En estos últimos años, la ecología parece que sólo se circunscribe al cambio climático y las catastróficas consecuencias que sobre el planeta puede tener: crecidas en los mares, deshielo progresivo de las más altas cordilleras, desaparición de especies vegetales y animales y hambruna generalizada debido a sequías pertinaces.
Es condición humana el fijar prioridades y olvidarse de todo lo demás. Ahora la prioridad es el famoso cambio climático, aun a sabiendas que muchas de las teorías en que se sustenta son meras hipótesis que solo se sabrán si son ciertas con el paso de los años, y el resto de los problemas que afectan a la ecología, aunque los tengamos al lado de nuestras casas, caen en el olvido y la indiferencia general.
Es condición humana el fijar prioridades y olvidarse de todo lo demás. Ahora la prioridad es el famoso cambio climático, aun a sabiendas que muchas de las teorías en que se sustenta son meras hipótesis que solo se sabrán si son ciertas con el paso de los años, y el resto de los problemas que afectan a la ecología, aunque los tengamos al lado de nuestras casas, caen en el olvido y la indiferencia general.
Viene esto a cuento por un caso que ha salido recientemente en la prensa y que nos llena de asombro. Los grupos ecologistas Amigos de la Sierra Escalona y la Asociación de Naturalistas de Pilar de la Horadada, en la provincia de Alicante han denunciado la tala masiva de pinos carrascos adultos en la zona natural de Sierra de Escalona y Dehesa de Campoamor. Calculan que ya han sido talados entre 200 y 300 de estos pinos de entre seis y ocho metros de altura, algunos de ellos centenarios.
Se preguntarán ustedes el porque de esta tala de árboles adultos en una provincia, como la de Alicante (y más en la zona sur de la provincia), seriamente amenazada por la desertificación. Pues bien, siéntense si están de pie, los están cortando para que no afecten a las zonas de cultivo colindantes. Parece ser que sus raíces están invadiendo los bancales y, debido a su altura, dan sombra a los cultivos impidiéndoles que crezcan correctamente.
¿A que parece surrealista? Pues todavía queda lo mejor: la Consellería de Medio Ambiente y Urbanismo de la Generalitat Valenciana ha dado su permiso para que la tala se efectúe.
Los terrenos afectados ya habían sido propuestos con anterioridad por los grupos ecologistas ante la citada Consellería para que los incluyera dentro del Parque Natural de la Sierra de Escalona y Dehesa de Campoamor, que todavía está pendiente de su aprobación definitiva, debido a que es una zona de pinar adulto, con un sotobosque de gran interés botánico y con un estado de conservación inmejorable.
Está claro que esos 200 o 300 pinos son una pequeña mancha en el mapa forestal de una provincia semidesértica como la de Alicante y que, globalmente, no tienen excesiva importancia, pero ¿en que piensan los políticos que lo han autorizado?
Seguro que en la Consellería tienen otra versión de los hechos y opinarán que los que llevan la razón son ellos, pero aún sin conocerla, déjenme que dude de sus argumentos; cortar centenares de pinos porque dan sombra lo único que deja patente es la “mala sombra” del que lo ejecuta y del que lo autoriza.
La ecología y la conservación del medio ambiente se basa en pequeños detalles como estos y la decisión que han tomado deja bien a las claras su “sensibilidad” ante estos temas.
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