viernes, 23 de enero de 2009

Pruebas del SIDA en las farmacias


Unas 40 boticas distribuidas por el País Vasco y Cataluña iniciarán el mes de febrero un programa pionero de realización de pruebas rápidas para la detección del SIDA.
Con el visto bueno del Ministerio de Sanidad, esta iniciativa utilizará los test rápidos, que ofrecen el resultado en apenas 15 minutos y tienen una fiabilidad del 99,7%. En Cataluña será gratuito mientras que en el País Vasco vendrá a costar unos 5 euros.
La idea es comprobar la aceptación que tiene esta prueba y la importancia que le prestan los ciudadanos y, si es satisfactoria, ampliarla a otras comunidades autónomas.

Todo va encaminado a mejorar la detección precoz porque el retraso en el conocimiento de la enfermedad es muy perjudicial, puesto que el paciente responde mucho peor a los fármacos, desarrolla más resistencias y la progresión de la enfermedad es más rápida.
A pesar de que las pruebas que se realizan en los hospitales son gratuitas y confidenciales, uno de cada tres individuos con VIH desconoce que está infectado. Esto comporta que la epidemia del SIDA se vaya propagando en la sombra de persona en persona y se diagnostique demasiado tarde.

El miedo a contraer el SIDA está desapareciendo. Lejos quedan aquellos tiempos en que era tema de conversación obligado en todas las tertulias. Tiempos en los que contraer la enfermedad significaba firmar la sentencia de muerte. Los avances médicos en el tratamiento han conseguido que el SIDA ya no sea mortal (al menos en los países civilizados) y, en consecuencia, se ha bajado la guardia y no se toman las medidas preventivas aconsejables.
En los últimos años se está advirtiendo un repunte importante de infecciones en el colectivo de homosexuales que está llegando a los niveles de principios de los noventa.
Por ello, esta iniciativa de realizar las pruebas en las farmacias pretende facilitar que, alejados de la multitud de los hospitales y en un ambiente más “familiar” y cotidiano como es el de las boticas, las personas puedan realizar unos sencillos test que les adviertan, a tiempo, que son portadores del VIH.

Hay que recordar que, con el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado, estas personas portadoras alejan el peligro de una muerte segura y dejan de ser un peligro para los seres que les rodean.
Ahora solo falta que los ciudadanos perdamos esos prejuicios trasnochados y esa vergüenza malentendida y acudamos tanto a las farmacias como a los centros hospitalarios para realizarnos las pruebas. Es por el bien de todos.

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