jueves, 25 de junio de 2009

Cierre de Garoña ¿emplearán la lógica o la demagogia?


Lo de la cierre de la central nuclear de Garoña está trayendo cola, tal y como se preveía. Sinceramente, esperaba que nuestro Presidente Zapatero anunciara antes de las pasadas elecciones europeas que la cerraba para, de esa forma, atraerse los votos de la izquierda y de los ecologistas más radicales.
Caben dos posibilidades para que no lo hiciera entonces: o no le daba importancia al resultado final de las elecciones (cosa improbable porque Zapatero no soporta perder y ya sabía que las encuestas le eran negativas) o que no está en absoluto convencido de que se deba cerrar.

Tiene un gran dilema porque prácticamente todo el mundo se ha posicionado en contra del cierre. Como es natural, los trabajadores de la central están en contra, así como también el resto de centrales nucleares españolas que ponen sus barbas a remojar cuando ven a las de Garoña cortar. También están en contra los ayuntamientos de la zona (incluso uno gobernado por un alcalde del PSOE ha amenazado con dejar el partido), las comunidades autónomas afectadas, las compañías eléctricas, algunas organizaciones de consumidores y hasta el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que ha emitido un informe favorable al mantenimiento de las instalaciones por diez años más con unos pocos cambios en materia de seguridad, por citar sólo unos ejemplos.
¿A favor del cierre? Los de siempre: los grupos ecologistas, los partidos de más a la izquierda y algunos (no todos) de los artistas “de la ceja”.

Difícil lo tiene Zapatero puesto que una decisión de esta envergadura no se puede tomar basándose en mentalidades juveniles trasnochadas, sino que se tiene que apoyar en informes serios que garantizan que la central nuclear sea segura, rentable y necesaria. La seguridad la garantiza el CSN (y si no les cree, que disuelva el consejo ¿para qué gastar dinero en ello?), la rentabilidad no puede ser mayor (con unos pocos cambios, diez años más de producción eléctrica) y en cuanto a si es o no necesaria... creo que sobran las explicaciones en un país tan deficitario como España en materia de energía.

Las últimas adhesiones que han tenido los dos bandos encontrados no dejan de ser curiosas.
Por una parte, a favor de que continúe en funcionamiento se ha postulado Patrick Moore. ¿Quién es este señor? Fue uno de los cofundadores de Greenpeace, ex presidente de Greenpeace Canadá y directivo internacional de la organización durante más de 35 años. Posteriormente, dejó la organización por discrepancias con los actuales dirigentes, pasando a ser una de las personas más odiadas por el mundo del ecologismo.

Moore afirma que las nucleares son las energías "del futuro" y como ejemplo puso la demostración de la mayor parte de países del mundo que apuestan por su construcción. Este es el caso de Estados Unidos, que tiene hasta 17 propuestas; Canadá, ocho; Eslovaquia; Italia; Suecia; Finlandia; China; Rusia; o la India, entre otros.
Explicó que la energía nuclear no contamina, no emite CO2 a la atmósfera, mientras que los combustibles fósiles son los responsables de más del 40 por ciento de la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
En cuanto al almacenamiento de residuos radioactivos (uno de los puntos más conflictivos de este tipo de energía), comentó que "nunca nadie ha sido perjudicado" por estos y que no suponen un problema si se almacenan de forma segura, mediante estructuras de hormigón reforzado y acero.
Su resumen final es demoledor: "la energía nuclear es el logro científico de la humanidad. No entiendo por qué la izquierda europea y los ecologistas están en contra. Están equivocados al cuestionar la seguridad de las centrales nucleares. Además, se trata de un sentimiento antinuclear muy político". Moore, ni que decir tiene, opina que el cierre de Garoña sería un grave error para España.

De la otra parte, o sea, a favor de que la central sea desmantelada, un grupo de artistas, escritores, periodistas, profesores universitarios, ecologistas, políticos, líderes sindicales y empresarios del sector de las renovables han firmado un manifiesto "por el cierre" de la central. Opinan (sin explicar en qué informes se basan) que es una instalación insegura y totalmente prescindible gracias a la aportación de las energías renovables. Aparte, dicen que "no hay ningún obstáculo económico que impida cerrarla" y, además, su cierre "no perjudicará el empleo porque el desmantelamiento de una central es un proceso largo y generador de puestos de trabajo".

¿Quiénes firman este manifiesto?
Amparanoia, Bebe, M-clan, Ojos de Brujo, Kiko Veneno, Fernando Colomo, Víctor Erice, José Antonio Quirós, Txema Sandoval, Rosa Regás, Bernardo Atxaga, Álvaro Abril (PSOE), Hugo Morán (PSOE), Cayo Lara (coordinador general de IU), Gaspar Llamazares (IU), Joan Herrera (ICV-Els-Verds), organizaciones sociales y sindicales como COAG, CGT, Plataforma Rural, CECU, FACUA, CCOO-Euskadi y empresas del sector de las renovables como Wagner Solar, Asociación Empresarial Eólica, Solynova, Bornay Aerogeneradores, World Watch... Como pueden comprobar, un montón de “eruditos” de la energía nuclear y varias empresas “desinteresadas” en el tema.

¿Ustedes que opinan? ¿La cerrará? ¿No la cerrará? Mucho me temo que no dependerá de informes científicos sino de los réditos políticos que pueda obtener al tomar una u otra decisión.
En menos de dos semanas sabremos qué es lo que más le conviene al señor Zapatero.

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