargo, en contadas ocasiones, pueden conllevar serios riesgos para nuestra salud. Nos estamos refiriendo a la ingestión de alguna de ellas poco antes de someternos a una operación quirúrgica.
Un reciente estudio realizado en el hospital Germans Trias y Pujol de Badalona en la provincia de Barcelona, ha identificado nueve sustancias que pueden interferir con algunos fármacos o provocar reacciones adversas en los pacientes.
Estas sustancias son kava, ginkgo, serenoa repens, hierba de San Juan, efedra, equinácea, valeriana y ajo, aunque hay que aclarar que esta última, el ajo, solo puede resultar perjudicial en personas que lo usan como antiagregante plaquetario y toman grandes cantidades al día. Únicamente en estos casos, en los que se emplea como medicamento y no como alimento, es cuando puede dar problemas.
Los efectos perniciosos que pueden tener van desde retrasar la recuperación de la anestesia hasta alterar el efecto de otros fármacos e, incluso, potenciar una hemorragia.
Por nuestro bien, si somos aficionados a tomar estas beneficiosos plantas (aunque apenas las toma de forma habitual un 15% de la población) debemos dejar de tomarlas un tiempo antes de una intervención quirúrgica. Este tiempo varía según la planta medicinal que tomemos: si hablamos del kava o la efedra, con 24 horas bastarán. Sin embargo, la valeriana, el ginseng y el ajo deberemos dejar de tomarlo una semana antes y la serenoa repens y la equinácea tres semanas antes de la operación.
Lo mejor, como siempre, es consultar con los servicios sanitarios que le informarán sobre los posibles riesgos y la antelación con la que deben dejar de tomar estas plantas, habitualmente, tan beneficiosas.
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