jueves, 30 de julio de 2009

Decir palabrotas reduce el dolor


Ya sabíamos, por propia experiencia, que soltar “tacos” ayuda a relajarnos y rebajar los enfados, pero lo que desconocíamos era que decir palabrotas también nos ayuda a reducir el dolor.

Mi abuelo decía que hay gente que lo estudia todo... y con el tiempo, me he dado cuenta que tenía más razón que un santo. El profesor de Sicología Richard Stephens, de la Universidad de Keele, ha publicado un estudio en la revista "NeuroReport" en el que relaciona la pronunciación de palabras malsonantes con el aguante que tienen las personas ante el dolor.

Para realizar el estudio contó con la colaboración de 64 estudiantes voluntarios, a los que pidió que metieran una de sus manos en una cuba con agua helada y que resistieran lo más posible mientras repetían una misma palabrota de su elección. Después, les pidió que repitieran el experimento, pero esta vez utilizando una palabra común con la que describirían una mesa. El resultado fue que los estudiantes resistían una media de 2 minutos cuando empleaban términos ofensivos, indecentes o groseros, y una media de un minuto y quince segundos cuando no lo hacían.
El profesor Stephens explica que el corazón se nos acelera cuando utilizamos un vocabulario malsonante, lo mismo que ocurre cuando nos encontramos en una situación de debilidad o de miedo y tratamos de reducir la sensación de amenaza para hacerle frente. O sea, más o menos lo que conseguimos con un grito, pero en versión maleducada.

Siendo benévolos podríamos decir que esta sería la razón por la que a lo largo de los siglos se ha creado en todos los idiomas un lenguaje paralelo de palabrotas, hasta completar diccionarios casi tan extensos como los oficiales.

Todo lo dicho no significa que a partir de ahora tengamos patente de corso para soltar tacos cada vez que nos venga en gana. Con esto ocurre como con las medicinas: si nos pasamos el día diciendo palabrotas, cuando las tengamos que utilizar para mitigar el dolor ya no servirán de nada; habrán perdido su efecto “balsámico”.

PD. Descansen (si quieren) de este blog durante el mes de agosto. Nos volvemos a encontrar en septiembre. Sean felices.

2 comentarios:

cuchillita dijo...

jejeje, muy interesante el post, no sabia yo eso, aunque si puedo decir, que cuando te cabreas y sueltas un taco, que agustito te quedas...jeje
Un besete!

Unknown dijo...

hola, queria invitarte a que agregues tu blog a espainfo.es
es un directorio de webs y nos gustaría que estuvieras.
saludos

Diego