Presumo de tener unos lectores cultos e inteligentes. Es por ello que me permito ponerles en un aprieto al formularles la siguiente pregunta: ¿alguno de ustedes sabe para qué sirve el Senado español?
Si, ya sé que es una pregunta complicada y de difícil respuesta. Me contestarán que el Senado (también denominado Cámara Alta) es un órgano compuesto por 264 senadores elegidos democráticamente por los ciudadanos españoles y que entre sus funciones destacan la tramitación de leyes y los tratados internacionales. También que desde que se reformó su reglamente en el año 1994, entre sus tareas también se incluyen la de ser una cámara de representación territorial donde tienen voz las distintas comunidades autónomas, destacando entre sus funciones las de realizar estudios sobre materias de naturaleza autonómica, informar acerca del contenido autonómico de cualquier iniciativa que se tramite en la Cámara y pronunciarse sobre la autorización de las Cortes a acuerdos de cooperación entre las comunidades.
Como ya hemos dicho, no es la primera vez que se solicitan sus servicios. La última fue en la comparecencia de la entonces Ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, el día 23 de septiembre del año pasado. Entonces, las tres horas que estuvieron trabajando los intérpretes, nos costaron a todos los españoles 6.500 euros. Como cobran por hora trabajada, si la comparecencia de mañana durase más tiempo... nos costaría más dinero.
No importa el coste que tenga. Así entienden nuestros políticos la contención de gastos en época de crisis. Aunque conociendo como se las gastan, seguro que justifican este dinero diciendo que con él se fomenta el empleo en España. El de los traductores, claro.
Si, ya sé que es una pregunta complicada y de difícil respuesta. Me contestarán que el Senado (también denominado Cámara Alta) es un órgano compuesto por 264 senadores elegidos democráticamente por los ciudadanos españoles y que entre sus funciones destacan la tramitación de leyes y los tratados internacionales. También que desde que se reformó su reglamente en el año 1994, entre sus tareas también se incluyen la de ser una cámara de representación territorial donde tienen voz las distintas comunidades autónomas, destacando entre sus funciones las de realizar estudios sobre materias de naturaleza autonómica, informar acerca del contenido autonómico de cualquier iniciativa que se tramite en la Cámara y pronunciarse sobre la autorización de las Cortes a acuerdos de cooperación entre las comunidades.
Todo esto es la teoría, porque en la práctica muy pocos conocen qué es lo que hacen, si es que realmente hacen algo. Yo lo único que sé es que en relación con la aprobación de las leyes, sus funciones sirven de bien poco, ya que, aunque el 100% de los senadores digan que una cosa es blanca, cuando posteriormente se vota en el Congreso, con que la mitad más uno digan que es negra... se queda como negra. ¿Para qué perder el tiempo tramitando las leyes en el Senado?
En cuanto al tema de la política territorial, sólo un ejemplo: llevamos varios años ya debatiendo el modelo de financiación territorial sin llegar a ningún acuerdo. Seguramente no habrá ninguna otra cuestión más importante para las autonomías. Pues bien, ¿creen ustedes que esta financiación se debate en el Senado? No. Por supuesto que no. Esta cuestión la lleva personalmente el Presidente Zapatero con los presidentes de las diferentes autonomías sin contar para nada con el Senado. Y lo que prima en la negociación no son cuestiones de igualdad interterritorial sino los réditos políticos que puede sacar el Gobierno con esta financiación.
Por lo tanto, vuelvo a hacer la pregunta: ¿para qué sirve el Senado? Pues para que 264 ciudadanos (y sus respectivos partidos políticos) vivan como reyes a nuestra costa. ¿Por qué no lo quitan y destinan el edificio a museo? Si total siempre está vacío porque no van nunca…
En cuanto al tema de la política territorial, sólo un ejemplo: llevamos varios años ya debatiendo el modelo de financiación territorial sin llegar a ningún acuerdo. Seguramente no habrá ninguna otra cuestión más importante para las autonomías. Pues bien, ¿creen ustedes que esta financiación se debate en el Senado? No. Por supuesto que no. Esta cuestión la lleva personalmente el Presidente Zapatero con los presidentes de las diferentes autonomías sin contar para nada con el Senado. Y lo que prima en la negociación no son cuestiones de igualdad interterritorial sino los réditos políticos que puede sacar el Gobierno con esta financiación.
Por lo tanto, vuelvo a hacer la pregunta: ¿para qué sirve el Senado? Pues para que 264 ciudadanos (y sus respectivos partidos políticos) vivan como reyes a nuestra costa. ¿Por qué no lo quitan y destinan el edificio a museo? Si total siempre está vacío porque no van nunca…
Pero la noticia que aparece hoy en los medios de comunicación ya es como para mear y no echar gota, como diría aquel. Mañana jueves, día 25, acudirá al Senado Manuel Chaves, vicepresidente tercero y ministro de política territorial para explicar ante la cámara las políticas generales de su departamento. Desde que en 1994 el Senado modificara su reglamento, en la Cámara Alta se puede hablar en cualquiera de las lenguas oficiales que coexisten en España. En esta ocasión (al igual que con el debate del Estado de las Autonomías, el primer discurso del presidente del Senado, la publicación en el Boletín de las Cortes Generales de las actividades no legislativas y los escritos de ciudadanos e instituciones dirigidos a la Cámara) se dispondrá de traducción simultánea para que los distintos representantes autonómicos debatan con Chaves utilizando sus respectivas lenguas. Siete intérpretes realizarán mañana su trabajo en el Senado para “ayudar” a nuestros representantes a entenderse: dos para el catalán, dos para el euskera, dos para el gallego y uno para el valenciano.
Como ya hemos dicho, no es la primera vez que se solicitan sus servicios. La última fue en la comparecencia de la entonces Ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, el día 23 de septiembre del año pasado. Entonces, las tres horas que estuvieron trabajando los intérpretes, nos costaron a todos los españoles 6.500 euros. Como cobran por hora trabajada, si la comparecencia de mañana durase más tiempo... nos costaría más dinero.
La ridiculez alcanza cotas insospechadas: ¡siete interpretes para que se entiendan 262 senadores que hablan el mismo idioma! Si esto me dijesen que ha ocurrido en cualquier otro país del mundo, sinceramente no me lo creería, pero claro, tratándose de los “derechos” de los nacionalistas en España...
No importa el coste que tenga. Así entienden nuestros políticos la contención de gastos en época de crisis. Aunque conociendo como se las gastan, seguro que justifican este dinero diciendo que con él se fomenta el empleo en España. El de los traductores, claro.
2 comentarios:
Desde luego que la cuestión es patética. Cuando oí la noticia no puede hacer otra cosa que soltar una risa floja.
Hola, hay veces que ante noticias de este tipo es necesario reescribir de nuevo El Quijote.
Te invito a leer mi artículo: De lo que aconteció a don Quijote en el Senado.
http://www.terceraopinion.net/2009/07/05/quijote-senado/
Un saludo.
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