lunes, 18 de mayo de 2009

Sobra electricidad en España. Se paran los parques eólicos.

Tradicionalmente en España, el sector eléctrico siempre ha tenido miedo a no dar abasto para cubrir la demanda de electricidad del país. Pues bien, aunque parezca increíble, ahora se está dando el caso al contrario: el problema empieza a ser el exceso de generación eléctrica.
El motivo es bien sencillo; debido a la crisis, el consumo es menor mientras las fuentes de generación de electricidad van creciendo año tras año.
La demanda eléctrica del país sigue cayendo a tasas históricas, nada menos que un 13,4% interanual en abril, según datos de Red Eléctrica, el operador del sistema. Especialmente significativo es el efecto en las horas valle (las de menos consumo, sobre todo de madrugada). Hace un año, en esas horas, se necesitaban más de 23.000 megavatios (MW) de potencia para abastecer al país. Ahora sobra con 20.000 MW.
No tardarán en salir (los que todos sabemos) a decirnos que la población española se está mentalizando del peligro del “cambio climático” y está ahorrando energía. No les crean; esta disminución sólo la provoca la crisis.

En cuanto a la generación, las centrales nucleares siguen funcionando, al igual que las centrales eléctricas tradicionales, las de ciclo combinado aumentan y la energía eólica se dispara al amparo de las subvenciones estatales (de momento, hay casi 17.000 MW de potencia eólica instalada en España y se espera que se llegue al doble en pocos años). El resto de energías renovables (incluyendo la solar) tienen a día de hoy una presencia casi testimonial.

¿Qué ocurre cuando se produce más electricidad que la que se consume? Pues que la red eléctrica se sobrecarga y se colapsa. Alguien tiene que dejar de producir. Y aquí es donde llega la paradoja: las centrales nucleares no se pueden parar así como así, las centrales térmicas tampoco porque resultan estratégicas (¿y si deja de hacer viento y las eólicas dejan de aportar energía?), así que las primeras que dejan de funcionar son estas últimas: las eólicas.
Durante el año 2008, las instalaciones eólicas tuvieron que parar en diez ocasiones (lo que supuso un gasto de unos diez millones de euros) y en lo que llevamos de 2009 se ha notado un incremento de estas incidencias. La alarma ha saltado en el sector, no ya por las paradas que ya se han tenido que hacer que no son excesivamente numerosas, sino por la tendencia que se registrará en el futuro a corto plazo: debido a la crisis se espera que aun baje más el consumo y, sin embargo, entrarán en producción más megavatios.

El problema parece ser que reside, sobre todo, en que las redes eléctricas se han tenido que ir desarrollando a trompicones para dar cabida al tráfico eólico y se ha llegado al límite, con lo que ya no tienen capacidad suficiente. La labor del gobierno debería de enfocarse ahora en potenciar estas redes, porque en caso contrario ¿no les parece una incongruencia subvencionar generosamente estas instalaciones para que luego no puedan ser eficientes y funcionar al 100%?

De todas formas, parece que la fiebre por la energías eólica y solar empieza, peligrosamente, a remitir. Son ya varias las multinacionales que, escudándose en la crisis, están rebajando sus inversiones en I+D+I de estas energías. Su objetivo empieza a ser el desarrollo de biocombustibles y la captación de CO2. ¿Por qué? Pues porque las expectativas que tienen esas multinacionales es que el petróleo, el gas y el carbón sigan siendo las principales fuentes de energía a medio plazo y, por lo tanto, les interesa más invertir en estas energías que no en algunas renovables que, tarde o temprano, dejarán de estar subvencionadas y serán deficitarias.

La petrolera Shell (según sus informes internos), prevé que esos combustibles fósiles todavía sigan aportando entre el 58% y el 63% de la demanda de energía global en 2050, frente al 80% actual. Curiosamente, Shell cree que el carbón será la mayor fuente de energía a mitad de siglo, lo que explica su trabajo en la captura de CO2, que reduciría las emisiones de centrales que queman esa materia prima.

También son reveladoras las declaraciones del director general para España de la empresa General Electric (principal suministradora de equipos para la extracción de petróleo): “siendo realistas, en 20 ó 40 años las alternativas al petróleo y el gas van a ser muy marginales. Las renovables van a satisfacer una pequeña parte de la demanda. La alternativa más seria es la energía nuclear, pero tiene problemas por todos conocidos.” Dicho lo cual, continuó frotándose las manos (esto último, sólo lo imagino).

A pesar de lo que nos digan las maquinarias propagandísticas del gobierno, el futuro de las energías renovables continúa siendo muy incierto y su principal problema sigue siendo el mismo: que no son rentables.
Si al menos, dentro de esa falta de rentabilidad, no tuviéramos que ir parándolas constantemente...

1 comentario:

Mercè dijo...

Buenas estoy haciendo un trabajo sobre la energia eólica y he ido a parar en tu blog me interesaria la foto del mapa de españa con los diferentes datos porque en la publicada no se ve bien, podrías decirme de donde es? O como encontrarla?
mi mail es: mercellauro1011@hotmail.com

Te lo agrdaeceria!