martes, 30 de octubre de 2007

TRIO DE COMBUSTIBLES ECOLOGICOS


Estamos de enhorabuena. Durante estos días se están amontonando las noticias relacionadas con avances técnicos en el campo de la producción de energía no contaminante, o por lo menos, menos contaminante que la que producimos en la actualidad.
Ahora que ya ha marchado de nuestro país el profeta del Apocalipsis (en los desplazamientos de Al Gore por España a bordo de su jet privado ha lanzado a la atmósfera más de 20 toneladas de CO2) y de habernos asustado con sus conferencias de 200.000 euros (¿cuántas fueron? ¿cinco? ¿seis?) nos reencontramos con la realidad y, en este caso, con una realidad que refleja la inquietud de los científicos y de las empresas en encontrar remedios al calentamiento global y a la falta de recursos energéticos.
Los humanos cada vez consumimos más energía y creer que por arte de magia vamos a consumir menos porque nos lo digan los gobiernos o las organizaciones ecologistas es una utopía. Por lo tanto, lo que hay que buscar son energías que perjudiquen menos.
Y las empresas están dispuestas a ello, a cambio de intereses económicos, claro. Pero ¿nos importa que ganen dinero si con ello mejoramos el planeta?
El primer ejemplo viene desde Alemania. La empresa Aqua Society ha dado dos pasos al frente a partir de un único invento para conseguir agua potable. Aspiran grandes cantidades de aire y le aplican refrigeración hasta el punto de condensación. Luego esta agua es filtrada y mineralizada para poderse consumir. El invento, estarán conmigo, ya es lo bastante importante, pero es que estos señores han ido más lejos. Se fijaron que durante el proceso se perdía gran cantidad de energía y calor, continuaron sus investigaciones y ahora han desplegado un sistema por el cual el calor residual creado por el proceso de refrigeración puede convertirse en electricidad. Consiguen agua potable y electricidad al mismo tiempo. No está mal.
Otro invento, también alemán, de la empresa Clyvia Technology, transforma productos de deshecho de combustibles y plásticos, tales como polipropileno y polietileno, en combustibles minerales. O sea, nos quitamos de en medio residuos que no sabemos donde meter y conseguimos combustibles por medio de un proceso que, según dicen, consume la mitad de energía de la consumida para extraer carburantes del petróleo. Tampoco está nada mal.
Y, por último un invento que ya surgió antes del verano y que traigo ahora a esta página. Científicos de la empresa Bio Fuel System auspiciada por la Universidad de Alicante han desarrollado un “petróleo biológico”. Han seleccionado una treintena de cepas de familias de algas clorofíceas, las han colocado en largos tubos cilíndricos y mediante luz solar, CO2 y una combinación química han logrado que crezcan un millón de veces más deprisa de lo que lo hacen en el medio marino.
Cada 24 horas la masa de las algas se dobla. Los científicos sacan la mitad de ellas de los tubos y devuelven el agua sobrante a ellos para que se vuelvan a duplicar al día siguiente. La materia orgánica que se obtiene tiene tantas calorías como el carbón. Simplemente se queman en plantas térmicas y se consigue electricidad.
Pero lo mejor de todo es lo siguiente: para que las algas puedan crecer necesitan absorber CO2. La planta térmica captura el CO2 que emite con la quema y lo destina al criadero de algas que está en la planta contigua para reiniciar el proceso eternamente.
Electricidad sin CO2 saliendo por las chimeneas. Continúa sin estar nada mal.
Como siempre, si quieren ampliar la información, diríjanse a las respectivas páginas Web: lo explican mucho mejor que yo.
Supongo que todas estas iniciativas contarán con algún apoyo oficial. Particularmente me gustaría que mis impuestos pagasen estas cosas.
Ilusiona comprobar que el mundo científico se mueve en la buena dirección. Ojala que alguno de ellos encuentre la solución correcta.

- Toda la vida huyendo de las playas que tenían algas y ahora resulta que sirven para hacer medicinas, alimentos y puede que sean la solución energética que necesitamos.
- Es que la ciencia avanza una barbaridad, Don Graciano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Debemos cambiar de actitud frente al consumo y demanda de productos y subproductos del petróleo; con unos cotos muy altos y procesos complejos transformamos el petróleo en plástico o polímeros de diferentes clases,(lo sacamos de lo profundo de la tierra y luego lo incineramos, para que en forma molecular o en compuestos combinados este plástico suba a la atmósfera, y así podemos techar o cubrir el planeta con plástico al estilo invernadero.Es nuestra responsabilidad usar cada vez menos productos desechables, para así conservar y recuperar el medio ambiente.Y no esperar a que los grandes monopolios o productores bajen su producción; somos cada uno los que debemos BAJAR EL CONSUMO de estos productos y buscar nuevas alternativas menos contaminantes, que sean biodegradables