martes, 4 de diciembre de 2007

TENIAN RAZON NUESTROS ABUELOS: MIEL PARA LA TOS


Dicen que las personas mayores siempre tienen razón. Quizá no tengan los conocimientos técnicos o científicos que poseen los jóvenes actuales pero lo que si es seguro es que son los depositarios de la sabiduría popular de nuestros antepasados. Ya conocen el dicho: sabe más el diablo por viejo...
¿Cuántas veces les han obligado a tomar miel mezclada con la leche caliente en cuanto han tenido una ligera carraspera o un principio de tos? A los golosos les hacían un favor pero a los que no, y me incluyo en este supuesto, era un auténtico martirio y dudábamos de la eficacia del remedio casero. Pues estábamos equivocados; si que era un buen remedio.
Una revista americana de medicina “Archives of pediatrics and adolescent medicine” publica un trabajo en el que demuestra que la miel es una solución eficaz contra la tos.
Hasta ahora, si acudíamos a un médico nos recetaba cualquier jarabe que contuviese dextrometorfano (complicada palabra). Pues bien, estos investigadores han demostrado con hechos que la miel alivia en mayor medida la tos que cualquier jarabe o pastilla que contenga este compuesto.
El porqué la miel ayuda en la lucha contra la tos tiene dos versiones. La primera es que la miel tiene un efecto antioxidante y antimicrobiano que ya ha demostrado su valor en la curación de heridas. Es por ello que ayuda a rebajar la inflamación de garganta. La segunda versión es que al ser una sustancia dulce aumenta la salivación refleja que a su vez suaviza la faringe y laringe y reduce la tos.
De momento lo han probado con miel más oscura, ya que contiene más contenidos fenólicos que están asociados con propiedades antioxidantes. Posteriormente probarán con otros tipos de mieles.
Sea por lo que sea, está claro que tomar miel es la mejor solución para curar la tos, aparte de sus cualidades nutritivas. Y encima es un producto natural.
El único pero es ese sabor tan dulzón que...

- Pues a mí, cuando tenía tos, mi abuela cortaba una cebolla por la mitad y la ponía en mi habitación.
- ¿Y te quitaba la tos, Paco?
- Completamente. Así podía dormir tranquilo. Lo malo era al día siguiente que no había forma humana de quitar el olor de cebolla de la habitación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

verdad pero mi abuelo tiene 90 años y no sabe voy a ver si es sierto osino los demando bueno igual a ca fuman


pero iguallllllllllllll