lunes, 8 de junio de 2009

Cuidado con las picaduras de insectos; pueden ser peligrosas


Casi todo el mundo agradece la llegada del buen tiempo. Atrás quedan los fríos del invierno y las molestas gripes y enfriamientos y damos la bienvenida a las temperaturas más templadas (bueno, al final el calor asfixiante también se vuelve insoportable), a las ropas más ligeras y a los chapuzones al aire libre.

Sin embargo, uno de los inconvenientes que traen consigo la primavera y el verano son los molestos insectos y, más concretamente, sus picaduras. No suelen tener gran importancia, apenas provocan una pequeña lesión local consistente en una hinchazón, enrojecimiento, algo de dolor y mucho, muchísimo picor, pero hay que estar atentos porque, en algunos casos, pueden resultar peligrosas, sobre todo en niños. Vamos a distinguir entre las picaduras de los diferentes insectos más comunes e intentar dar unos consejos para que no pasen de ser una pequeña molestia.

- Mosquitos: suelen picar en las zonas de la piel no protegidas por la ropa: brazos, piernas, cuello y cabeza. No son en absoluto peligrosas y lo único que provocan es enrojecimiento y picor. La forma de aliviarlo es con una solución casera hecha al 50% con agua y amoníaco o con una loción en forma de spray, pomada o barritas, que contienen amoníaco y que se suelen vender en farmacias.
- Pulgas y chinches: al contrario que los anteriores, suelen picar en zonas protegidas por la ropa. Se cuelan debajo de ella y suelen efectuar varias pequeñas picaduras. Para aliviarlas sirve el mismo consejo que con los mosquitos.
- Arañas: en este caso no es picadura sino mordisco. Se puede averiguar porque en el centro de la lesión se puede apreciar un pequeño punto. Suelen ser arañas pequeñas, ya que aquí no existen las grandes arañas tropicales y venenosas. La forma de aliviar la hinchazón es la misma que las anteriores.


- Garrapatas: procedentes de los perros, pican y se adhieren a la piel donde pueden pasar mucho tiempo desapercibidas. Quitarla es un poco complicado. No se debe tirar hacia fuera bruscamente, ya que la garrapata se rompe, quedando la cabeza adherida a la piel. Para retirarla, debe ser atrapada lo más cerca de la piel, moviéndola hacia un lado y otro, lentamente, sin brusquedad, hasta que se desprenda. Para aliviar el dolor, lo mejor es aplicar compresas o paños fríos sobre la picadura, lo que hará disminuir la inflamación.
- Abejas y avispas: sus picaduras son las más dolorosas, y también pueden ser las más peligrosas. Las primeras introducen su aguijón en la piel, para luego morir. Este aguijón se debe quitar inmediatamente. La mejor forma es con unas pinzas o con una aguja estéril, moviéndolo hacia los lados y sin romperlo. Las avispas, en cambio, introducen el aguijón en el momento de picar pero lo retiran posteriormente. Por lo tanto, hay que retirarse rápidamente del lugar del “ataque” puesto que puede volver a picarnos. Además, algunos tipos de avispas – como la amarilla - liberan una sustancia que atrae a otras avispas cercanas.

Estos dos insectos, abejas y avispas, suelen provocar bastante dolor con sus picaduras. Para aliviarlo, se debe lavar la herida, retirar el aguijón (en el caso de la abeja), aplicar hielo en la zona para rebajar la hinchazón y, posteriormente, usar la misma solución de amoníaco que en casos anteriores.

Pero, ¡cuidado sobre todo con los niños!; algunas personas (un porcentaje relativamente pequeño) son muy alérgicas a las picaduras de estos insectos, aunque, desgraciadamente, sólo se enteran de ello después de la primera picadura (de ahí el cuidado especial con los pequeños). Mientras en el resto de las personas, una picadura de abeja o avispa no deja de ser una molestia, en estas personas se produce una reacción grave que consiste en dificultad para hablar y respirar, hinchazón de los labios y la cara, debilidad, mareo y algunas veces urticaria, que se reconoce por la aparición de manchas rojas, ronchas en la piel, que pican mucho. Este cuadro se llama anafilaxia y es tan grave que puede matar a la persona. Hay que estar muy atentos a los niños después de su primera picadura para ver la reacción que tienen y, en el caso de empezar a vislumbrar estos síntomas, acudir rápidamente a un centro sanitario para que lo traten. De la rapidez con que lleguen dependerá la vida del niño.

Una vez que ya sabemos de su alergia, deberá llevar siempre encima un kit de tratamiento que consiste en una jeringuilla de autoinyección cargada con adrenalina para administrársela inmediatamente después de la picadura. Su médico le indicará dónde y cómo debe usarla.
Posteriormente, existen programas de vacunación para erradicar el problema.

Mi deseo es que no tengan que echar mano de estos consejos, pero, ya saben, más vale prevenir ...

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buena la pagina..me caba d picar una abeja y m duele mucho,pero solo tengo mareos y bno una inchazon en mi brazoq fue dond m pico...gracias x sus consejos