El pasado jueves se aprobó en el Congreso la nueva Ley de Servicios de Pago. Aparte de numerosos regulaciones y disposiciones para adaptar la ley a la realidad de un sector que evoluciona a velocidad de vértigo (el de los medios de pago en el comercio), esta ley anula toda cláusula que impida a los comerciantes exigir el pago de una cuota adicional u ofrecer una reducción por la utilización de un instrumento de pago específico.
¿A qué se refiere lo de “instrumento de pago específico”? No sabemos si en el futuro existirá otra forma de pago, pero en la actualidad, se refiere única y exclusivamente, a la utilización de las tarjetas de crédito.
¿Por qué se hace esta ley? Los comerciantes siempre se han quejado de las abusivas comisiones que les aplicaban los bancos en el cobro mediante tarjetas de crédito o débito.
Ellos trabajan en algunas ocasiones (no todas, por supuesto), con márgenes muy estrechos. Si su cliente le paga en efectivo, perfecto, pero si le paga con dinero de plástico, el banco luego le cobra una comisión (que puede llegar hasta el 5%) que le come el poco beneficio que esperaba obtener.
Nuestros políticos (siempre desviviéndose por el bien de su pueblo) han escuchado las quejas de los comerciantes y se han decidido a actuar. Pero no han ido a atajar el problema desde su base (las excesivas comisiones de los bancos), sino que han preferido portarse bien con el poderoso sector de las tarjetas de crédito y ayudar a los comerciantes perjudicando a la parte más débil del mercado, los consumidores. A partir de ahora, los comercios nos podrán cargar en nuestras compras los gastos que les ocasionan las tarjetas ¡Muy bien!
Nuestros políticos (siempre desviviéndose por el bien de su pueblo) han escuchado las quejas de los comerciantes y se han decidido a actuar. Pero no han ido a atajar el problema desde su base (las excesivas comisiones de los bancos), sino que han preferido portarse bien con el poderoso sector de las tarjetas de crédito y ayudar a los comerciantes perjudicando a la parte más débil del mercado, los consumidores. A partir de ahora, los comercios nos podrán cargar en nuestras compras los gastos que les ocasionan las tarjetas ¡Muy bien!
Desde luego, en España siempre nos distinguimos por estar a la vanguardia tecnológica. Cuando en todo el mundo se desviven por encontrar métodos que faciliten el pago, aquí volvemos a los billetes y monedas. Dentro de poco, triunfará el trueque.
¿Qué hacer? Yo no sé ustedes, pero a mí, que me cobren de más por utilizar la tarjeta... ¿no tienen suficiente con cobrarnos 30 euros anuales por un trozo de plástico con una banda magnética?
Se supone que muchos comercios no aplicarán ningún tipo de recargo. Con la crisis que llevamos a cuestas, entorpecer la labor del comprador es pecado mortal. Aparte, cobrar con dinero supone también muchos gastos y riesgos: llevar todos los días la recaudación a la ventanilla del banco, contratar a guardias de seguridad adicionales, hacerse con una caja fuerte para el negocio...
Estén atentos a lo que les cobran y vayan a comercios donde no apliquen esos recargos. Pero, por si acaso, vayan guardando algunas monedas y billetes. Nunca se sabe.
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