Ya conocerán todos ustedes que el estado de California, en los Estados Unidos, se encuentra inmerso en una intensa crisis (como el resto del mundo, claro) a la que se une un déficit público estremecedor. Según cuentan algunos analistas, les falta muy poco par declarar la suspensión de pagos.
El gobernador de este estado, el conocido por todos Arnold Schwarzenegger, se está estrujando los sesos por encontrar fórmulas que aumenten sus ingresos y rebajen sus gastos. La última propuesta que ha efectuado es la de suprimir los libros de texto de los estudiantes de secundaria (en gran parte subvencionados por su gobierno) y cambiarlos por libros electrónicos o e-books .
El gobernador de este estado, el conocido por todos Arnold Schwarzenegger, se está estrujando los sesos por encontrar fórmulas que aumenten sus ingresos y rebajen sus gastos. La última propuesta que ha efectuado es la de suprimir los libros de texto de los estudiantes de secundaria (en gran parte subvencionados por su gobierno) y cambiarlos por libros electrónicos o e-books .
Si la propuesta la hubiese efectuado Obama o algún otro representante del lobby “progresista”, a más de uno se le hubiesen enrojecido las manos de tanto aplaudir, pero, claro, como la ha hecho Schwarzenegger... Incluso se ha escrito que “Terminator quiere acabar con los libros”.
Ahora en serio, ¿es factible su propuesta? Sinceramente, sólo le veo ventajas.
Ahora en serio, ¿es factible su propuesta? Sinceramente, sólo le veo ventajas.
Los libros escolares, en Estados Unidos, en España y en medio mundo, se cambian prácticamente cada año, o sea, no se reutilizan (los que tengan hijos en dos cursos sucesivos saben de que hablo), ¿se imaginan el papel que se utiliza en su impresión? ¿Los árboles que caen para que nuestros hijos aprendan?
Otro tema, ¿por qué gastar cientos de euros comprando libros cada año cuando el copiarlos en un e-book sería casi gratuito (sólo habría que pagar la licencia al autor)? ¿Para que se enriquezcan las editoriales (muchas veces “amigas” de los gobiernos)?
¿Han sopesado alguna vez la mochila llena de libros de un chaval de trece años? Más de cinco kilos todos los días. Con el e-book, doscientos gramos, llegando a caberle 160 libros.
Sólo le veo un inconveniente: los chavales han crecido usando la electrónica y no tendrían ningún problema, pero los profesores, en la mayoría de los casos, tendrían dificultades para adaptarse (ellos y sus clases) al nuevo dispositivo. ¿Qué se juegan a que, de seguir adelante con la iniciativa, los primeros que pondrán el grito en el cielo serán los profesores?
Los libros electrónicos han entrado con fuerza (a pesar de la oposición de las editoriales) en el mundo actual. Y tiene toda la pinta de que no lo van a frenar. Muchos han sido los que a lo largo de la historia de la humanidad han intentado cerrarle las puertas al progreso y ninguno lo ha conseguido.
En esta ocasión, y sin que sirva de precedente, le doy la razón al Gobernador de California. Quizá obligado por la crisis, ha logrado entrever lo que nos deparará el futuro próximo. Casi, casi, como en sus películas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario