jueves, 24 de enero de 2008

ESPERANZA EN LA MORTALIDAD INFANTIL


El informe presentado por Unicef “Estado Mundial de la Infancia en 2008” abre una puerta a la esperanza. Por primera vez desde que se elaboran estas estadísticas la mortalidad infantil ha descendido por debajo de los 10 millones.
El número de fallecidos ha pasado de los más de 20 millones de 1960 a los 9,7 millones de 2006. Los datos demuestran que algo bueno se debe de estar haciendo, pero continúa siendo una pesada lacra pensar que diariamente mueren 27.000 niños menores de cinco años por causas perfectamente evitables. Los datos lo demuestran: entre problemas neonatales, neumonía y diarrea se producen más del 70% de estas muertes y las tres causas son fácilmente solucionables.
Desde 1990, 61 países han reducido sus índices de mortalidad infantil en un 50% con medidas tan simples como la lactancia materna exclusiva, la inmunización, el uso de mosquiteras tratadas con insecticida y la administración de suplementos de vitamina A. Sin embargo, todas las organizaciones humanitarias reconocen que hay muchos países que no podrán cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio que aboga por reducir en dos tercios la mortalidad infantil en el año 2015. Mayoritariamente serán los países del África subsahariana donde se calcula que 43 naciones no llegarán a esta cifra.

El informe depara buenos datos. Pero se deberían redoblar los esfuerzos de cooperación para llegar a conseguir que se cumplan estos objetivos en todos los países subdesarrollados. Si los países occidentales no logran erradicar esos pequeños problemas, pero que causan tantas muertes, se podría decir que se ha fracasado, aún cuando se hayan mejorado las cifras. El dinero, como casi siempre, será quien dictamine el resultado de los objetivos.

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