domingo, 27 de julio de 2008

Hasta los mosquitos sirven para algo


Les prometo que hasta ahora no le había encontrado ningún beneficio al maldito insecto. Al igual que con las moscas, la existencia de los mosquitos sólo podía comprenderla como una maldición, como una prueba que nos estaba imponiendo Dios para que nos diésemos cuenta que no todo iba a ser bonito en nuestra efímera existencia. Aunque, a diferencia de las moscas que sólo fastidian, los antipáticos mosquitos encima hacen daño con sus picaduras y, en algunos casos, hasta te pueden matar.
Famosa es la frase “esa persona es tan buena que no mataría ni a una mosca”. ¿Por qué creen que no utilizaron en la frase al mosquito? Pues porque entonces no habría nadie bueno. Hasta el santo Job, adalid de la paciencia, intentaba acabar con los malditos insectos antes de que le picasen.

Y es que son tan bordes, sobre todo las hembras, que le vamos a hacer, que no nos damos cuenta cuando nos meten el aguijón para succionarnos la sangre. Tan solo, instantes después de “atacarnos” comprobamos con desespero que empieza a picarnos una parte de nuestro cuerpo. En esos momentos, el malhechor ya se encuentra a salvo a cientos de metros de distancia, seguramente “agrediendo” a otro ser humano.


Pues bien, esta forma de atacar sigilosa no ha pasado desapercibida a investigadores de la universidad india de Kharagpur y de la japonesa de Kanagawa. Estudiando al insecto, se han dado cuenta de que los mosquitos hembras son capaces de flexionar ciertos músculos de su propia trompa para crear una presión negativa en la piel en el momento de picarnos, y chupar el flujo sanguíneo hacia el interior de su “boca”. Con esta “táctica” no nos enteramos de la picadura y sólo notamos el picor debido a que el insecto escupe una sustancia anticoagulante a su víctima para facilitar la circulación sanguínea, que es la que causa la irritación de la piel.

Ni cortos ni perezosos y basándose en este mismo principio de succión, los investigadores han diseñado unas modernas microjeringuillas capaces de penetrar en la piel sin causar dolor. Estas jeringuillas, fabricadas a base de titanio y otras aleaciones relacionadas, son capaces de sacar 5 microlitros de sangre por segundo, inyectar fármacos e incluso medir los niveles de glucosa de pacientes diabéticos. Y no es poca cosa, ya que estos enfermos tienen que pincharse varias veces al día para controlar sus niveles de glucosa e inyectarse sus medicinas.


El prototipo está en fase experimental y los resultados son excelentes, pero los científicos aun no tienen claro si su invento saldrá adelante por las dificultades que pueden encontrar al tenerlo que fabricar a gran escala.
Esperemos que lo consigan para que así, cuando tengamos que acudir al desagradable análisis de sangre anual, no tengamos que acordarnos de los familiares del sádico que tenemos delante pinchándonos.

1 comentario:

Angel_m dijo...

Hola

He escrito una entrada en mi portal sobre un método casero para eliminar mosquitos. He usado parte de tu entrada como complemento a la entrada, haciéndote una referencia.

Espero que no te moleste.
Un saludo