Desde esta página nos alegramos de que la operación a la que fue sometido el Rey Don Juan Carlos I haya sido todo un éxito. Según los médicos que le atendieron, la extracción de un tumor benigno que tenía alojado en sus pulmones ha sido totalmente satisfactoria y su recuperación avanza por buen camino.
De todas formas, pasase lo que pasase, los partes médicos siempre reflejarían lo mismo; nunca nos dirían por adelantado que nuestro Rey está gravemente enfermo y que su muerte podría ser inminente. Aunque, afortunadamente, éste no parece ser el caso.
Sin embargo, su ingreso repentino el pasado sábado en el Hospital Clínico de Barcelona ha dejado en el aire varias incógnitas, que se pueden resumir en dos preguntas: ¿por qué tanta prisa? y ¿por qué en un centro público y en Barcelona?
La respuesta a la primera pregunta cae por su propio peso: porque, realmente, la intervención era urgente. Apenas recibió en Madrid al vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, partió raudo hacia la ciudad condal. Ni siquiera esperaron a que se disputase el Gran Premio de Fórmula 1 al día siguiente (el monarca es un gran aficionado al automovilismo) o a que llegasen sus hijos (Don Felipe estaba en Centroamérica, Doña Cristina en Estados Unidos y Doña Elena en Valencia). Creo que sobre este punto no cabe la menor duda.
La segunda pregunta era más difícil de contestar, pero apenas tres días después, empezamos a tener las respuestas. ¿Por qué en Barcelona? Incluso he llegado a escuchar que el monarca ha preferido Barcelona porque la sanidad pública allí es mejor que la de Madrid. Nada más lejos de la realidad.
En un principio, nuestro Rey hubiera podido elegir un centro privado y no hubiese ocurrido nada. Tanto las Infantas como la Princesa Letizia han dado a luz en la Clínica Ruber Internacional, centro privado y de lujo de la capital de España. Sin embargo, se decidió por el Hospital Clínico de Barcelona, centro público. ¿Por qué? El comité de empresa del hospital y el sindicato CGT nos sacan de dudas:
Dentro del Hospital Clínico de Barcelona, opera una clínica privada de lujo: Barnaclinic. Esta clínica VIP es una de las más prestigiosas de España y cuenta entre sus clientes con personalidades muy conocidas dentro del mundo empresarial español. Realmente, Don Juan Carlos ingresó en esta clínica y no en el Hospital público (se cuenta que incluso le cambiaron las sábanas por unas del Hospital por si se filtraba alguna foto) ¿A qué ya empieza a cuadrarles el tema?
Al monarca le dejaron en exclusiva la séptima planta de Barnaclinic y se reservaron las cinco UCIS de que dispone el Hospital y el único quirófano operativo, por si surgían imprevistos. Y aquí vino el problema: prácticamente vaciaron Barnaclinic y enviaron a sus clientes ( de pago) al Hospital Clínico (público).
La llegada del Rey ha destapado una situación que, según el Comité de Empresa y el sindicato CGT, se lleva produciendo desde hace mucho tiempo: Barnaclinic, a pesar de su gestión y facturación privada, emplea el material, el personal, los quirófanos, las máquinas de rayos y hasta las UCIS del centro público. Lo han leído bien; los pacientes que pagan su cuota por la asistencia privada son atendidos con medios costeados públicamente. Según fuentes sindicales, “los mismos cargos del Barnaclínic como empresa, se repiten en el Hospital Clínico, que a su vez se repiten en la fundación privada....". “En Barnaclinic están cobrando unos servicios de hotel de lujo a unos clientes, que se costean con material público, y atienden nuestras enfermeras".
En la misma página web del Hospital, se describe a Barnaclinic como “una empresa que tiene la vocación de desarrollar actividades asistenciales a pacientes no financiados por el sistema público de salud” y entre sus objetivos se encuentra “incrementar los ingresos para repercutir en beneficio de la actividad pública”. De ser verdad lo que denuncian las fuentes sindicales, la realidad dista mucho de la teoría.
Como contribuyentes, exigimos que se aclare el funcionamiento de este Hospital y de la clínica privada que alberga.
Y ahora lo hacemos con más fuerza si cabe, ya que entre sus pacientes se encuentra el primero de los españoles: nuestro Rey.
Y una última pregunta: ¿quién le aconsejo para que entrase a la clínica “camuflado” como paciente de un hospital público?
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2 comentarios:
Está claro que esto es un pais de pandereta, y así nos va. Empresas lucrandose gracias a los impuestos de todos.
Sigamos así...
Os agradezco esta información ante la enorme campaña de marketing sobre la deteriorada sanidad pública que se está haciendo con todo eso de la operación del rey.
Creo que es algo que deberíamos conocer todos los ciudadanos y por esta razón y esperando que no os moleste me haré eco de ello en mi blog (que también trata los problemas de la sanidad pública) con el fin de divulgarlo en la medida de mis posibilidades. Aquí, en la Comunidad de Madrid, la situación es desastrosa y no se ha entendido mucho que el rey fuera a operarse a otra comunidad, aunque nadie ha publicado (que yo sepa) que ha utilizado el estandarte de lo público cuando realmente todo ha sido privado con financiación pública.
Gracias por la información.
Un saludo
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