Las medidas económicas que tomó el Consejo de Ministros del pasado viernes día 12, han conseguido que más de uno de los que todavía no se habían dado cuenta de que estamos atravesando la crisis más profunda del último siglo, se hayan caído del guindo.
Y esta vez, nos han fastidiado a todos, ya seamos trabajadores de empresas privadas, públicas, parados o jubilados. El Estado necesita dinero y ha echado mano de lo más seguro que tiene: la subida de impuestos. Y no sobre cualquier artículo, no. Ha subido 3 céntimos el impuesto de las gasolinas y 20 céntimos el impuesto por paquete de cigarrillos. De esa forma no se escapa nadie y ellos lo pueden disfrazar como una medida para frenar el “cambio climático” o evitar el tabaquismo.
Pero la verdad es que necesitan dinero. Y mucho. Todas las políticas de gasto público están empezando a pasar factura y el Estado ya tiene las arcas vacías. Buena prueba de ello es la aprobación (en el mismo Consejo de Ministros) de un crédito extraordinario de casi 20.000 millones de euros para cubrir el agujero de forma urgente.
Lo peor es saber para qué va a ir destinado este dinero: casi 17.000 millones van a cubrir las prestaciones por desempleo (el antiguo INEM ya no puede más) y, del resto, más de 200 millones se destinarán a pagar sueldos policiales, costes de protección de personas, repatriación de extranjeros, gastos de transporte y ¡facturas de agua, luz y gas de las comisarías! Ni siquiera para eso queda dinero.
Lo malo de todo esto es que los créditos se tienen que pagar de alguna forma y la emisión de deuda pública empieza a no ser una solución. Las agencias de calificación crediticias empiezan a no fiarse de la abultada deuda española, con lo que cada vez, los intereses que tenemos que pagar por el dinero son mayores, siempre y cuando se logre colocar toda la emisión entre inversores, cosa que, cada vez, resulta más complicado.
Si no logran colocar deuda, la solución para cuadrar las cuentas pasa por recaudar más y gastar menos. Por ejemplo, el Ministerio de Fomento, al frente del cual está José Blanco, ha reducido en lo que llevamos de año ¡un 70%! la licitación de nuevas infraestructuras.
Sin embargo, el reducir gastos no acaba de estar bien visto por el electorado que reclama más y más gasto social, así que la solución sólo puede pasar por recaudar más para poder mantener bien engrasada la máquina de gastar dinero de nuestro Gobierno.
Buena prueba de ello son los nuevos impuestos sobre el tabaco y la gasolina. Pero con ello, apenas se consiguen 2.200 millones de más al año y eso, para un estado que al final del año tendrá un agujero próximo a los 100.000 millones de euros, resulta insuficiente.
La maquinaria recaudatoria se está poniendo en marcha y ya se empiezan a oír rumores sobre un aumento del tipo fijo que grava las rentas del capital (ese 18% que le cobran todos los años por el escaso dinerito que aun puede conservar en el plazo fijo) o sobre los incentivos que dan algunas empresas a sus empleados o directivos por la consecución de objetivos (bonus), tal como informa elEconomista, o, como nos dicen en Cinco Días, recortando deducciones, que es una forma de subir impuestos “sin que se note”; con eliminar tan sólo la famosa deducción de 400 euros en el IRPF aprobada por el Gobierno el pasado año, Hacienda recaudaría 6.000 millones de euros más. Eliminar la deducción por la compra de vivienda habitual ahorraría al Estado otros 4.268 millones al año, y así sucesivamente con otros beneficios fiscales (aportación a planes de pensiones, exención por reinversión en vivienda, tipo de gravamen reducido para pymes, reinversión de beneficios...).
Afortunadamente, el IVA no lo subirán porque lo ha propuesto la patronal y ya saben que no entra en el ideario socialista el hacerle caso a los empresarios.
Afortunadamente, el IVA no lo subirán porque lo ha propuesto la patronal y ya saben que no entra en el ideario socialista el hacerle caso a los empresarios.
Los ciudadanos seguimos creyendo que “papá” estado tiene todo el dinero del mundo, y eso no es así. Como se continué con el actual derroche, pronto se tendrán que recortar gastos que, hasta ahora, se creían “intocables”. Me estoy refiriendo a asistencia sanitaria, prestaciones por desempleo, educación, sueldo de los funcionarios o pago de pensiones. ¿No me creen? Sinceramente, espero que no pase, pero “cuando las barbas de tu vecino veas cortar...”.
Letonia, ex república soviética, presumía de tener uno de los mayores crecimientos de toda Europa. Sin embargo, la crisis se ha cebado con ellos (contracción del 18% del PIB). El Estado está medio quebrado y nadie les quiere comprar la deuda pública que emiten. La única solución ha sido acudir a pedir ayuda al FMI, pero estos les han exigido que rebajen el déficit público. ¿Cómo conseguirlo? Reducción de un 10% en las pensiones a los jubilados, de un 20% en los sueldos de los funcionarios y la eliminación de algunos organismos y empresas públicas.
Con estas medidas, esperan reducir el déficit público hasta el 3% en el plazo de tres años para poder cumplir con el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea y poder adoptar el euro.
Con estas medidas, esperan reducir el déficit público hasta el 3% en el plazo de tres años para poder cumplir con el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea y poder adoptar el euro.
Este Pacto de Estabilidad también lo tiene que cumplir España y la Unión Europea le ha dado de tiempo al gobierno español hasta el año 2012. ¿Saben cual será el déficit público español este año? Nada más y nada menos que el 9,5%. ¿Me creen ahora en lo de recortar gastos “intocables”?
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