Ya había leído en varios blogs un post muy similar a este. Ahora comprendo porque los escribían. Llegar a las mil visitas resulta muy edificante. Hace ilusión. Ya se que es un número extremadamente ridículo para la mayoría de los que escriben en este mundo, pero para novatos como yo la cifra es muy importante.
De acuerdo en que personalmente he hecho muchas visitas, que mi familia ha ayudado con el contador y que muchos de los que han entrado lo han hecho por error y después de leer cuatro líneas han huido despavoridos y ya no los volveremos a ver por aquí. Pero para los que les ha gustado algo de lo que he escrito, para los que han repetido, infinitas gracias.
Desde el principio no lo he hecho con el afán de tener más o menos visitas. Es cierto que gratifica saber que hay alguien interesado en lo que escribes, quizá porque piensa de manera similar sobre algunos temas, pero lo que realmente perseguía es expresar lo que pensaba en cada momento sobre los hechos que ocurren día a día. Esos hechos relacionados con el esfuerzo que las personas hacen para que la vida sea más agradable para los demás. Y también la denuncia contra los que persiguen todo lo contrario.
Y he conseguido algo que no esperaba: el placer de escribir. Años y años siendo un mero lector y espectador, perdiendo la buena costumbre de comunicarse escribiendo. Un auténtico placer. Les aconsejo que lo prueben.
Voy a dejarlo porque Don Graciano y Paco deben de estar al llegar. Vamos a destapar alguna cerveza para celebrar el acontecimiento. Hablaremos de todo un poco y me contarán esas anécdotas tan jugosas. Ya les contaré. Aunque estoy seguro de que vendrán con las manos en los bolsillos y me tocará poner a mí la bebida. Pero lo haré muy a gusto.
domingo, 7 de octubre de 2007
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