La mayoría de ustedes ya conocerán la última medida tomada por el gobierno de Zapatero para aliviar las maltrechas arcas del Estado: subir los impuestos a las rentas más altas.
Supongo que muchos pensarán que ya era hora que el gobierno tomase medidas encaminadas a hacer pagar más a los que más tienen y se olvidase de masacrar al ciudadano de a pié. Pues lo siento; no van por ahí los tiros.
Con esta medida no van a conseguir que pague el que más tenga, sino que pague más el que más declare, que no es lo mismo. Las grandes fortunas están blindadas con sus exclusivas sociedades de inversión o SICAV. Como bien saben, estas sociedades apenas tributan al 1% y, por lo que se ve, ni los gobiernos anteriores de derechas ni el actual socialista tienen la más mínima intención de cambiar este porcentaje. La excusa es siempre la misma: “si les obligamos a tributar más, sacarán las sociedades de España y las inscribirán en algún paraíso fiscal”. No les falta razón, pero lo que se deberían cambiar son las leyes que permiten que esas grandes fortunas se escondan tras las sociedades. De esa forma, los millonarios que las componen deberían declarar como cualquier otro español.
No nos equivoquemos: esta subida de impuestos que piensa aplicar el gobierno solo sirve para justificarse ante el electorado de izquierdas que demanda medidas de este tipo. Nada más. No conseguirá, ni de lejos, ayudar a cuadrar los deficitarios presupuestos del Estado. Me explico:
Según las últimas declaraciones del IRPF, los españoles que cobran más de 120.000 euros son los siguientes:
- Entre 120.000 y 144.000 euros hay 49.241 contribuyentes, el 0,33% del total.
- Entre 144.000 y 168.000 euros, 29.148, el 0,2%.
- Entre 168.000 y 216.000 euros, 31.995, el 0,22%.
- Entre 216.000 y 360.000 euros, 32.790, el 0,22%.
- Entre 360.000 y 600.000 euros, 14.402, el 0,09%.
- Más de 600.000 euros, 12.479 euros, el 0,08%.
En total, 170.055 contribuyentes, el 1,14% del total, declaran más de 120.000 euros anuales. ¡Cuánta gente rica vive en nuestro país! pensara alguno. Pues no se crean; debe haber muchísimos más camuflados en SICAV y en profesiones liberales acogidas a módulos. A quienes realmente van a despellejar vivos son a esos profesionales cualificados que trabajan por cuenta ajena y que cobran una nómina a fin de mes.
Hagamos cuentas: ¿cuánto se va a conseguir con esta nueva medida? Poco, muy poco. Según las noticias aparecidas en los medios de comunicación, la intención del gobierno es aumentar el tipo impositivo de estas rentas desde el 43% actual hasta el 46% ó 47%. Este aumento porcentual que van a sufrir 170.000 contribuyentes reportará al Estado unos ingresos extras de 180 millones de euros, una nimiedad si la comparamos con los más de 100.000 millones de euros que tendrá de déficit el Estado al final del presente año. No llega ni al 40% del dinero que Zapatero regalará al PNV a cambio de su voto en los Presupuestos Generales del próximo año que le permitan continuar en el poder hasta el final de la legislatura. No hay que ser excesivamente espabilado para comprender que si Zapatero quiere cuadrar las cuentas con los ingresos por IRPF, pronto nos subirá los tipos impositivos a los que cobramos menos de 120.000 euros. Al tiempo.
Ahora pongámonos en la piel de estos profesionales que ganan más de 120.000 euros al año (ya me gustaría a mí, aunque tuviese que pagar la mitad a Hacienda). Este aumento en el IRPF, unido al que han efectuado algunas comunidades autónomas socialistas, puede suponer pagar impuestos de más del 50% de lo cobrado. O sea, el fisco se lleva 1 de cada 2 euros (aunque no crean: en las rentas bajas se lleva 1 de cada 4). ¿Qué harían ustedes? Pues lo mismo que hace esta gente: intentar cobrar parte de su sueldo en dinero negro, esconder otros ingresos... en resumen, defraudar todo lo que se pueda. No se extrañen si al final, esos 180 millones extras se convierten en 180 millones menos.
Una última consideración: por IRPF pagamos entre un 24% y un 50% de nuestro sueldo, súmenle el IVA que pagamos, los impuestos a los carburantes, al tabaco, a las bebidas alcohólicas, la contribución urbana, los impuestos sobre el automóvil... ¿todavía creen que trabajan para su propio provecho?
1 comentario:
Más razon que un santo, muy buen blog
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