El caso que les voy a contar no proviene de ningún país en vías de desarrollo del África subshariana, del sureste asiático o de América latina. No, la noticia viene reseñada en las páginas de el periódico Información de Alicante y hace referencia a los problemas económicos que estamos sufriendo en España, país que, según dicen, pertenece al primer mundo o, como diría nuestro Presidente Zapatero, a la “Champions league” de la economía mundial.
Un 60% del centenar de profesores que componen la plantilla del Instituto Virgen del Remedio de Alicante han creado un fondo solidario para permitir que alumnos con problemas económicos puedan desayunar cada día.
Alertados por el bajo rendimiento académico que mostraban algunos de sus alumnos, optaron por efectuarles una sencilla pregunta: ¿qué has desayunado hoy? Las respuestas, como ya sospechaban, no dejaron lugar a la duda: “nada, en mi casa no tenemos nada para poder desayunar”.
El funcionamiento de la “hucha solidaria” consiste en poner entre 5 y 10 euros por docente y mes, de forma simbólica y a fondo perdido, aunque algunas familias, cuando las cosas les funcionan algo mejor, se esfuerzan en devolver poco a poco lo que les han prestado.
Desde el Instituto tienen claro que ellos no quieren sustituir a los Servicios Sociales de la ciudad. Sin embargo, saben que los trámites de la Administración se dilatan demasiado en el tiempo, hasta 5 o 6 meses, para familias de alumnos que viven auténticas situaciones de urgencia y ese plazo es demasiado largo para un chaval que tiene hambre.
Desde el Instituto tienen claro que ellos no quieren sustituir a los Servicios Sociales de la ciudad. Sin embargo, saben que los trámites de la Administración se dilatan demasiado en el tiempo, hasta 5 o 6 meses, para familias de alumnos que viven auténticas situaciones de urgencia y ese plazo es demasiado largo para un chaval que tiene hambre.
Con este escaso dinero, aparte de alimentar a los más necesitados, ofrecen una especie de microcréditos a las familias que les sirven para evitar los temidos cortes de luz o de agua o para comprar una bombona de gas. Antes de darles estas ayudas, comprueban, a través del mediador socioeducativo, que las familias están verdaderamente necesitadas.
Y esta medida es aprovechada también para comprobar lo que todos nos temíamos: la crisis económica se está cebando con los más indefensos, los niños. Se ha comprobado que los chavales que tienen más dificultades con los estudios pertenecen a familias y entornos con grandes necesidades sociales. Estos chavales están siendo condenados desde su tierna infancia a no poder acabar, ni siquiera, sus estudios primarios.
Y esta medida es aprovechada también para comprobar lo que todos nos temíamos: la crisis económica se está cebando con los más indefensos, los niños. Se ha comprobado que los chavales que tienen más dificultades con los estudios pertenecen a familias y entornos con grandes necesidades sociales. Estos chavales están siendo condenados desde su tierna infancia a no poder acabar, ni siquiera, sus estudios primarios.
No hace demasiado tiempo, para encontrar este tipo de pobreza debíamos mirar hacia países lejanos. Ahora, basta con darse una vuelta por los comedores de beneficencia, por las colas de la oficina del paro, por los contenedores de basura de los supermercados y restaurantes o, incluso ya, por los colegios e institutos, para encontrar a gente que lo está pasando verdaderamente mal. Enhorabuena a los gestores que nos gobiernan por haber conseguido que lleguemos a esta pavorosa situación.
Y mi enhorabuena, esta vez de forma sincera, a los profesores del Instituto Virgen del Remedio de Alicante que participan en esta obra solidaria.
¿Conocen más casos de este tipo? Escríbannos y les rendiremos homenaje desde estas páginas.
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