miércoles, 10 de junio de 2009

La hipocresía nuclear de Zapatero


¡El gobierno de Zapatero firmó un acuerdo de colaboración para el desarrollo de la energía nuclear! Pero no se “asusten”. Este desarrollo no se efectuará en España, sino en China.

El 14 de noviembre de 2005, el entonces Ministro de Industria del primer gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, José Montilla, firmó el citado acuerdo, pero no ha sido publicado por el BOE hasta el pasado jueves, 4 de junio, debido a “cuestiones diplomáticas y de tramitación”.

El texto íntegro pueden leerlo en esta página de Libertad Digital (que refleja el texto del BOE), pero haremos un pequeño resumen:

Ambos gobiernos acuerdan cooperar conjuntamente en:
- La investigación básica y aplicada y el desarrollo en relación con los usos pacíficos de la energía nuclear.
- La investigación, diseño, construcción, operación y mantenimiento de reactores nucleares.
- El desarrollo técnico y las aplicaciones industriales en el campo del ciclo de combustible nuclear.
- La producción y aplicación de radioisótopos en la industria, la agricultura y la medicina.
- La seguridad nuclear y la protección radiológica, entre otras áreas.

Para ello, el Gobierno que preside Zapatero intercambiará con China "información y documentación científica y técnica"; la "formación de personal científico y técnico"; apoyará -con el uso de dinero público- la "organización de simposios y seminarios" sobre esta materia; la "prestación de los servicios y la asistencia técnica pertinentes"; e incluso, el "suministro de materiales, materiales nucleares, equipos, instalaciones y tecnología".

Este acuerdo permanecerá en vigor por un periodo inicial de diez años y será prorrogado automáticamente por períodos sucesivos de cinco años, a menos que cualquiera de las Partes notifique a la otra por escrito su intención de denunciar el presente Acuerdo seis meses antes de la expiración de dicho periodo".

O sea, para entendernos, el desarrollo de la energía nuclear para usos pacíficos es bueno en China, pero no en España.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, hipocresía es "el fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan". No me negarán que esta definición cuadra perfectamente con nuestro Presidente: se declara antinuclear hasta la médula y, casi a hurtadillas, firma un acuerdo con un país extranjero para el desarrollo de la energía nuclear.
No es la primera vez que se le puede aplicar esta definición: no hace mucho nos hacíamos eco del aumento significativo de la venta de armas al ejército israelí mientras denunciaban el ataque sistemático de éstos contra el pueblo palestino.

Estos días se está a la espera de conocer el posible cierre de la central nuclear de Garoña. A esta central le quedan dos años de concesión administrativa y ha solicitado una ampliación por diez años más. A raíz de esta petición, el CSN (Consejo de Seguridad Nuclear) estudió las condiciones de la instalación y publicó un informe no vinculante para asesorar al gobierno en el que indicaba que, con unas pequeñas reformas, la central era completamente segura y se le podía conceder la prorroga.

La lógica indica que debería seguir abierta: España es un país deficitario en materia energética (recordemos que cuando nos falta electricidad, la compramos de las centrales nucleares francesas), la central proporciona más de mil puestos de trabajo y, sobre todo, según el CSN, es segura.
Sólo a alguien que continuara pensando como lo hacían hace dos décadas los radicales antinucleares se le ocurriría cerrarla. Pues bien, nuestro Presidente Zapatero ha reiterado esta misma mañana en el Congreso que cerrará de "forma ordenada" las centrales existentes en España, para que sean sustituidas por energías renovables, tal como prometió en su programa electoral.
¡Ostras! ¿Y no podría cumplir con aquel otro punto de su programa electoral que prometía el pleno empleo?

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