Siete millones de personas no tienen la posibilidad de volver a sus país de origen debido al caos aéreo producido por las cenizas expulsadas por el volcán islandés de nombre impronunciable (Eajafafjällajokull, por si tenemos algún lector que sienta curiosidad).
Afortunadamente para todos, entre estos millones de pasajeros no se encuentran 22 de los 25 Ministros de Telecomunicaciones de media Europa, junto con la Comisaria para la Agenda Digital, Neelie Kroes, que debían asistir a una “reunión informal” en la monumental ciudad de Granada.
En la reunión se debían tratar varios temas que afectan al mundo de las telecomunicaciones, desde la política común contra la piratería hasta el acceso universal a Internet, pasando por la propuesta para implantar un DNI electrónico europeo que facilite el comercio digital.
Sin embargo, aunque las cenizas del volcán impidan la presencia física de todos estos mandatarios, la reunión se va a celebrar. ¿Cómo? A través de videoconferencia. Cada Ministro, sentado cómodamente en su despacho, se conectará por Internet con la sala de reuniones de Granada donde estarán presentes los cuatro Ministros que si han podido llegar (el de Bulgaria, el de Grecia, el de Portugal y el anfitrión Miguel Sebastián por España) y ratificarán, a distancia, la llamada “declaración de Granada”.
Así de sencillo, porque a Granada no acudían a discutir los puntos de la declaración; de eso ya se han encargado las distintas delegaciones que llevan reuniéndose durante varios meses. A Granada, simplemente, iban para hacerse una foto de familia y, de paso, disfrutar de unos días de relax contemplando una de las ciudades más bellas del mundo.
Afortunadamente para los europeos, no han podido hacerlo. Y digo afortunadamente porque una reunión de este tipo cuesta a las arcas comunitarias (que llenamos entre todos los contribuyentes) varios millones de euros. Hagan cuentas: desplazamientos en primera clase, hoteles de cuatro y cinco estrellas, comidas exquisitas en los mejores restaurantes, vehículos de alquiler de alta gama, escoltas, traductores y otros servicios nocturnos al acabar las “tensas” reuniones que, aunque no los hemos visto, podemos imaginarlos (ya saben, la noche de Granada es embriagadora). Piensen que cada delegación la componen más de una docena de personas, multiplíquenlo por 25...
Lo sentimos por los granadinos que esperaban esta reunión para hacer su particular “agosto”, pero gracias al volcán islandés, podremos enterarnos (espero que no lo oculten) cuánto cuesta una videoconferencia durante un par de días a 23 bandas. Aunque la factura no será pequeña, estoy seguro que no llegará, ni por asomo, a lo que cuesta la estancia de la delegación de un solo país.
Aparte, pensando ecológicamente, el ahorro en carburantes y emisiones de CO2 debe ser de escándalo: jets privados, potentes automóviles, salas climatizadas...
Las nuevas tecnologías permiten la celebración de éste tipo de eventos con una mínima inversión. Esperemos que, a partir de ahora, nuestros políticos descubran una nueva forma de hacer cuadrar las cuentas públicas sin tener que recurrir a las consabidas subidas de impuestos.
Si se han visto obligados a realizarlo una vez, ¿por qué no hacerlo a partir de ahora siempre?
¿Estarán nuestros mandatarios dispuestos a perderse los “placeres” que deparan las Cumbres? Mucho me temo que no.
1 comentario:
Hola! Nos ha gustado mucho tu blog sobre el volcán. Somos una empresa de videoconferencia y le hemos hecho un link desde el nuestro. Lo puedes ver aquí:
http://blog.kinebit.com
Publicar un comentario