Les propongo una solución: múdense a vivir a un pueblo o ciudad “Cittaslow”. Hay más de un centenar de pequeñas ciudades y pueblos que ya se han sumado a este movimiento a nivel mundial. En España hay siete poblaciones asociadas: Pals, Begur y Palafrugell, en Girona; Bigastro, en Alicante; Rubielos de Mora, en Teruel; y Mungía y Lekeitio, en Vizcaya.
En estas ciudades se promueve un ritmo sosegado hasta en las actividades más cotidianas del ser humano; una sanidad más humanizada, sin los famosos “cinco minutos” por paciente, una educación que no fomente la competitividad y un ocio sin tanta televisión y más contacto con la naturaleza. Una oda al libro “Elogio de la lentitud” de Carl Honoré, uno de los teóricos de este movimiento mundial.
Pero ¡ojo!, la lentitud no entendida como pereza o ineficacia, sino como equilibrio y humanidad. Los lentos trabajan para vivir y no al contrario, aborrecen la “comida rápida” y prefieren mantener una buena conversación antes que un saludo rápido por la calle.
El movimiento 'slow' tiene sus orígenes a finales de la década de los 80 del siglo pasado en Italia, y más concretamente en Roma. El periodista y gastrónomo Carlo Petrini vio en la apertura de un restaurante de comida rápida en la céntrica Plaza de España un peligroso ataque a tan saludable forma de alimentación como es la tradicional dieta mediterránea, por lo que decidió emprender una lucha sin cuartel contra la comida basura. Una guerra cuerpo a cuerpo a la que se han sumado desde entonces millones de personas en todo el mundo (aunque, al final, casi todos acabamos entrando en ellos, ¿verdad?).
Casi una década después, en los noventa, ese combate contra la tiranía de las prisas y a favor de una cultura de la tranquilidad, llevó a un pequeño grupo de poblaciones italianas (Orvieto, Bra, Positano...) a crear el movimiento de ciudades lentas, 'Cittaslow', que pronto llegó a Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania, Noruega y España.
Estas poblaciones no renuncian a las nuevas tecnologías, porque su uso racional también contribuye a mejorar la calidad de vida de sus habitantes, apuestan por un desarrollo sostenible, por el uso de energías renovables, por recuperar y conservar tradiciones, rechazan un urbanismo salvaje, combaten el ruido, la suciedad y el uso irracional del agua.
Promueven una forma de vida más sana, relajada y sostenible, menos frenética, más humana y ecológica, más solidaria y quieren recuperar una identidad gastronómica a veces perdida. En definitiva, una apuesta "por la buena vida" de sus habitantes y de quienes les visitan.
¿Se imaginan poder salir de casa y en apenas diez minutos caminando llegar a su trabajo tras haber dejado a los niños en el colegio? ¿Les parece ciencia ficción? A mi también.
Habrá que empezarse a plantear el cambiar de población. O al menos, adoptar las buenas costumbres de estas gentes para nuestra vida cotidiana. Disfrutaremos más nuestra existencia.
3 comentarios:
Es realmente interesante lo que propone Cittaslow, me gustaría saber si se puede agregar una lista de ciudades a nivel mundial con estas características además de las 7 ciudades españolas mencionadas.
En mi próximo comentario me gustaria proponer una primer lista de ciudades mexicanas "Cittaslow"
Saludos y Felicitaciones.
Me parece estupendo.Realmente voy a intentar cambiar mi ritmo un poco.
la frase es "vosotros teneis los relojes nosotros el tiempo". Frase afgana.. y luego nos sorprendemos de muchas cosas...
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