Las últimas cifras ofrecidas por la empresa de trabajo temporal Agett son demoledoras: en el cuarto trimestre de 2010, España ha llegado a los 4,7 millones de parados, lo que significa que el 20,3% de la población española en edad de trabajar se encuentra en el paro. ¡Nada menos que uno de cada cinco trabajadores!
Está claro que una gran parte de esos desempleados cobran una prestación que les permite malvivir y que muchos de ellos se ganan un pequeño sueldo con sus “chapucillas en negro”, pero la situación en la que se empiezan a ver muchos de ellos llega a ser desesperante: pierden el empleo, no pueden pagar la hipoteca, tienen que vivir en casa de los abuelos, caen en la depresión y corren el riesgo de entrar en el grupo de los excluidos sociales.
Leía hace poco un comentario en el que el autor se extrañaba de que con esa cantidad de parados, éstos no saliesen a la calle y se produjesen violentas protestas. Afortunadamente, esas algarabías no se están produciendo pero empiezan a verse algunas iniciativas encaminadas a hacerse notar ante la sociedad; a lograr que todo el país sea consciente de que su problema es grave y de que nadie está a salvo de llegar a su situación.
La Asociación Nacional de Desempleados (ADESORG) está preparando un acto reivindicativo para el próximo día 24 de enero en Madrid. A partir de las once de la mañana pretenden formar la cola más larga del mundo (simbolismo de las largas colas diarias de parados ante las oficinas del INEM). Concretamente, su objetivo es unir el Congreso de los Diputados con el Palacio de la Moncloa. Más de cinco kilómetros de cola (aproximadamente 4.500 personas) para entregarles un documento a los partidos políticos y al presidente del Gobierno.
Quieren realizar una protesta pacífica, sin pancartas, sin cortar las calles y sin molestar a nadie y pretenden aglutinar a su alrededor a todas aquellas personas que han sufrido en sus carnes la terrible crisis económica que nos azota y que se sienten abandonadas tanto por el gobierno como por el resto de los partidos políticos y los sindicatos: parados, autónomos, afectados por los abusos bancarios, empresarios que sufren impagos por parte de las administraciones… Con toda esta convocatoria, no nos extrañaría que se presentasen suficientes “manifestantes” como para dar la vuelta prevista varias veces (Paseo del Prado, calle de Alcalá, Gran Vía y Princesa. Los organizadores informarán desde cada boca de metro a la gente para que se sume a la iniciativa).
Entre sus reivindicaciones están el que se mantenga la ayuda de los 426 euros suprimida por el gobierno y, sobre todo, que se paralicen las ejecuciones hipotecarias, los desahucios y los cortes de suministro eléctrico cuando se demuestre que los impagos han sido provocados por la pérdida del trabajo y que la persona afectada no tiene recursos económicos. Una vez recuperado el empleo, continuarían con sus pagos pendientes.
Si la protesta tiene éxito, amenazan con repetirla cada mes (y en varias ciudades) para sacar al Ejecutivo y a los partidos políticos del "limbo en el que viven" y que conozcan cara a cara los problemas y la desesperación de los miles de parados.
Les deseamos todo el éxito del mundo y que pronto acaben con esta pesadilla.
Por cierto: también piden que los políticos se rebajen sus sueldos. Aquí pecan de ingenuos: ni estamos en Utopía ni sus reivindicaciones son la carta a los Reyes Magos.
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