miércoles, 24 de marzo de 2010

Live Aid 1985: dinero solidario para la compra de armas en África

Retrocedamos 25 años. Nos encontramos en el año 1985. Una terrible hambruna azota uno de los países más pobres de África: Etiopía. Cientos de miles de personas mueren irremediablemente por la falta de alimentos.



La sociedad occidental se moviliza y un grupo de músicos y cantantes organiza dos macroconciertos el día 13 de julio (uno en el antiguo estadio de Wembley en Londres y el otro en el estadio JFK de Filadelfia) con el fin de recaudar dinero para intentar paliar los efectos de la catástrofe. Live Aid se denominaron y su cabeza visible fue el músico británico Bob Geldoff. Entre los presentes nombres míticos como Queen, Bob Dylan, Joan Baez, Elton John, George Michael, Madonna, Dire Straits, Bryan Adams, Status Quo, Paul McCartney, The Who, The Cars, U2, Phil Collins, Sting, Led Zappelin, Eric Clapton, David Bowie, Tina Turner, Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood, The Beach Boys, Simple Minds, Spandau Ballet, Judas Priest…

El éxito fue apoteósico, tanto que muchos de ustedes seguro que aún los recuerdan (los más talluditos, claro). La cifra recaudada, increíble: 250 millones de dólares de la época.


Ya entonces, algunas ONG denunciaron que el dinero recaudado había ayudado (involuntariamente) al gobierno de Etiopía a trasladar a miles de personas al suroeste del país para hacer una limpieza étnica. Ahora, 25 años después, la cadena británica BBC (la primera que mostró al mundo imágenes de la hambruna) demuestra que casi la totalidad de lo recaudado fue destinada a la compra de armas por la facción rebelde que entonces controlaba el norte del país africano.

El líder de la guerrilla rebelde (actual presidente de Etiopía), fue quien decidió que todo el dinero proveniente de la ayuda exterior, incluido lo enviado por la organización de Bob Geldoff, fuera repartido de la forma siguiente: la mitad para la compra de armas, otro 45% para “gastos de organización” y el 5% restante para darle alimentos a la población civil.

Si la noticia ya de por si es horrible, no se queda a la zaga la reacción que ha tenido el señor Geldoff: en lugar de pedir información exhaustiva a las actuales autoridades etíopes acerca del destino de los millones de dólares que donó su organización, ha exigido el cese inmediato del director del servicio mundial de noticias de la BBC, Peter Horricks.

Tampoco son alentadoras las palabras del director ejecutivo de la ONG de Geldoff: no puede asegurar a dónde fue a parar hasta el último centavo, pero confía en que la mayoría del dinero recaudado fuese dedicado a paliar los efectos del hambre entre la población etíope.
Si para la ONG de Bob Geldoff vale con esto, para el resto de los asistentes a los conciertos, no: por culpa del dinero que creían donar a los hambrientos y que fue a parar a la compra de armas ¿cuántos miles de etíopes murieron?

La pregunta que surge es inevitable: ¿resulta contraproducente donar dinero a ONG para la ayuda a países subdesarrollados? No, por supuesto que no. A pesar de que algunas veces parte de ese dinero se pierde en bolsillos a los que no iban destinados en un principio, ya sean gobernantes corruptos u ONG que administran mal el dinero, en la mayoría de las ocasiones la utilidad de ese acto solidario es evidente. Ahora bien, permítanme un consejo, entreguen dinero sólo a aquellas ONG que tengan sus cuentas debidamente auditadas, que prueben el trabajo realizado y que abran sus puertas a todo aquel que quiera indagar sobre sus actividades, el currículo de su personal o el destino de hasta el último euro de sus fondos.
Y continúen donando, por favor.

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